En un alarde de arrojo me atreví con otra película francesa, y en esta ocasión le tocó al siempre controvertido tema de la pederastia en el seno de la iglesia católica. La experiencia no ha sido mala, pero desde luego los primeros compases hacían augurar algo mucho peor de lo que luego fue.
Un ciudadano católico, practicante y con una prole de hijos decide que ha es hora de exigir responsabilidad a la iglesia por los abusos de que fue objeto durante su adolescencia a manos de un sacerdote. Este es el punto de partida, y más adelante se van incorporando personajes que han sufrido idéntica circunstancia, la cual ha ejercido diferente influencia en su vida.
Así, la primera hora es un poco extraña, ya que transcurre en una sucesión de intercambios epistolares que resulta demasiado fría, casi como si de un documental se tratase. Luego está ese modo de filmar del cine francés, con esos cambios de escenas sin transiciones, ese montaje brusco y gélido, pero que al menos en esta ocasión resulta ágil e incluso veloz, lo que hace evitar, menos mal, caer en lo tedioso. En su segunda mitad gana enteros cuando abandona ese tono de docudrama y se centra en la faceta más humana de los personajes. Y, es de agradecer, dejando de lado lo escabroso.
Se trata de una propuesta muy formal que, dentro de su carácter de denuncia, intenta no ser panfletaria ni abiertamente hostil hacia la iglesia. No se si es posible dejar a un lado las vísceras cuando del abuso infantil se trata, pero aquí han tratado de hacerlo y, bueno, creo que la acusación no pierde fuerza por ello. Quizá sea la enseñanza que podemos extraer de esta película.
https://www.filmaffinity.com/es/film183835.html
Un ciudadano católico, practicante y con una prole de hijos decide que ha es hora de exigir responsabilidad a la iglesia por los abusos de que fue objeto durante su adolescencia a manos de un sacerdote. Este es el punto de partida, y más adelante se van incorporando personajes que han sufrido idéntica circunstancia, la cual ha ejercido diferente influencia en su vida.
Así, la primera hora es un poco extraña, ya que transcurre en una sucesión de intercambios epistolares que resulta demasiado fría, casi como si de un documental se tratase. Luego está ese modo de filmar del cine francés, con esos cambios de escenas sin transiciones, ese montaje brusco y gélido, pero que al menos en esta ocasión resulta ágil e incluso veloz, lo que hace evitar, menos mal, caer en lo tedioso. En su segunda mitad gana enteros cuando abandona ese tono de docudrama y se centra en la faceta más humana de los personajes. Y, es de agradecer, dejando de lado lo escabroso.
Se trata de una propuesta muy formal que, dentro de su carácter de denuncia, intenta no ser panfletaria ni abiertamente hostil hacia la iglesia. No se si es posible dejar a un lado las vísceras cuando del abuso infantil se trata, pero aquí han tratado de hacerlo y, bueno, creo que la acusación no pierde fuerza por ello. Quizá sea la enseñanza que podemos extraer de esta película.
https://www.filmaffinity.com/es/film183835.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario