martes, 4 de diciembre de 2012

Devin Townsend Project, Marillion, Circa Survive, Crippled Black Phoenix y Soundgarden: rock progresivo y heterodoxo

Devin Townsend Project - Epicloud

Cuando me enteré de que la inigualable Anneke Van Giersbergen venía participando en los discos del músico canadiense Devin Townsend me faltó tiempo para ponerme a escuchar material suyo. Me quedé con la idea de que la cantante holandesa abandonó The Gathering buscando ambientes más intimistas y menos ruidosos, pero verla ahora como vocalista de apoyo de un personaje tan inmerso en el mundo del metal me dejó descolocado, e imaginando que hubo motivos más allá de lo estrictamente musical. Sea como fuere, escuchar su voz es siempre un placer, aun en un ámbito tan depredador de timbres vocales como los discos de Devin Townsend. ¿Por qué digo esto? Esencialmente porque este hombre hace de la megalomanía musical toda una seña de identidad. Epicloud parece concebido para apabullar desde el primer minuto y decir que está sobreproducido es quedarse corto. Las guitarras, la sección rítmica y los coros ocupan un espacio tal en su universo sonoro que minimizan o momentos cualquier aporte ajeno a ellas, incluida la voz del propio Townsend. Este multiinstrumentista parece obsesionado con que cada apartado musical de su obra llegue al máximo de sus posibilidades, aunque no con ello asegure la calidad de sus productos. Epicloud  es, a tenor de lo escuchado en discos previos, y teniendo en cuenta que Devin es un músico proveniente del metal extremo, algo más aperturista, con ciertos coqueteos pop, mayor presencia de melodías y concesiones en forma de serenas baladas. Incluso se atreve a meter coros gospel al principio y al final del disco, demostrando no tener ningún miedo al ridículo. Ha sido una experiencia no exenta de interés, pero por lo que a mí respecta lo mejor ha sido reencontrarme con Anneke en un entorno metalero. Lo siento, Devin.






Marillion - Sounds that can't be made

Es ya un lugar común que los últimos discos de Marillion sean recomendados como potentes somníferos. Quizá sea una burla injusta pero es cierto que la cadencia y la pachorra que se gastan en la ultima etapa de su obra no les hace acreedores precisamente de calificativos relativos a la viveza y el dinamismo. Confieso que no escuché su anterior entrega, el doble CD Hapiness is the road (2008), así que habrá que excluirlo en la comparación de la novedad de hoy con el resto de su producción. Y tengo que decir que, al menos en el aspecto referido, se nota cierta mejora. Se les escucha a los británicos muy progresivos, melódicos, sí, pero sin tanto devaneo con el pop como han llegado a tener. Siguen apostando por la pulcritud instrumental, el recreamiento en el detalle y los desarrollos largos y sin prisa alguna. Los temas largos se hacen, eso, largos, y solo puntualmente alcanzan picos de verdadero interés. No esperen que les entre a la primera; la música de Marillion no funciona así. Requiere paciencia y escuchas, pero admito que en poco tiempo ha captado algo más mi atención de lo que lo han hecho discos precedentes. Si se deciden, más vale que se mentalicen acerca de lo que van a escuchar o estarán perdiendo el tiempo.





Circa Survive - Violent waves

Esta banda norteamericana de post hardcore es prima hermana de otras que ya han pasado por el capítulo musical de este blog como Thrice y, sobre todo, Thursday, y su principal característica es la voz cuasi aniñada de su cantante, Anthony Green. No he escuchado nada previo de ellos pero leo que Violent waves supone cierto salto hacia un sonido más asequible. La verdad es que me recordaron mucho a Thursday, banda que me encanta, pero sin llegar a alcanzar ese punto que hace que desees escuchar más material. No consigo que me atrapen, vaya. Quizá sea la saturación de la escena post hardcore de la que hablan las revistas especializadas. El caso es que se le aprecian maneras y oficio pero algo no termina de cuajar en sus canciones.






Crippled Black Phoenix - (Makind) the crafty ape

Este es un disco cuya reseña llega muy justa dado que fue publicado a comienzos de año. En varios sitios observo que califican a Crippled Black Phoenix como supergrupo, por aquello de contar o haber contado con múltiples miembros a lo largo de su trayectoria, algunos de los cuales forman o han formado parte de otras bandas como Mogwai o Electric Wizard. Su música es claramente rock progresivo, pero sus notables influencias pinkfloydescas flirtean sin apuro con el post rock, el stoner o la psicodelia, componiendo un cóctel de esos que resulta exquisito o estomagante en función de la predisposición del oyente. Que no producen música para el consumo de masas queda meridianamente claro en sus temas largos y abruptos, diseñados para un público minoritario pero sediento de escuchar música que entrañe cierta elaboración. Nuevamente, estamos ante un disco cuya escucha requiere paciencia e implicación. Que pena que los productos de usar y tirar copen el interés general en detrimento de otras propuestas que resultarían igual de estimulantes si se les diera el margen de atención adecuado. Pero el mercado va por otros derroteros.





Soundgarden - King Animal

Soundgarden era una banda a la que tenía idealizada desde que descollaron en los primeros años 90 del siglo pasado. Lo primero que me llegó de ellos fue su segundo disco, Louder than love (1990), al cual comencé a verle virtudes más por oposición al hard rock imperante en la época (me aburría mortalmente el hair metal de Motley Crue, Twisted Sister y Stryper) que por méritos propios. Es cierto que abrieron la brecha de lo que posteriormente Nirvana dieron a conocer como grunge; también que su cuarto disco, Superunknown (1994) contiene el suficiente número de buenas canciones como para ser destacado como uno de los mejores que parió dicho movimiento musical. Pero he de admitir que el tiempo hace que vea con otra perspectiva la carrera del cuarteto de Seattle. La repercusión que consiguieron les construyó una reputación casi a prueba de balas en ambientes hardrockeros y les otorgó un estatus de privilegio dentro del rock de los 90. Su retorno, dieciséis años después de su último trabajo, me ha llevado a volver a escuchar sus discos, y tengo que decir que la experiencia no me ha resultado del todo satisfactoria. King animal, además, retoma tanto las formas como el estilo de producción, resultando una continuación bastante lineal de su hasta ahora interrumpida trayectoria. Si antes ya sonaban esquemáticos y cuadriculados en su nueva entrega apenan añaden elementos novedosos que hagan presumir cierta evolución. Los Soundgarden de 2012 suenan como una continuación natural de su anterior obra, Down on the upside (1996). Vamos, que no parece que hayan transcurrido dieciséis años, lo que será visto como una virtud por la mayoría de sus fans, no me cabe duda. Para mí, será que me he hecho mayor, volver a escuchar lo mismo de la misma gente me lleva más cerca del tedio que del entusiasmo. Tras este retorno valoro todavía más los discos de Audioslave, el supergrupo que Chris Cornell, vocalista de Soundgarden, montó hace una década junto a la sección instrumental de Rage Against The Machine, y que la crítica nunca termino de encajar del todo bien pese a su mayor versatilidad. Me habré vuelto un descreído.


El Atlético de Madrid como metáfora de Españistán


Los días previos al último derby madrileño entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid noté a los aficionados colchoneros bastante crecidos. A algunos les advertí que llevan demasiado tiempo pasando por lo mismo; siempre piensan que este año sí, que por fin van a ganar al eterno rival, pero al final ocurre lo de siempre y terminan defraudados. Y al año siguiente vuelven a caer. No hay manera de que aprendan.

En cierto modo, el Atleti me parecen una suerte de metáfora del carácter español. Es un club que siempre está queriendo ser algo que en realidad nunca ha sido (un grande, una prima donna a nivel continental), y me da la impresión de que sus expectativas se encuentran generalmente por encima de sus capacidades. Sobredimensiona cualquier pequeño logro que le haga descollar un pelín y le gusta imaginarlo como el principio del apoteósico advenimiento que el destino le tiene reservado.

Cuando por una vez esa casa alcanza la gloria (recuerden el doblete de la era Jesús Gil) rápidamente resuelve que, a partir de ese momento, la tónica imperante será el triunfo y el éxito. Desdeña lo que fue su pasado y rápidamente adopta el comportamiento de un nuevo rico, de ahí que su caída resulte tan pavorosa (recuerden las dos temporaditas en segunda división). El retorno a su consustancial inanidad le reporta cierto grado de humildad que resulta ser más falsa que Judas, porque al abrigo del menor destello ya están de nuevo imaginándose protagonistas de hazañas para los que la realidad les demuestra no estar facultados.

Y vuelta a empezar. Perder la conciencia de lo que se es, sea uno modesto, mediocre o lo que cada cual estime pertinente, supone el principio del desastre. Y eso le pasa tanto al Atleti como a Españistán.

Cine de 2021 que ha pasado por estos ojos

A continuación dejo un listado de las películas de 2021 que han visto estos ojitos, junto con un enlace a la reseña que dejé en Filmaffinity...