jueves, 28 de abril de 2011

Por qué es necesario fomentar una actitud crítica

“La fe solo es hambre, la razón es comida”. Sam Harris, El fin de la fe.
En las diferentes sociedades se encuentran enraizados distintos tipos de creencias. A los que cuentan con mayor número de seguidores se les llama religión, son objeto de privilegios institucionales e incluso hay países con una arquitectura legal y moral articulada en torno a ellos. Luego hay otros cuerpos de creencias, minoritarios, testimoniales acaso, pero determinantes a la hora de mostrar el particular esquema de pensamiento de quienes los profesan. Están muy extendidos pese a que no se visualizan en forma de conglomerados humanos con prácticas más o menos pintorescas.

Estoy hablando de los sistemas de creencias personales, que pueden tener o no que ver con las religiones institucionalizadas, pero que precisan las mismas dosis de credulidad y afán por la obtención de respuestas que cualquier doctrina basada en la fe.

Es frecuente que compartamos espacio vital con personas que creen en pseudociencias como el Reiki, la ufología, la astrología, el tarot o el Feng Shui. Hablamos de individuos que por lo demás son comunes y corrientes, nada de locos. Gente normal que no representa el menor peligro para sus convecinos ni para la sociedad en su conjunto. Aún así, no es raro que estas personas, cuando algún escéptico les señala lo irracional de sus creencias, se tomen la observación como un ataque, una ofensa o una intromisión en su esfera personal. Y acostumbren a zanjar la cuestión apelando a la libertad de cada de tener la creencia que más le guste. Quiero aportar argumentos que demuestren por qué este modo de pensar es dañino para la sociedad. Que antes o después, en uno u otro ámbito, cualquiera puede verse afectado por la extensión del pensamiento mágico e irracional y que su difusión no debe ser algo que debamos pasar por alto.


Empecemos por admitir que otorgarle credibilidad a la astrología, al tarot o a las medicinas de la nueva era no dice mucho de la capacidad crítica del creyente. Esta facultad no se ejercita sola y nuestro sistema educativo tampoco es que dedique esfuerzos desmesurados a entrenar las facultades críticas. El escepticismo no ha estado bien visto durante mucho tiempo, siendo que la influencia de la fe dogmática religiosa (la católica en el caso español, y hasta hace solo unas pocas décadas) ha amordazado durante siglos, cuando no neutralizado violenta y cruelmente, cualquier indicio de libre pensamiento. Ante semejante antecedente histórico poco podemos extrañarnos de las realidades actuales.

El influjo religioso, que tan eficazmente se implantó en nuestro país, posiblemente sea responsable de que aún perviva la tendencia a creer sin necesidad de pruebas. ¿Es cierto que esas creencias son tan inocuas como aparentan? ¿Qué nos importan a quienes no las profesamos? ¿Por qué emplear tiempo y energías en refutarlas? Porque, y que nadie dude de esto, estamos hablando de fe en tanto creer en algo sin evidencias que lo sustenten.


Directamente no es algo que afecte a un escéptico más allá de producirle una punzada de vergüenza ajena, pero indirectamente la cosa cambia. Vivimos en comunidad, y en una sociedad regida por preceptos democráticos (que se cumplen desigualmente, pero eso es otra guerra) que invita a la participación colectiva en numerosos escenarios públicos. La cuestión es que la ausencia de crítica, la asunción del pensamiento mágico como parte de un esquema de razonamiento y la no exigencia de pruebas que respalden una afirmación en asuntos tan relevantes como la salud o la moral acotan, como señalaba en el primer párrafo, toda una manera de enfrentarse a las realidades cotidianas. Resumiendo, conforman una actitud, y si no somos precavidos en campos carentes de importancia corremos más riesgo de que también nos la cuelen en otras disciplinas que sí son importantes.

Como decía, podemos encontrarnos con toda clase de gente en las más variadas circunstancias. Si alguna vez tuviera que enfrentarme al trance de ser juzgado en un tribunal, considerándome yo inocente, me ofrecería más garantías un jurado popular compuesto por ciudadanos con demostradas facultades criticas, capaces de observar las pruebas a mi favor y en mi contra con la mayor objetividad posible, que otro en el que la aceptación de supuestos basados en pruebas endebles les lleve a conclusiones taxativas. No dudo que esto sea algo deseable para una sociedad que se pretenda saludable. Desde cualquier punto de vista, es preferible que enviar a un acusado a la cárcel o mandarle a su casa esté en manos de mentes entrenadas para emitir juicios basados en evidencias y no en las acostumbradas a plegarse ante el prejuicio.

De la misma forma, el argumento sirve para otros contextos sociales de lo más prosaico. Quien más quien menos forma parte de una comunidad de vecinos, otro espacio colectivo en el que la estrechez mental puede derivar en conflictos desagradables. Que en una asociación de propietarios haya mayoría de miembros capaces de juicios ponderados y racionales, fuera del apasionamiento que conlleva la creencia, supone mayor garantía de ver reducidos los problemas que si se da la circunstancia contraria. Los consejos escolares de los centros de enseñanza, formados por profesores y padres de alumnos, son otro ejemplo de espacios donde confluyen diferentes perspectivas vitales, y que también se pueden ver beneficiados si en su seno no abunda la práctica de aceptar proposiciones no demostradas.

Pero podemos apelar a instancias más elevadas. En toda democracia cada ciudadano mayor de edad tiene derecho al voto, salvo contadas excepciones. El debate político lleva algún tiempo enfangado en una diatriba de consignas que poco se distingue de la propaganda pura y dura. Reconozcamos que alguien propenso a la creencia fácil e indemostrada está peor preparado para detectar las trampas del discurso político. Por tanto, no creo descabellado afirmar que quien es más proclive a ceder ante la tentación de la creencia se tomará los mensajes emitidos por los políticos con una actitud menos crítica y más crédula. Cuando unos resultados electorales determinan las políticas que afectarán a millones de ciudadanos, incluidos ud. y yo, resulta necesario, a mi juicio, poner este debate sobre la mesa. Ojo, no estoy instando de soslayo a retirar el derecho al voto a nadie, solo expongo lo que, en mi opinión, ocurre al prescindir de nuestras facultades críticas, y cómo puede incidir más allá del propio crédulo.



Así que no, no es solo el problema de quien decide creer majaderías. Cuando una sociedad se empobrece lo hace empezando por uno solo de sus miembros, igual que una bola de nieve gigante comienza con un solo copo.


El ser humano siempre ha necesitado de certezas para caminar por el mundo, y la creencia le proporciona esa certeza. La duda es fuente de inseguridad, es incómoda y puede conducir a la infelicidad. La creencia procura consuelo y la promesa de dominar la situación. Carl Sagan ya se refirió en su día al escepticismo como una “carga” por la cantidad de implicaciones intelectuales que trae consigo. Pensar cuesta esfuerzo, creer no cuesta nada. Cultivemos, pues, la cultura del esfuerzo.

martes, 26 de abril de 2011

Danzig, un regreso mejor de lo esperado


Estos días he estado escuchando el disco de una banda por la que pocos daban ya dos duros. Se trata del Dethred Sabbaoth de Danzig. No afirmo que sea un disco que me haya hecho estremecer de gusto, pero sí es lo suficientemente digno como para considerarlo el mejor trabajo del grupo desde Danzig 4 (1994). Dada la cantidad de años transcurrida, la longeva carrera musical de Glenn Danzig, motor y alma mater de la banda, y la caída en picado que anunciaba cada nuevo lanzamiento desde mediados de los 90, habrá que darse con un canto en los dientes y felicitarse por el repunte experimentado, aún a estas alturas.

Danzig, que siempre ha sido más banda de culto que fenómeno de masas, es un nombre que ha despertado pasiones entre los aficionados al Hard Rock con raíz bluesera. Proveniente del Punk, movimiento del que formó parte capitaneando a The Misfits, Glenn Danzig se viene haciendo un hueco entre los vocalistas destacados del Rock americano desde los años 70. Ya entrados en los 80, Samhain fue su segundo gran proyecto musical, aunque quizá el que menos repercusión ha tenido, suponiendo una transición hasta dar forma definitiva a Danzig, la banda, a finales de esa década. John Christ a la guitarra, Eerie Von al bajo y Chuck Biscuits en la batería configuraron junto al llamado evil Elvis los cuatro discos clave de les dieron fama y relevancia. Hard Rock, blues, satanismo y masculinidad a flor de piel fueron sus señas de identidad durante esa época, en la que nos regalaron grandes piezas como Mother, Dirty black summer o Long way back from hell. Pero todo lo que empieza tiene que acabar.



La fiebre alternativa noventera, que ya impregnaba a su mencionado cuarto disco pero sin contaminarlo negativamente, el seguidismo electrónico, la ausencia de ideas decentes con las que mantener a flote el barco y una desbandada que dejó a Glenn sin sus compañeros de fatigas fueron síntomas del inicio de la decadencia, plasmada en discos anodinos como Blackacidevil (1996), 6:66 Satan's Child (1999) o directamente insufribles como I Luciferi (2002) y Circle of snakes (2004), donde apenas quedaban restos de su gloria pasada. Una vez superados los devaneos industriales en un intento por seguir la estela de Nine Inch Nails o Filter, se pasaron a un Stoner Metal muy pesado en el que la voz de Glenn quedaba en un segundo plano detrás de las guitarras de Tommy Victor. Este músico, que formó parte de Prong y Ministry y se incorporó a Danzig en 1997, es capaz de ocupar los tres o cuatro minutos que dura un tema repitiendo una y otra vez el mismo riff. Le considero uno de los guitarristas menos imaginativos que he escuchado nunca. Aunque se encarga de la guitarra principal en Dethred Sabbaoth, al menos sus tozudos criterios no parecen ser los únicos tenidos en cuenta.

En esta última entrega los norteamericanos han conseguido rescatar en gran parte el espíritu de sus primeros trabajos, siendo Dethred Sabbaoth el heredero natural de aquellos discos. Bien es cierto que la producción está menos trabajada y suena más sucia, pero que Glenn Danzig sea capaz con 54 años años de editar estas diez canciones cuando todo parecía conducir a su banda a la desaparición bien merece ser resaltado. Tommy Victor hace de las suyas, pero dentro de un contexto general mucho menos encorsetado, lo que le encuadra con más naturalidad dentro de la propuesta musical de la banda. Se confirma la presencia de Johnny Kelly en la batería una vez deshechos Type O Negative tras el fallecimiento de Peter Steele, y del bajista Steve Zing, un miembro de Samhain.



Las canciones mantienen el tipo. Me quedo con The Revengeful, Pyre of souls en sus dos partes y Left hand rise above. Pero ya digo, que nadie espere maravillas. Quizá el ocaso creativo en que se hallaban inmersos sea lo que más valor da a sus nuevos temas, pero puede bastar. A Glenn se le percibe en buena forma, esto es, histriónico y pasado de vueltas, pero también comedido cuando toca. La voz de este hombre pocas veces atravesó por términos medios.

En definitiva, una pequeña y agradable sorpresa para quienes dábamos ya por fenecidos a Danzig. Sin estridencias ni esplendores, pero con dignidad. No es poco vista la prolongada carrera que su líder lleva a cuestas.

Violencia gratuita al alcance de los niños


Hace casi dos años que hablé en este blog del toro Ratón. Comenté cómo el caché de este animal para las fiestas patronales subió como la espuma a raíz de la bravura que iba demostrando por calles y ruedos, bravura traducida en incidentes que llegó a acarrear alguna muerte así como heridos de diversa consideración. Dicho de otro modo, cuanta mayor era la violencia engendrada por “Ratón” más se pagaba por él y mayor era la expectación generada a su alrededor.

Esta aberración se sigue produciendo. En este cartel anunciador, fotografiado hace tres de días, se subraya la fama de Ratón y se sitúa como verdadero reclamo para el público. Al mismo tiempo, un vehículo recorre las calles del pueblo y anuncia el espectáculo a través de la megafonía, haciendo hincapié en la gratuidad de la entrada para los niños. Con suerte, Ratón cumplirá expectativas y los chavales que asistan a la plaza podrán ver a algún mozo salir con los pies por delante. Es lo que se espera de este toro, ¿no?


Al parecer, Ratón estaba al final de su vida útil, pero el año pasado volvió a la faena por aclamación popular. Y la Generalitat valenciana ofreciendo su apoyo para clonar al bicho. Nuevamente, las instituciones públicas convirtiéndose en salvaguarda del más sano folklore.

"Qué delicia oler a napalm por la mañana", decía el coronel Kilgore en Apocalypse Now. Aplicado a lo que nos ocupa, podríamos decir que "nada curte más el carácter que contemplar un buen cadáver a edad temprana". Todo sea por el mantenimiento de las tradiciones (¿o serán los negocios?). Uno se siente más tranquilo sabiendo que la España cavernícola vela por la educación moral y emocional de los más jóvenes y tiernos integrantes de la sociedad.

viernes, 15 de abril de 2011

El fraude aconfesional español tiene responsables socialistas

Con motivo de la convocatoria de la procesión atea de la que hablé hace poco, se han estado vertiendo en sede judicial una cantidad de infundios, excesos y sandeces que cuesta creer que ello se pueda estar ocurriendo en una nación occidental civilizada. El integrismo católico está en auge y sus representantes se están viniendo arriba y se sienten fuertes. Se permiten lujos como acusar de genocidio a una asociación atea o denunciar a un cómico por citar a Winston Churchill (sic). ¿Hay o no hay motivo para preocuparse por esta deriva, sobre todo al ver que hay jueces receptivos a semejantes desvaríos?

No se trata de ver las cosas únicamente desde una perspectiva. Ateos En Lucha escogió la peor manera posible de apelar al sentimiento ateo al emplear un lenguaje beligerante y agresivo. Hizo unas alusiones inaceptables en un llamamiento que, lejos de fomentar el civismo, parecía un intento deliberado de exaltar los ánimos. Las inquietudes ateas no pueden ser identificadas con un hatajo de cantamañanas como ese, pero está bien que hayan salido a la luz para así poder hacer un cordón sanitario que les impida manchar el nombre y la reputación del movimiento ateo. En cuanto a Leo Bassi, no le sigo especialmente. El humor es muy subjetivo y no tengo problema en admitir que, quizá, las aptitudes del señor Bassi estén en no pocas ocasiones asociadas a la acepción más peyorativa de la palabra payaso.

Dicho lo anterior, una cosa es el mal gusto, la mala baba, el retorcimiento, la provocación gratuita... y otro distinta el delito. ¿Por qué hay ciudadanos que piensan en clave delictiva cuando alguien dedica epítetos poco halagadores hacia la fe religiosa que profesan, y hay jueces que, aunque sea en primer término, les dan la razón? Muy sencillo. Esto ocurre porque en nuestro Código Penal está presente un artículo, el 525, que convierte en punible cualquier mofa, escarnio o burla dirigida hacia cualquier religión, aunque no hay dudas de que se redactó con sólo la religión cristiana en mente, y el catolicismo en especial. Y si este artículo existe es porque un político socialista, el actual alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, a la sazón ministro del Interior cuando se produjo la reforma del Código Penal de 1995, introdujo la prohibición legal de burlarse de las creencias religiosas.

Quien lo iba a decir. Un miembro del partido socialista, que durante los últimos años ha sido señalado por la derecha católica como la mayor amenaza contra la virtud y la decencia, es uno de los mayores referentes morales del catolicismo patrio. En 1988 el gobierno de Felipe González derogó el delito franquista de blasfemias con el apoyo del PP en su versión AP. Ocho años después, el mismo gobierno, ya en situación terminal y de la mano de Belloch, resucitaba el viejo espíritu nacional católico y le insuflaba nueva vida en el nuevo Código Penal. De aquellos polvos estos lodos, y viva la Transición.

La libertad de expresión solo puede tener un límite: las personas. O más concretamente su derecho al honor, a su buen nombre y a su reputación. Las ideas, como conceptos abstractos no tienen que ser respetables. No es propio de una democracia avanzada que su sistema legal disponga de preceptos orientados a proteger lo abstracto. Eso es más propio de las teocracias. La religión pertenece a ese ámbito, algo incuestionable a tenor de la cantidad de credos religiosos existente en el mundo incompatibles entre sí. Por muy asentado que esté un sistema de creencias en un lugar, no deja de ser la opción personal de quienes lo asumen, no una realidad incontrovertible que deba tener reflejo en el plano terrenal.


El ataque verbal contra las ideologías es un derecho, sea el caso del cristianismo, el islam, el comunismo o el liberalismo. El artículo 525 es una embestida contra el derecho a la libre expresión. Es un privilegio otorgado al credo católico y deja en papel mojado la presunta aconfesionalidad estatal de la que habla la Constitución. Si a ello le añadimos el concordato firmado con el Vaticano, aún vigente y que regula diferentes aspectos de las relaciones Iglesia-Estado, lo que nos queda es un pobre simulacro de Estado aconfesional, una impostura. Un fraude.

jueves, 14 de abril de 2011

No se puede conocer con exactitud la marca del explosivo usado en el 11-M

No lo digo yo, lo dice uno de los TEDAX que declaran estos días en la causa judicial abierta contra su antiguo jefe:
Además, uno de los declarantes ha comentado a la magistrada que una vez que un artefacto explota es imposible conocer la marca del explosivo, y que únicamente se pueden hacer deducciones.
Así, bien grande a ver si los conspiranoicos se dan por enterados de una santa vez.

miércoles, 13 de abril de 2011

La verdadera amenaza de la procesión atea

Quienes pensamos que en no pocos aspectos España sigue siendo un estado confesional recibimos estos días una nueva confirmación. Se quiere celebrar en Madrid una concentración atea coincidente con la procesión del próximo jueves santo en la que uno de los objetos de adoración, por llamarlo de algún modo, será la tetera de Russell. Dice la alcaldía de la capital que esta iniciativa puede ocasionar "problemas de orden público".

Cabría preguntarse de parte de quien vendrían creados esos problemas, si de los ateos o de los creyentes. Porque si es lo segundo quizá entonces la procesión que habría que prohibir es la de los católicos, esa que gusta exhibir efigies de cadáveres crucificados o de señoras con múltiple personalidad (¿acaso no es politeismo?) en función del lugar donde saquen a la virgen. Pero a buen seguro que la sola sugerencia sería recibida por la comunidad religiosa con toda case de improperios, alusiones al fascismo y como un ataque a los derechos de los creyentes. Eso sí, la procesión que se quiere prohibir es la de los ateos mientras la religiosa recibe toda clase de atenciones por parte de los poderes públicos.

Es un episodio más del modo en que el Estado español, falsamente aconfesional, privilegia a una confesión religiosa en detrimento de los derechos civiles de los ciudadanos. Esa aconfesionalidad, tan irreal que convive en nuestra Constitución con las prebendas que disfruta la religión católica, no puede ser creíble mientras exista el artículo 525 del código penal (añado: obra del PSOE) que convierte en delito la mofa, burla o escarnio del dogma religioso. Ojo, dogma religioso, es decir, una proposición específica que hay que creer sin necesidad de pruebas. Y se legisla para proteger eso. ¿Cómo puede un país que se defina como moderno y avanzado conceder prerrogativas legales a tamaño disparate, a semejante aberración democrática y lógica?

Vuelvo a lo mismo, ¿sobre quién recae la sospecha de los posibles altercados si no se prohibe la manifestación atea? ¿Sobre un colectivo social que jamás los ha provocado y que es apenas visible social y mediáticamente? ¿O sobre los herederos intelectuales de quienes arrastran el mayor número de crímenes perpetrados en la historia de nuestro país? Porque es precisamente ese historial de sangre, muerte y excesos el mayor aval del integrismo religioso para conseguir sus propósitos. El miedo que su pasado y lo que la fe ha sido capaz de hacer infunde, es la mayor arma de que disponen para prevalecer, para que la razón no avance y la superstición siga acaparando espacio público y dominio social.

domingo, 10 de abril de 2011

El Rock comercial y desenfadado de My Chemical Romance

My Chemical Romance es una banda norteamericana de Rock encuadrada dentro del movimiento Emo y su música venía siendo un exponente más o menos claro de Punk-Rock. Pero algo cambió en su penúltimo disco, The black parade. Allí encontrábamos un tema, Famous last word, del que hablé aquí hace un tiempo, que parecía mostrarles la senda, hasta ese momento intransitada por el grupo, del Rock de masas. Alguien más se lo ha debido sugerir porque su nuevo trabajo, Danger days: The true lives of the fabulous killjoys, sigue casi en su totalidad la pauta marcada por aquella canción.

Los chicos malos de My Chemical Romance ya no lo parecen tanto, al menos no desde una óptica musical. Habrá quien les retire gran parte de su crédito musical con el cambio, pero a quienes no les hacía mucha gracia el Punk-Rock, como a quien suscribe, el giro es una muy buena noticia. Una banda rockera puede pasarse a un estilo más comercial y diluir su prestigio y sus buen hacer en el intento, pero hay que admitir que Danger days... salva la cuestión de manera digna, incluso brillante. Las melodías son muy simples y están hechas para seducir, los estribillos son de los que rápidamente se graban en la memoria y el octanaje guitarrero está muy medido para no asustar a la potencial nueva audiencia, pese a que aún hay momentos cañeros. Navegan entre los Green Day más melódicos y el Teen-Rock de Weezer deudor de los Cars, de los cuales parecen haber heredado el gusto por la New Wave ochentera.

Danger days... está plagado de canciones de esas que se suelen extraer como disco sencillo, muy coreables por las radiofórmulas pero no exentas del talento necesario para componerlas. Es muy meritorio hacer un disco tan sostenido y con tan pocos altibajosBulletproof HeartThe Only Hope For Me Is YouSave Yourself, I'll Hold Them Back Summertime son piezas que no cuesta retener y tararear, tal es la simpleza de sus esquemas. Pero cuesta no admitir que dan en el clavo y enganchan. El disco se escucha de un tirón, aunque es cierto que una exposición prolongada puede generar cansancio. Ahí está el oyente para saber dosificarse.



Rock comercial y desenfadado que se disfruta sin mayores complicaciones.


viernes, 8 de abril de 2011

Lo que ven nuestros ojos no siempre es lo que percibe nuestro cerebro


Esta imagen que les ofrezco es una recreación casera de algo que la otra tarde vi en el suelo mientras caminaba por la calle. Representa lo que millones de adolescentes con picores han recreado en innumerables pupitres, puertas de retrete y toda superficie susceptible de ser pintada con bolígrafo o lápiz: unos genitales masculinos. Pero, ¿por qué lo que vemos ahí plasmada es la síntesis de unos genitales masculinos?

En aquel momento me surgieron reflexiones acerca de por qué vemos lo que vemos, qué nos lleva a hacer la interpretación del mundo a que estamos acostumbrados y la capacidad del cerebro humano de ver determinadas estampas bajo condiciones concretas. Y también que cuando uno tiene un blog que desea ver activo puede escribir en él partiendo de casi cualquier idea :-P

Pese a lo pueril que aparenta ser el asunto, es cierto que nos lleva a implicaciones más profundas de las que en un principio podría pensarse. El cerebro humano está entrenado para identificar lo que ve de forma que pueda relacionarlo con el mundo que le rodea. De tal modo, si durante los años de adolescencia cualquiera de ustedes ha visto o dibujado con frecuencia una representación sintética de los genitales masculinos como la que encabeza esta entrada, no es en absoluto extraño que la volvamos a ver en la caprichosa disposición en que una cinta elástica ha quedado sobre la acera.

Vayamos más lejos. Hay personas que piensan que todo lo que nos rodea está determinado por un propósito más elevado. Este sistema de creencias nos llevaría a pensar que la goma que vi en el suelo quedó en la forma en que podemos verla porque “alguien” o “algo” decidió que esa era la forma en que tenía que ser vista. Lo digo porque los partidarios del propósito intencionado niegan, por lo general, que exista el azar. Rechazan que el azar, o la ausencia de voluntad creadora, pueda estar detrás de la existencia de la vida y del cosmos, ya que lo ven tan complejo y “ordenado” que, por fuerza, algo o alguien ha debido ser el detonante, la causa primera.

Lo que yo pienso es que todo lo que vemos, la visión del mundo que tenemos, está determinado por cómo lo vemos. Si en la foto que acompaña al post vemos unos genitales masculinos es porque nuestra mente ha recibido un “entrenamiento” que nos lleva a verlos. Pensar que una mente maestra y todopoderosa haya dedicado tiempo y esfuerzo, por minúsculo que haya sido, en “colocar” la goma de forma que los transeúntes puedan identificar como la simplificación visual del paquete de un hombre suena absolutamente ridículo. Con toda probabilidad alguien arrojó al suelo o la dejó caer, y quizá luego fue pisada y arrastrada inconscientemente por otros peatones hasta alcanzar la forma en que finalmente la encontré. No hay nada que pudiera hacer sospechar que hubo un propósito.

Pues bien, eso que parece (que es) tan estúpido en relación a la goma peniforme se sustenta en el mismo principio lógico en el que se apoyan los postulantes de una creencia tan extendida como el creacionismo: se emiten explicaciones a posteriori basadas en la apariencia después de, por lo común, toda una vida bajo el influjo de un sistema de creencias concreto. El resultado no puede ser otro que veredictos encastillados en los prejuicios generados por ese sistema de creencias. Si desde pequeño tus figuras de autoridad (padres, maestros, tutores...) te dicen que creer en dios es bueno, tienes grandes posibilidades de convertirte en un adulto creyente, aunque jamás te hayan mostrado una sola prueba. Por esa misma razón vemos un pene y dos testículos en la imagen de arriba, porque hemos interiorizado la relación entre imagen simple y concepto complejo, y el aglutinante han sido nuestra joven y, en la mayoría de los casos, desenfadada, divertida y memorable etapa adolescente. O quizá también diversas manifestaciones de la cultura popular más barriobajera.

Extrapólese el caso que nos ocupa a la forma de las nubes, el relieve de una cordillera montañosa o la proporción geométrica existente en numerosas especies vegetales (dejando a un lado la adaptación al medio). El entrenamiento que haya tenido la mente del observador, así como su sistema de creencias, siendo que ambos han crecido uno al amparo del otro, será crucial en su modo de interpretar lo que ve.

Como digo, las personas tendemos a relacionar imágenes simples con conceptos complejos. Eso es algo que saben bien en el mundo de la publicidad y el márketing: es el fundamento de la creación de logotipos, imagen corporativa o señalética y se le llama iconicidad. Las agencias de publicidad tienen medios (encuestas, estudios de mercado...) de conocer las necesidades, los anhelos y las preferencias del público objetivo al que se quiere dirigir, de forma que sus creativos son capaces de idear mensajes a medida de cada target empleando para ello el grado de iconicidad de un objeto o de una combinación de ellos. La misma razón empuja a determinadas personas a ver caras donde solo hay manchas de humedad, encontrar imágenes divinas en los lugares más disparatados o vislumbrar conspiraciones debajo de cada piedraEste fenómeno tiene nombre y se conoce como pareidolia (aunque en el caso de las conspiraciones estaríamos hablando de apofenia) y está más extendido de lo que parece.

En buena lógica, la impresión que cada uno extraiga de una imagen abstracta se verá condicionada en gran medida por las influencias sufridas en las etapas mas sensibles del crecimiento y, por tanto, más proclives a asimilar toda clase de información. Hasta el punto de llegar a configurar certezas en las edades adultas.

jueves, 7 de abril de 2011

Consideraciones sobre la energía nuclear


La crisis nuclear provocada por el tsunami sobre la central japonesa de Fukushima ha disparado las alarmas acerca de la peligrosidad de energía atómica. No sucumbir al alarmismo ni al seguidismo ciego es difícil en unos tiempos en que las posturas se polarizan con facilidad y la desinformación en moneda común. La energía nuclear no goza de buena fama entre los ciudadanos pero, ¿hasta qué punto está esto justificado?
Con motivo de la catástrofe de Fukushima un operador español de central nuclear escribió una carta a Amazings.es, un destacado blog de ciencia. Las explicaciones contenidas en dicha misiva, junto a las que posteriormente siguió dando a petición de los lectores, aclaran bastantes aspectos, muchos de ellos desconocidos para el gran público, acerca de la nuclear como fuente de energía segura. Como me parece tremendamente interesante y didáctico, esta entrada va dedicada a resumir lo que, a grandes rasgos, este operador vino a resaltar.
Quiero ponerme la venda antes de recibir la herida. Alguien podría aducir que todo no era más que una maniobra, un lavado de imagen del lobby nuclear en un momento en que los ojos de todo el mundo estaban puestos en Fukushima. Más vale que leamos lo que este operador nos cuenta antes de ponernos en plan conspiranoico, y decidamos por nosotros mismos si lo que dice tiene o no sentido. O intentemos refutarle, que seguro que hay forma, si los datos que aporta no son reales o están manipulados. No se por que deberíamos ser más rigurosos con el lobby nuclear de lo que seríamos con el antinuclear, que también existe. Personalmente prefiero informarme, evitando prejuicios en la medida de lo posible, antes que resignarme a vivir con miedo de forma injustificada.
La carta puede leerse en el enlace de Amazings.es al principio de la entrada. Paso ahora a resumir algunos conceptos explicados en los comentarios y que me he molestado en categorizar alfabéticamente. Pueden ayudar a enjuiciar si el sector nuclear está o no justamente valorado por la opinión pública.


Empecemos que esto va a ser largo. He intentado hacer de su testimonio una narración neutra, aunque para entender algunos pasajes había que mantener esta en primera persona.

Accidentes: El peor accidente industrial de la historia no ha sido nuclear. Fue el de la planta química de Bhopal, India, en 1984. Y todas las compañías aéreas acumulan incidentes de diversa consideración, ¿Vamos a dejar de volar en avión? Si se produce un accidente sin víctimas, de tren o avión, se revisan protocolos y mecanismos; se toman medidas para mejorar la seguridad pero no pasa nada más. ¿Por qué el sector nuclear no recibe el mismo trato?


¿Cuando se te cruza alguien o algo ante el coche, piensas dónde está el freno o lo pisas instintivamente? Pues eso es lo que nos ocurre a los operadores de central. Estámos mucho más preparados para un accidente nuclear que para que se nos acabe el café.
Todas las centrales tienen un cuerpo de bomberos propio, normalmente subcontratado. Son una brigada de al menos cinco personas con un camión cisterna y otros vehículos y están perfectamente formados y preparados para actuar en caso de incendio. Se realizan cada año varios simulacros de incendio, y en TODOS ellos participan bomberos de fuera de la central, que serían los que darían apoyo a los nuestros en caso de necesidad.
Alternativa energética. Existe una alternativa, pero también es nuclear. El Sol. Bueno, para ser más exactos, la energía que se produce en el Sol, la fusión nuclear (que no es lo que dicen algunos periodistas que está pasando en Fukushima). Hace unos años ha arrancado el proyecto científico más importante de la Historia: el ITER, en el que participa España. Si todo va bien, creen que en torno a la mitad del siglo seremos capaces de construir centrales de fusión (las de ahora son de fisión), que producirán mucha más energía a menor coste. Se alimentan de hidrógeno, que se puede extraer del agua del mar y los productos de fusión resultantes son radiactivos durante muy poco tiempo.

El futuro energético de la humanidad estaría en la fusión nuclear, lo que permitirá eliminar definitivamente el petróleo y sus derivados.
Chernobil. Lo de Chernobil no es comparable con nada. Por cierto, en Chernobil no se evacuó a la población, lo que produjo la mayoría de las muertes. En Japón sí.

Chernobil no tenía edificio de contención, sus operadores no eran ni ingenieros ni tenían licencia otorgada por un organismo como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) español, no tenían procedimientos, ni de emergencia ni de operación normal, estaba dirigido por un político a cargo del partido, no por un ingeniero, etc. Pero lo más importante y que mucha gente no sabe: Chernobil tenía un gravísimo problema de diseño que no se puede modificar: su combustible era intrínsecamente inseguro. Esto es: en funcionamiento, cuando el combustible de una central como las nuestras pierde refrigeración se calienta, como es lógico, pero está diseñado para que eso produzca una peor moderación de los neutrones. Dicho de otra forma y sin entrar en tecnicismos: baja la cantidad de fisiones y el núcleo pierde potencia. Eso es lo que ocurriría en las centrales españolas si tuvieran problemas de refrigeración. Pues en Chernobil ocurría lo contrario: al calentarse el combustible, aumentaba su potencia, con lo que se calentó más, y aumentó más la potencia. Tuvieron lo que en el argot se denomina una "excusión de potencia". El resultado ya lo sabemos (no todos, porque todavía hay quien piensa que hubo una explosión nuclear): fusión del núcleo, producción de hidrógeno, explosión de hidrógeno y fuga.


Condiciones de trabajo. Prácticamente no existen las horas extra en la plantilla de una central nuclear, con lo que se evita más el estrés y el agotamiento. Nótese la diferencia con el gremio de controladores aéreos.


Contaminación. En cuanto a la contaminación de la tierra o del mar, no es preocupante, siempre y cuando la actividad esté dispersa. Un litro de arsénico en una piscina olímpica no representa un problema. Una gota en un vaso de agua te puede matar. Ojo, sin quitarle hierro al asunto. Que nadie piense que lo de Fukushima no es una tragedia, que lo es, pero no es el apocalipsis. La mayor parte de la contaminación está yendo hacia el mar, donde una vez diluida no representa ningún peligro. Ojo, eso no significa que no haya que revisar, analizar y controlar todo para estar seguros de que la gente no recibirá más dosis de la habitual.
Desinformación. En El Mundo se dijo que uno de los edificios de contención está gravemente agrietado y roto, pero que se está presurizando. Pues señores, una de las dos cosas es mentira. Si una olla a presión está rota, no se presuriza. Y al revés, si se presuriza es que no está rota.

Precisamente por eso es necesario que los que atacan a este sector den datos fiables de lo que ocurre. Se oyen barbaridades sólo durante la operación normal de la planta en los medios de comunicación. El índice de cáncer en las poblaciones de alrededor es el normal para cualquier lugar y los trabajadores profesionalmente expuestos estamos muy tranquilos. Y para que sirva de referencia: hay gente que trabaja en las centrales (en limpieza, por ejemplo) que ganan mil euros al mes. ¿Quién haría ese trabajo por ese dinero si no fuera seguro?
Una de las falsedades más repetidas es que las centrales explotaban como una bomba atómica y que las torres de refrigeración sirven para contaminar, cuando simplemente lo que emiten es vapor de agua.
Energías renovables. Los que trabajan en esto no están en contra de las energías renovables, pero sí de las derivadas de los combustibles fósiles. Sin tener que hablar del cambio climático antropogénico, simplemente háganse una pregunta: ¿qué es mejor, almacenar el desecho en un lugar confinado con grandes medidas de seguridad, o lanzarlo por una chimenea a la atmósfera? Lo segundo es lo que hacemos cuando utilizamos el coche o lo que hacen las centrales que queman carbón, fuel o gas. Incluso la fotovoltaica es una energía generadora de residuos.

¿Cual es la gran mentira de las energías renovables? Lo que no dicen es que los aerogenereadores no pueden funcionar todo el tiempo por varios motivos:
1. El más obvio: no hay viento siempre. Hay días que no hay viento en toda España. En la página de Red Eléctrica se puede ver la demanda en tiempo real con gráficos históricos. Se comprueba que no podemos depender exclusivamente de una fuente tan variable.
2. Los aerogeneradores no funcionan con poco viento, pero tampoco con mucho viento o con viento racheado.
3. Los aerogeneradores no son capaces de mantener la frecuencia de la red eléctrica. Ese parámetro, los 50 Hz es fundamental para la estabilidad de la red y para que funcionen los motores eléctricos de fábricas, trenes, etc. Cuando hay alteraciones de frecuencia en la red, los aerogeneradores se desconectan para protegerse, porque no pueden regular la frecuencia.
¿Qué se hace en las centrales nucleares cuando baja la frecuencia? Automáticamente, el sistema de control de turbina la acelera ligeramente, para tirar de la red y aumentar su frecuencia. Si la frecuencia sube, la turbina hace lo contrario. Por supuesto, si el valor es excesivo, se deja de hacer fuerza para protegernos, pero lo anterior suele ser suficiente. Las islas suelen tener problemas que para mantener su frecuencia: es debido a que tienen centrales térmicas pequeñas con poca capacidad de mantener la estabilidad de su red.
Esto es fundamental: la estabilidad de la red la mantienen los grandes generadores.
Un aspecto que se nombra poco: las centrales hidráulicas. Imagino que deben ser consideradas renovables, pero no muy ecológicas, porque suponen la alteración del hábitat natural de muchos animales, plantas y personas. ¿Qué opinan los ecologistas? ¿Están preparadas para un terremoto como el de Japón? ¿O aquí no puede pasar eso? ¿Qué pasaría si se rompiera la presa de las tres gargantas, en China, que produce lo mismo que 18 nucleares?
Fukushima. Fukushima resisitió perfectamente el terremoto, prueba de que las centrales son capaces de soportar incluso algo más de lo que se había previsto en el diseño. Lo que no soportó fue el tsunami de 10 metros.

Garoña. La única central que tenemos con la misma edad que las japonesas es Garoña, que es del mismo fabricante (General Electric) y de la misma época. El resto son más modernas. La eficiencia energética es la misma (un 33% del calor generado es el que se convierte en electricidad), pero la potencia es mucho mayor. En cuanto a contaminación: la misma, cero emisiones de CO2. La seguridad también es igual, puesto que el CSN pone los mismos requisitos a todas las centrales.
Lobbies. Sí que existen los lobbies, pero sólo se habla del nuclear y no del anti-nuclear. Nadie se pregunta por qué Greenpeace no ataca con igual firmeza a las refinerías de petróleo, con sus constantes fugas y vertidos, que a las nucleares.

Mass Media. La campaña mediática que se está haciendo contra la nuclear no es comparable a los sucesos de la BP en el Golfo de México o Exxon en Alaska.
Modelo energético mixto. No sería un retroceso si utilizamos renovables y nucleares, ese es el futuro a medio plazo. El futuro a largo plazo estaría en la fusión nuclear, por tanto las centrales nucleares de fisión (las actuales) desaparecerán, pero mucho más tarde que los combustibles fósiles.

Radiación. No hay que preocuparse por los que están trabajando en Fukushima, si realmente funcionan como en España. Todos los trabajadores profesionalmente expuestos llevan un dosímetro que mide la radiación que reciben, pero cuando acceden a lo que llamamos zona controlada (zona con actividad), entonces llevan además otro dosímetro, que mide instantáneamente la dosis que están acumulando. Si eso es así, seguro que están turnándose para no sobrepasar los límites anuales, que además son siempre muy conservadores.

Un mínimo de radiactividad recibida no te da un boleto de lotería para el cáncer, sin hablar primero de probabilidad y estadística. Cada vez que nos hacemos una radiografía (no hablemos de un TAC), cada vez que viajamos en avión (sobre todo los vuelos transoceánicos) y mucha gente que vive en lugares con alta radiactividad natural, estamos expuestos a las radiaciones ionizantes. ¿En qué proporción? ¿Sabe usted cuanta dosis produce todo lo que se acaba de mencionar? ¿Sabe cuánta dosis recibiría si estuviera trabajando durante ocho horas cargando combustible en el reactor? Yo sí lo se, y vivo muy tranquilo, porque lo sé.
Las nubes emitidas tras el accidente de Fukushima pueden ser radiactivas, pero están muy diluidas. Si todo el volumen de combustible se convirtiera en gas, cosa absolutamente imposible, cabría todo en una casa. Pensemos que representa si ese gas se expande por todo el mundo. El problema sería grave si no se hubiera evacuado a la población cercana, porque esa gente sí habría recibido la nube tóxica muy concentrada. Si sumáramos las nubes radiactivas de todos los ensayos nucleares realizados desde 1945, ¿estaríamos todos muertos? No es que no sean nocivos, sólo que su alcance es limitado, no global. Lo gracioso es que los que piensan que los cuatro reactores están emitiendo gases radiactivos que nos matarán a todos no se creen que el humo que han emitido fábricas, centrales térmicas y coches durante un siglo esté cambiando el clima.
Rentabilidad. Las centrales españolas ya están amortizadas. Eso significa que ahora sólo tienen que pagar los sueldos, el combustible, el mantenimiento y las mejoras. Se puede asegurar que son absolutamente rentables. Carlos Bravo, de Greenpeace, dijo el otro día que ya se pueden cerrar porque ya están amortizadas. Pues ahora es el momento de aprovecharlas, porque ahora el MW es el más barato. ¿Qué les pasaría a las renovables sin subvención? ¿Estaríamos dispuestos a pagar lo que cuesta una nuclear entera CADA AÑO? Pues eso es lo que pagamos cada año a las renovables.
Los huertos solares, están construidos gastando más energía en su construcción que la que darán en toda su vida útil. Y por cierto, nadie dice cómo se reciclan las baterías y los materiales fotovoltaicos. Creo que la energía solar tiene un lugar formidable en las casas, tanto si es térmica como fotovoltaica, pero una producción a gran escala no es rentable.
Que todos los que quieran energía verde se lo digan al estado para que les pase a cobrar a ellos lo que paga a los productores a modo de subvención. Los que quieren más nucleares estarian encantados de pagar sólo lo que queda por amortizar de Lemóniz.
Residuos. Cada central mantiene los desechos en sus piscinas. Como se terminan llenando, se buscan un emplazamiento para realizar un almacén centralizado, dramáticamente denominado “cementerio nuclear”. Hay un plan para almacenar los residuos de todas las centrales, hay planos, hay presupuestos, está todo. El problema es que el gobierno no se acaba de decidir dónde instalarlo, o que no encuentra el modo de hacerlo sin que se note, o vaya ud. a saber qué.

Las piscinas de almacenamiento no son una solución provisional desde el punto de vista de la seguridad. Lo son desde el punto de vista del tiempo. Las piscinas se están llenando y el problema no es que sean menos seguras, es que pronto no cabrán más elementos. Los criterios de seguridad de las piscinas son los mismos que para el combustible del reactor, pero lógicamente sus circunstancias son muy diferentes. Están sumergidos en agua borada (unos 2.700 partes por millón) y refrigeradas constantemente, pero simplemente con tener agua constantemente se podrían refigerar sin problemas (reponiendo la que se evapora, puesto que el boro no se evapora).
Los residuos son uno de los precios a pagar por el progreso. Existen en todas las actividades industriales, y la nuclear es una de ellas. Son peligrosos, pero también lo son los químicos, y además están controlados, no en embalses como el de Riotinto (O el de Aznalcóllar).
Riesgo: Observando las muertes por unidad de energía producida la nuclear acaba resultando una de las fuentes de energía más seguras.
Seguridad. En cada parada de recarga se incorporan nuevas medidas de seguridad para adaptarse a los sucesos que han ocurrido en otras centrales, sean francesas, estadounidenses o brasileñas. Las centrales de tercera generación incorporan todos estos avances. Alguno de ellos es realmente espectacular y habría solucionado en tran parte el problema de Fukushima: tienen un depósito inmenso de agua almacenado en la cúpula del edificio de contención que, en caso de no tener ningún medio de refrigerar el reactor, lo inundaría completamente. Tal cantidad de agua sería suficiente para mantener el reactor refrigerado mientras se recupera la tensión, aunque pasen varios días.

Los edificios de contención están diseñados para aguantar el impacto frontal de un Boeing 747 con todo su combustible. Se realizan ensayos con réplicas de muros de contención y les lanzan misiles y aviones teledirigidos.
Ante cualquier problema se dispara el reactor (parada automática) sin pensarlo dos veces. Se hace en el simulador muchísimas veces y no es algo que haga temblar el pulso lo más mínimo. Es cierto que las empresas quieren ganar dinero, pero personalmente nunca se ha visto que se quieran ahorrar un sólo euro en seguridad. Eso sí, en todo lo que no es de seguridad (y está muy bien delimitado), se ahorran todo lo que pueden, como me imagino que en todas partes. El sector nuclear está tan en el ojo del huracán desde hace tantos años que no hay directivo que ni siquiera se plantee la idea de recortar gastos en seguridad.
La probabilidad no es una ciencia exacta. El análisis probabilista de seguridad está basado en unos supuestos. Está claro que entre ellos no estaba el sufrir un tsunami de 10 metros, porque entonces no les permitiría arrancar la central. Las cifras que muestran los ASP son tan realistas como puedan ser las previsiones de las personas más expertas en toda clase de accidentes naturales y tecnológicos. Seguro de que ahora tendrán un parámetro más a valorar.
De todas formas, no se realiza ninguna maniobra que aumente el riesgo medido por los ASP. Se maneja un programa de ordenador que calcula el riesgo de fusíon del núcleo y que te permite simular cualquier circunstancia: parada de un equipo por mantenimento, cambios de alineamiento, etc. Si el riesgo no es aceptable, o se repara en ese momento o se para la central para la reparación.
Los equipos de refrigeración digamos “estándar” no lo son tanto. Son equipos que están fabricados con los mayores controles de calidad y que se revisan periódicamente. Eso los encarece mucho, pero los hace muy fiables. Los equipos de seguridad siempre están como mínimo duplicados (a veces triplicados y otras cuadriplicados) y eso permite realizar revisiones periódicas y análisis exhaustivos sin tener que parar la central.
La seguridad física de las centrales está formada por profesionales que aunque están peor pagados que los operadores, lo están mejor que en otros lugares. Si no fuera así pedirían el traslado. Están armados, tienen perros que atacarían en caso necesario y el sistema de vigilancia, con doble vallado, cámaras y sensores, se prueba periódicamente. Además en caso de alerta por atentado reciben refuerzos de la policía e incluso del ejército (ya ocurrió durante el 11S y el 11M).
Si un camión entrara en una central con plutonio, saltarán los detectores de los pórticos, será detenido y apresado. Pero en el peor de los casos, si hace explotar, digamos, dinamita, moriría el conductor y los que estén a su alrededor, pero el plutonio no explotará a no ser que lo que se introduzca sea una bomba atómica. Pero entonces el reactor ya sería lo de menos.
Utilizamos Windows para toda la gestión administrativa, nunca para controlar los sistemas, ni siquiera los que no son de seguridad. Los equipos informáticos que controlan los equipos de seguridad no están conectados a ninguna red, son completamente autónomos, así que no se pueden ni controlar ni manipular a distancia. Son sistemas dedicados y con sistemas operativos basados en UNIX, entornos gráficos muy muy robustos. Además, todos están duplicados, trabajando al mismo tiempo, así que si uno falla, el gemelo coge el control. Nunca he visto que uno de esos equipos falle.
Sesgo. El operador dice que tiene suficiente experiencia en el sector energético para dedicarse a otra cosa y que si los que saben algo de un tema no hablan, ¿quién lo debe hacer? ¿Los políticos, los periodistas o cualquiera? Reconoce su parcialidad, pero no mayor de la de cualquiera. Aporta datos y experiencia.
Terrorismo. Desde el 11S, la seguridad en las centrales de todo el mundo se reforzó, especialmente las más vulnerables, que son las que no tienen edificio de contención. En España, actualmente, todas las centrales en activo lo tienen. Es especialmente importante que la cúpula sea esférica porque como sabrá cualquier arquitecto, una superfície curva es capaz de soportar mucha más presión por que la fuerza se reparte en todas direcciones. Además estos edificios están realizados con una armadura con varillas de unas tres o cuatro pulgadas de diámetro, que recorren todo el interior del muro en vertical, horizontal y diagonal en ambos lados. Durante la construcción de las centrales, y antes de verter el hormigón, no se veía a través de la maraña. Además, muchos de esos “tendones” están bañados en aceite, por lo que se tensan periódicamente para mantener la rigidez estructural. Es lo que llamamos post-tensado. Y una cosa más: el interior está cubierto totalmente (paredes, suelo y techo) por una espesa capa de acero inoxidable que lo hace totalmente hermético.

Un hipotético ataque terrorista sobre este edificio, ya sea con coches-bomba, misiles, o incluso aviones no debe suponer ningún problema. Lógicamente, si la central fuera tomada por un equipo perfectamente armado y con conocimientos muy profundos del funcionamiento de la central, podría causar problemas, pero un sólo operador que no estuviera controlado por los asaltantes sería capaz de abortar la mayoría de sus acciones desde una sala de control remota o desde los interruptores de las bombas, pasando el control a manual en lugar de remoto (Sala de Control).
TMI (Three Mile Island). El accidente de TMI (Three Miles Island, Harrisburg, Pensilvania) fue debido a un error de diseño junto con varios errores humanos. Hubo fusión casi total del núcleo. No hubo ninguna víctima del accidente, aunque sí algunas emisiones, pero sin peligro para la población. Desde ese accidente se han aprendido muchas cosas, se han redactado muchos procedimientos para actuar en caso de emergencia, que se revisan constantemente, se prueban en simuladores y en algunos casos también ante una parada automática.
Transporte. El combustible se transporta en camiones, dentro de cofres y totalmente montado. El uranio está en estado sólido, son pastillas cerámicas no solubles en agua y por tanto no tiene ningún riesgo en caso de accidente. He realizado multitud de veces la inspección del combustible cuando se descarga en mi central y he tocado con mis manos (solo cubiertas por un guante de algodón) para comprobar su estado. El uranio natural, si no ha sido bombardeado con neutrones es muy estable (aunque sea radiactivo, por supuesto) y produce una dosis de radiación muy baja.
Vandellós. Lo que ocurrió en Vandellós 1 fue un incendio en el edificio de turbinas, accidente que puede ocurrir en cualquier instalación que produzca electriciad con una turbina. El reactor paró correctamente y no hubo ninguna baja. La central se cerró porque hacía poco tiempo que había pasado lo de Chernobil y el gobierno no se quiso arriesgar.
Vida útil. La mayoría de las centrales españolas está aproximadamente en la mitad de su vida. Fueron diseñadas para trabajar durante 40 años, y todas están en torno a los veintitantos.

¿Por qué el límite de 40 años? Otra cosa que casi nadie sabe. El límite de cuarenta años es porque el acero de la vasija (o contenedor, de unos 10 cm de espesor y de altísima calidad) se creía que no sería capaz de aguantar más de 50 años debido a la constante radiación, sobre todo neutrónica, que es la más destructiva. Como todo se hace con un cierto margen, se redujo de 50 a 40 para llegar a esa cifra con seguridad. Pues bien, las vasijas tienen insertadas lo que se llaman unas probetas que no son más que trozos del mismo material, de la misma fundición, que se extraen cada cierto número de años para analizar los daños que ha sufrido en su estructura y así comprender cómo está soportando la vasija el envejecimiento. Los datos a los que he tenido alcance dicen que la vasija podría alcanzar sin problemas unos 80 años, así que la cifra de 50 era demasiado conservadora.
Pero ahora hay más: todo eso se hizo porque se pensaba que no se podía cambiar la vasija. Ahora se sabe que sí, que es perfectamente posible hacerlo. De hecho, hay varias centrales españolas que han cambiado sus generadores de vapor. Alargar la vida de las centrales significa tener que pagar menos por la electricidad.


ACTUALIZO para enriquecer el debate confrontando dos posturas contrarias, las del blog La ciencia y sus demonios y la de Educadores por la sostenibilidad.

Cine de 2021 que ha pasado por estos ojos

A continuación dejo un listado de las películas de 2021 que han visto estos ojitos, junto con un enlace a la reseña que dejé en Filmaffinity...