lunes, 8 de febrero de 2016

La polémica de los titiriteros, otra forma de utilizar a ETA como arma política

Días Contados es una película española dirigida por Imanol Uribe y estrenada en 1994. Basada en una novela de Juan Madrid, fue el gran éxito del cine patrio de aquel año. Cosechó un gran éxito de crítica, ganó la Concha de Oro del Festival de cine de san Sebastián y 8 premios Goya. Su argumento giraba en torno a un etarra interpretado por Carmelo Gómez que, desplazado a Madrid con intención de perpetrar un atentado, se enamora de una yonqui encarnada por Ruth Gabriel.

Hasta aquí nada que destacar. Un argumento de ficción como otros miles que hay en cine, teatro, TV o literatura. Basado en una realidad, pero ficción a fin de cuentas.

Pues hete aquí que, de ser estrenada hoy, estaríamos ante un atrevimiento que podría dar con los huesos en la cárcel de novelista, director, productor, actores, guionista, distribuidor, exhibidor y cualquier profesional del mundo del cine que se hubiera prestado a colaborar con el rodaje. Todo por una presunta apología del terrorismo que, a día de hoy, tiene cabida en nuestro código penal gracias a los esfuerzos del partido que nos gobierna.

Unos comediantes se encuentran en dicha tesitura, es decir en prisión, por sacar en una obra de títeres una pancarta, enmarcada en el contexto de dicha obra, donde se podía leer "Gora Alka-ETA" (en un principio se dijo que ponía "Gora ETA", para que se den cuenta de la distorsión habida desde un principio). El juez, en el colmo de la esquizofrenia, estima que no solo se glorifica el nombre de ETA sino que el juego de palabras enaltecedor incluye a Al Qaeda. Todo en uno, solo falta el GRAPO.

La obra podría ser considerada osada, de dudoso gusto o directamente anti-sistema. Puede ser incluso estúpida, pero la estupidez no es motivo para ser enchironado. Desde luego, si defender el sistema supone alinearse con un estado que encarcela por estos motivos, muchos nos vamos a declarar anti-sistema de sopetón. La modificación del código penal para ampliar los casos susceptibles de ser considerados "terrorismo", enmarcada en la llamada "ley mordaza", nos da el primero de sus frutos, y el primer motivo tangible por el que es urgente derogar dicha ley.

El conservadurismo español nunca ha dudado en aprovechar el filón de ETA para hacer política y fulminar al adversario. Eso no es una sorpresa y a nadie medianamente enterado de cómo funciona la política en esta país debe sorprenderle. Es su munición y se la follan cuando y como quieren. Son los del psoe quienes levantan todas las alarmas. Tan enfrascados están en la posible investidura de Pedro Sánchez que no quieren dar el mínimo traspiés que provoque un descarrilamiento. Cuando deberían dar un paso al frente en defensa de la libre expresión y exigiendo el fin del atropello contra los titiriteros saltan con que hay que respetar la ley. Sí, esa misma ley que pretenden derogar. ¿Puede alguien fiarse lo más mínimo de esta gente?

Y qué decir de la nueva derecha, ese moderno liberalismo social que pretende liderar Albert Rivera. El pobre tiene tal ansia de formar parte del establishment nacional, su vocación sistémica es tan profunda y arraigada que a poco que tiene oportunidad lo demuestra. El que va de liberal pero que no es más que un nacionalista tan dado a emplear el terrorismo como arma política como sus hermanos mayores del pp. ¿Libertad de expresión o creativa, aunque sea molesta? Por favor, es un liberal español, es decir, no un es liberal sino un nacionalista. Los titiriteros a la cárcel pero él anima a pactar con los corruptos del Partido Popular. Definitivamente, quien se deje engañar por sus trajes a medida y su retórica hueca es porque desea ser engañado. Sí, todavía los hay ávidos de engañifas en este castigado país.

Hasta donde yo se, los titiriteros advirtieron a los padres presentes del contenido de la obra a representar, y en su página web no se encuentra en modo alguno en la categoría de infantil. Igual que hay dibujos animados para adultos puede haber títeres para adultos, a pesar de la cuadriculez de muchas mentes. Que un juez se haya tomado en serio el histerismo de unos padres desnortados ya entra en lo puramente caricaturesco. Si hasta esa misma obra fue representada en Granada, ciudad natal del grupo de comediantes y feudo del pp, sin mayores consecuencias.

Los responsables del Ayuntamiento deberían haber informado mejor de lo que la compañía Títeres Desde Abajo iba a representar, de acuerdo. Pero, ah, es que esa es la cuestión: Manuela Carmena, el gran objeto del odio del facherío español desde que impidió que Esperanza Aguirre accediera a la alcaldía que el altísimo le tenía reservada. Su solo nombre explica toda esta triste polémica. Carmena la apologeta del terrorismo que acoge a extremistas, ese es el titular buscado y perseguido. Esa es la intención y el objetivo: hacer el trabajo subterraneo de la oposición pepera en Madrid, quizá el partido político español con un mayor aparato de propaganda. Goebbles estará sonriendo de gusto en su tumba al ver como su legado sigue vivo y vigente.

No obstante, que nadie dude que esto se va a quedar en nada, porque nada es, a pesar del ruido. ¿Se imaginan la catarata de prohibiciones que veríamos en nuestras salas de cine? Es tan ridículo que asusta saber lo cerca que está de convertirse en realidad. Quedará como otra pataleta más de un facherío que cada día añora más la munición que ETA le proporcionaba para presentarse como garantes del orden y la paz en una España unida y sin fisuras. Y como una descarada apuesta por una seguridad ficticia a cambio de ceder parcelas de libertad. Hoy, Carmelo Gómez entraría en prisión por interpretar al etarra en "Días Contados". Está ocurriendo, no lo duden. Y, en cuanto se salga del cada vez más acotado redil, irán directos a por usted. No digan que no les avisé.

lunes, 1 de febrero de 2016

Sobre Europa y los derechos de los refugiados

En el Mar Egeo están muriendo personas que huyen de la guerra. Familias con niños tratan de llegar a la costa griega desde Turquía y demasiados terminan ahogados, niños, mujeres, hombres. Es un goteo incesante que parece hacerse llevadero hasta que vemos las imágenes de sus cadáveres sobre las playas griegas y turcas. Verlos es ponernos frente al horror de la desesperación, de la muerte de inocentes que solo buscan escapar de la barbarie.

Los refugiados sirios, afganos e iraquíes miran a Europa como la solución última a la hecatombre en que la guerra ha convertido sus vidas. No puedo culparles por su desconocimiento de la situación que se vive en el Occidente europeo. Aquí no se les quiere, pese a las pancartas bienintencionadas o los llamamientos a la concordia. Nadie quiere, en ningún país, hacerse cargo de un número significativo de refugiados. Y la manera más eficaz y menos comprometida que los gobiernos europeos han hallado de evitar la acogida de refugiados es no hacer nada por ellos. Dejar que, poco a poco, el mar se los vaya tragando, o que el invierno de los racistas países del Este los derrote y los acabe diezmando dramáticamente.

La indigencia moral de Europa

Vivir en Europa es un bochorno diario hoy en día. Sus gobiernos saben que los refugiados mueren a diario, pero, inventándose peregrinas excusas ligadas al terrorismo, no dan los pasos que serían necesarios para aliviar la tragedia. Les basta con apartar la vista cada vez que les muestren la fotografía de un niño ahogado en una playa, o aterido de frío mientras cruza una carretera nevada. La humanidad y el humanismo europeo han muerto aplastados bajo el miedo xenófobo a lo distinto. Donde yo veo familias al borde de la catástrofe humana ellos solo ven musulmanes susceptibles de desestabilizar sociedades. Donde yo veo niños implorando ayuda ellos solo ven consumidores de valiosos recursos.

Una Europa arrasada se vio beneficiada del plan Marshall tras la II Guerra Mundial, pero nadie parece recordar el estado de necesidad que entonces sufrió el viejo continente. En España sufrimos el exilio también debido a la guerra, y muchos exiliados disfrutaron de la generosidad de que les brindaron otros países. No parece que estemos dispuestos a tratar a otros de esa forma, nuestra clase política lleva demasiado tiempo robando como para destinar recursos a unos pobres diablos que, además, provienen de una cultura potencialmente conflictiva.

Especial vergüenza me produce también lo de Europa del Este, hasta hace bien poco exportadora de inmigración con destino a Occidente. Deberíamos haber dispensado a inmigrantes húngaros o polacos el mismo trato que ahora ellos dan a los refugiados de medio Oriente. Esto es algo que no se va a olvidar. La historia es una ruleta que da vueltas y las situaciones pueden repetirse antes de que uno lo sospeche. Me temo, y espero equivocarme, que habrá quien lo compruebe a la vuelta de unos años.

El humanismo laico como protagonista

¿Por qué Europa reniega de la responsabilidad que, como territorio donde reinan (presuntamente) el estado de derecho y la defensa de los derechos humanos, tiene frente a una desgracia de semejante magnitud? Lo dije antes: por miedo. Miedo a una desmesurada penetración de una cultura no ya distinta, sino rival. Porque así es como se la percibe, como la competencia del cristianismo cultural que predomina en la práctica totalidad del continente europeo. También lo dije antes: no vemos personas, ni familias, ni niños. Vemos una amenaza, eventuales enemigos con los que, antes o después, tendremos que rivalizar.

No es lo que queremos. Se tolera la emigración actual porque se mueve en unas cifras manejables y ha venido poco a poco. Lo de ahora es abrir las puertas de par en par a ¿unos pocos cientos? Demasiado explícito, es como dejar entrar al caballo de Troya a sabiendas. Esa es la percepción, y mucha culpa de ella la tienen unos estados incapaces de hacer cumplir sus propias leyes ni de construir una identidad común sobre unos pilares morales en los que todos nos podamos ver representados.

Si Europa estuviera sustentada en unos principios humanistas laicos sólidos, basados en el respeto inequívoco a los Derechos Humanos y con el ser humano como centro neurálgico, no estaríamos ante este debate. No me estaría preguntando por qué parece tan difícil compatibilizar unas cuotas esenciales de humanidad con la firmeza en la aplicación de determinados principios y reglas. ¿Por qué es impensable que un Estado le diga a un inmigrante musulmán que tiene la puerta abierta para venir pero que debe reducir su religión al ámbito privado? Muy sencillo: porque sería decirle lo contrario de lo que ese inmigrante luego verá que que ocurre a su alrededor. Si queremos que acaten una reglas primero las debe acatar quien que las impone. Siendo hipócritas solo logramos recelo, desconfianza y obstinación.

Derechos pero también obligaciones

Parecen discursos antagónicos pero no lo son. Se puede tener un comportamiento digno de humanos solidarios con el prójimo y, a la vez, exigir el cumplimiento de unas normas de convivencia básicas en caso de producirse una acogida. Y cuando digo exigir me refiero a no dejar lugar a la alternativa. Lo más parecido a lo que tengo en mente es el modelo republicano laico francés, que configura un marco de convivencia más o menos inequívoco. Es perfectamente compatible la tolerancia y el respeto hacia el distinto con la exigencia de respeto al marco común del lugar de acogida. Pero debe existir una firmeza de convicciones, y saber transmitir que estas no son negociables.

Ante lo que está pasando con el drama de los refugiados, tengo claras mis prioridades: las personas inocentes que huyen de la guerra. Lo cual no es óbice para que desatienda los lógicos desencuentros que entraña todo choque de culturas. Déjenlos pasar, envíen aviones, barcos, lo que haga falta para paliar tan lacerante debacle humana. Acojámoslos, pero antes de que pongan un pie dentro de nuestras fronteras dejémosles bien claro a donde vienen, cuáles son sus derechos pero también cuáles sus obligaciones. La puerta siempre estará abierta para quien no acepte el trato. O para quien lo rompa. Nadie habla de una oferta incondicional y cada acto impropio tendría sus consecuencias. ¿Es un planteamiento tan difícil de llevar a la práctica?

Cine de 2021 que ha pasado por estos ojos

A continuación dejo un listado de las películas de 2021 que han visto estos ojitos, junto con un enlace a la reseña que dejé en Filmaffinity...