viernes, 15 de agosto de 2008

El cine en casa (III)

Antes de poner el cartel de "cerrado por vacaciones" ofrezco a mis nunca bien ponderados lectores la tercera entrega de "El cine en casa", las valoraciones que un servidor tiene a bien realizar sobre las películas que va visionando cómodamente desde el sofá de casa.

Ésta bitácora permanecerá inactiva hasta el mes de septiembre. Felices vacaciones a todos/as.

Un franco 14 pesetas. Ésta película española ha sido toda una sorpesa para mí, tan poco dado a dedicar tiempo a ver cine español. Estrenada hace dos años, narra las peripecias de dos emigrantes españoles buscando en Suiza la fortuna que ven imposible conseguir en la España franquista. Está contada con naturalidad, de forma honesta y sin artificios innecesarios, y a buen seguro más de un espectador entrado en años se habrá visto retratado en las reacciones de los dos amigos a su llegada a la rica Europa. Destaca la actuación de Carlos Iglesias (el insufrible Benito de la no menos insufrible serie Manos a la obra) dentro de un reparto que cumple con creces. Además sirve para recordar de dónde venimos en una época, la actual, en la que ni la crisis económica parece conseguir que los españoles refresquen la memoria.

Redacted. Brutal y sin concesiones la última película de Brian de Palma. Una denuncia sin paliativos de la actuación estadounidense en Irak. Rodada como si fuera un documental en formato cámara en mano, nos cuenta cómo un grupo de soldados destacados en el país árabe aprovechan el ambiente de impunidad que les rodea para violar a una joven iraquí y asesinar a su familia con la excusa de estar de parte de la insurgencia. Basada en hechos reales acaecidos no hace mucho, es un retrato del tipo de ciudadano al que el ejercito USA permite empuñar un arma y usarla bajo el pretexto de imponer la paz. Comprometido y desgarrador film que busca remover conciencias ante la brutalidad de las imágenes que nos dispara. Un puñetado en mitad del estómago.

Jarhead. Producida en 2005 y con los emergentes Jake Gyllenhaal y Jamie Foxx en los papeles estelares, es una película extraña para pertenecer al género bélico. Ambientada en la guerra del Golfo de 1990, el destacamento de soldados norteamericanos protagonista no sale nunca de retaguardia, lo cual es el leit motiv de la cinta: la presión psicológica que supone la espera por entrar en un combate que no llega nunca y la frustración de no poder ejercer aquello para lo que te has entrenado. La premisa no es mala pero el desarrollo cae en lo anodino y al final el metraje se hace pesado por excesivo.

Alien VS Predator 2. La esquizoide lógica imperante en Hollywood hizo que un despropósito como Alien VS Predator (2004) tuviera una continuación tres años después. En ésta ocasión, los entrañables monstruitos salidos de las no menos entrañables películas escogen como campo de batalla un pueblito de la América profunda sembrado de los típicos tópicos al uso. Todo se reduce al grupo de protas (todos actores desconocidísimos), cada uno con una historia personal a cual más irrelevante, tratando de escapar del pueblo mientras intentan no ser devorados en el intento. Ni el híbrido Predalien, estrella sorpresa de la función, logra levantar el vuelo de éste absoluto desastre.

El Orfanato. El último taquillazo del cine español es una más que digna representante de la escuela a la que pertenecen clásicos recientes como El Sexto Sentido o Los Otros, terror-suspense psicológico con fuerte carga emocional. Una antigua residente de un orfanato, ya de adulta, se hace con el inmueble para convertirlo en un centro de atención a niños discapacitados. La cosa se pone misteriosa cuando su hijo desaparece y empieza a creer que el lugar no está tan vacío como parece. No es un film revolucionario porque, como digo, tiene unos referentes más que contrastados, pero está bien llevada e interpretada y no tiene puntos bajos que hagan perder el interés. Bastante recomendable.

La joven de la perla (Girl with a pearl earring). Estrenada en 2003 y protagonizada por la cotizada Scarlett Johansson, es uno de esos productos preciosistas en el que los entendidos encuentran múltiples matices que ayudan a convertir a una película en obra de referencia. Basada en un cuadro holandés del iglo XVII, es un ejemplo de lo que podríamos denominar cine intelectual, de ese en el que los significados están más sugeridos que explicados y en el que todo se intuye más que se conoce. Eso sí, no es recomendable comenzar a verla a una hora tardía ya que su ritmo lento y sosegado puede llevar a los brazos de Morfeo al espectador que busque entretenimiento puro y duro.

El internado (Saint Ange). Ésta cinta de terror francesa de 2004 pertenece al género de casas encantadas con niños de por medio. Años cincuenta, una joven de origen humilde llega para trabajar en la limpieza de una antigua residencia de niños que oculta un terrible secreto (original, ¿eh?). La acción es tremendamente confusa y a uno sólo le queda tener paciencia para ver si el final desvela el sentido de lo que está viendo. Sorprende, por ejemplo, ver a la en principio tímida y reservada protagonista convertida en una suerte de investigadora de lo más echada p'alante. El pretendidamente sorpresivo desenlace no hace sino agravar aún más la confusión que el resto del metraje provoca en el espectador. Al menos, el director apuesta claramente por insinuar en lugar de mostrar y Virginie Ledoyen luce muy guapa toda la película.

El hijo del mal (Joshua). Con claras referencias a La semilla del diablo nos llegó de los USA otro ejemplo de cine de terror psicológico (aunque para algunos no pasará del mero suspense) con niño pseudodiabólico. Y es que el título escogido por la distribuidora española no deja lugar a la imaginación, así de listos son. El caso es que un niño extremadamente inteligente también gasta una extremada mala leche hasta el punto de colocar a sus padres al borde de la histeria con suma facilidad. Lo malo es que la acción progresa muy lentamente y para cuando el desenlace (extraño y que deja perplejo) tiene lugar uno ya ha desconectado casi por completo de lo que sucede en pantalla.

Beowulf. Tras 300, ésta película del año pasado fue anunciada como el último hito en infografía aplicada al cine: modelos humanos tridimensionales generados por ordenador sobre los cuales se aplicaban los rasgos faciales de actores conocidos como Angelina Jolie o Anthony Hopkins. El resultado es irregular, ya que los actores virtuales gastan una cara de palo que hacen que Chuck Norris parezca Jim Carrey, pero no se puede negar que en pantalla grande y con un sonido en condiciones el espectaculo visual debe ser de aupa, pese a que algunas animaciones (el galope de los caballos al final) carezcan del realismo requerido. La historia, épica donde las haya, va de héroes elevados a los altares pero que son tan humanos y falibles como el que más. Una película que, sin duda alguna se ve empequeñecida en un visionado doméstico.

2 comentarios:

  1. Ejem... a mí el “insufrible Benito” me encantaba, era todo un personaje. En cuanto a la serie en sí, dependía de quién fuera el guionista de cada episodio (los había brillantes y también auténticas bazofias). [Eso sí, la secuela que sacaron hace uno o dos años ya sí que era mala de solemnidad.]

    Fruto del cariño que le tomé al “insufrible” fui a ver 'Un franco...'. Ahí la interpretación de Carlos Iglesias, también director, me pareció mucho más floja, así como detalles de otros actores (la mejor, la chica suiza). En cualquier caso, la película es entrañable y se deja ver.

    Saludos cordiales.

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  2. Hombre, Cordura, no te imaginaba yo deleitándote con las aventuras de "Manos a la obra" ;-). Supongo que sobre gustos no hay nada escrito, yo se mucho de eso ya que casi siempre he estado rodeado de gente con inquietudes bastante opuestas a las mías.

    Saludos.

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