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jueves, 26 de abril de 2012

El engaño de los cartuchos de tinta

Una de las cuestiones que más fastidia al usuario de impresoras de inyección de tinta suele ser el precio de los cartuchos. A veces compensa incluso la adquisición de otro modelo de impresora con tal de no seguir desangrando el bolsillo en la compra de estos costosísimos (en relación a sus prestaciones) consumibles. Cuando se agotan suele ser una pequeña tragedia presupuestaria, pero el esfuerzo es obligado si queremos continuar imprimiendo con regularidad.

Seguro que muchos hemos tenido la sensación de que nuestra impresora se quedaba sin tinta antes de que el cartucho se vaciase en su totalidad. A finales de noviembre pasado adquirí una Epson Stylus SX130, un modelo baratito con escáner para uso doméstico. También me hice con dos juegos de cartuchos (funciona con cuatro distintos: negro cian, amarillo y magenta) para no quedarme sin tinta durante mucho tiempo. El de negro fue el primero en caer y ayer tuve que sustituir el resto. Les aseguro que no me dedico a imprimir como un cosaco y tuve la impresión de que se agotaron demasiado pronto. Como l
a duración de la tinta no me parece acorde con el coste del cartucho decidí investigar. 

He oido por ahí que estos cartuchos llevan un chip que determina el fin de su vida útil, al margen de que quede o no tinta en su interior. ¿Han oido hablar de la obsolescencia programada? Así pues, y llevado por la curiosidad decidí destripar uno de ellos, presuntamente agotado, para cerciorarme de que realmente estaba tan seco como aseguraba el software del controlador, y esto es lo que me encontré:



Lo primero que me llamó la atención es el diseño interior del cartucho. Sus dimensiones son de 6,7x4,7x1,2 cm aprox., pero ni mucho menos percibo que todo ese volumen esté ocupado por tinta. Ignoro la finalidad de tanto recoveco, pero los huecos que aparecen limpios está claro que no han albergado tinta, de modo que, observando el cartucho, concluyo a ojo que alrededor de un 30% y un 40% de su volumen viene vacío de serie. Seguidamente procedí a extraer cúter mediante la tapa circular de lo que sí parece ser el verdadero depósito (ver primera foto). El resultado fue un derrame de tinta que si bien no fue una marea negra (en este caso magenta) si reveló que el cartucho no estaba vacío.

Es decir, que el cartucho oficial de Epson trae una cantidad de tinta bastante por debajo de lo que su apariencia da a entender, y además deja de funcionar aun conteniendo tinta en su interior.

Un juego de cuatro cartuchos oficial de Epson cuesta 38,35 euros según su página webEn Amazon ofrecen un pack de dos juegos (10 cartuchos) por 15,99 euros, aunque no son los oficiales (Epson te advierte que sólo utilices los suyos, como no). Yo por mi parte, adquirí hace un mes un pack de 12 en eBay que no llegó a 18 euros. Probé tres de ellos ayer y la impresora no solo los aceptó sino que funcionaron a la perfección. Y sin microchip. ¿Que microchip? Este:


Supuestamente es el que ordena al cabezal de la impresora que, llegado un momento, deje de extraer tinta del cartucho. En internet se habla de métodos para resetear estos chips pero supongo que pocos serán los que se tomen las molestias de conseguir uno. Es más fácil y da menos quebraderos de cabeza comprar uno nuevo, o los que toquen. Y así sigue rodando la rueda del engaño. Porque esto es un engaño, ¿no?

jueves, 7 de abril de 2011

Consideraciones sobre la energía nuclear


La crisis nuclear provocada por el tsunami sobre la central japonesa de Fukushima ha disparado las alarmas acerca de la peligrosidad de energía atómica. No sucumbir al alarmismo ni al seguidismo ciego es difícil en unos tiempos en que las posturas se polarizan con facilidad y la desinformación en moneda común. La energía nuclear no goza de buena fama entre los ciudadanos pero, ¿hasta qué punto está esto justificado?
Con motivo de la catástrofe de Fukushima un operador español de central nuclear escribió una carta a Amazings.es, un destacado blog de ciencia. Las explicaciones contenidas en dicha misiva, junto a las que posteriormente siguió dando a petición de los lectores, aclaran bastantes aspectos, muchos de ellos desconocidos para el gran público, acerca de la nuclear como fuente de energía segura. Como me parece tremendamente interesante y didáctico, esta entrada va dedicada a resumir lo que, a grandes rasgos, este operador vino a resaltar.
Quiero ponerme la venda antes de recibir la herida. Alguien podría aducir que todo no era más que una maniobra, un lavado de imagen del lobby nuclear en un momento en que los ojos de todo el mundo estaban puestos en Fukushima. Más vale que leamos lo que este operador nos cuenta antes de ponernos en plan conspiranoico, y decidamos por nosotros mismos si lo que dice tiene o no sentido. O intentemos refutarle, que seguro que hay forma, si los datos que aporta no son reales o están manipulados. No se por que deberíamos ser más rigurosos con el lobby nuclear de lo que seríamos con el antinuclear, que también existe. Personalmente prefiero informarme, evitando prejuicios en la medida de lo posible, antes que resignarme a vivir con miedo de forma injustificada.
La carta puede leerse en el enlace de Amazings.es al principio de la entrada. Paso ahora a resumir algunos conceptos explicados en los comentarios y que me he molestado en categorizar alfabéticamente. Pueden ayudar a enjuiciar si el sector nuclear está o no justamente valorado por la opinión pública.


Empecemos que esto va a ser largo. He intentado hacer de su testimonio una narración neutra, aunque para entender algunos pasajes había que mantener esta en primera persona.

Accidentes: El peor accidente industrial de la historia no ha sido nuclear. Fue el de la planta química de Bhopal, India, en 1984. Y todas las compañías aéreas acumulan incidentes de diversa consideración, ¿Vamos a dejar de volar en avión? Si se produce un accidente sin víctimas, de tren o avión, se revisan protocolos y mecanismos; se toman medidas para mejorar la seguridad pero no pasa nada más. ¿Por qué el sector nuclear no recibe el mismo trato?


¿Cuando se te cruza alguien o algo ante el coche, piensas dónde está el freno o lo pisas instintivamente? Pues eso es lo que nos ocurre a los operadores de central. Estámos mucho más preparados para un accidente nuclear que para que se nos acabe el café.
Todas las centrales tienen un cuerpo de bomberos propio, normalmente subcontratado. Son una brigada de al menos cinco personas con un camión cisterna y otros vehículos y están perfectamente formados y preparados para actuar en caso de incendio. Se realizan cada año varios simulacros de incendio, y en TODOS ellos participan bomberos de fuera de la central, que serían los que darían apoyo a los nuestros en caso de necesidad.
Alternativa energética. Existe una alternativa, pero también es nuclear. El Sol. Bueno, para ser más exactos, la energía que se produce en el Sol, la fusión nuclear (que no es lo que dicen algunos periodistas que está pasando en Fukushima). Hace unos años ha arrancado el proyecto científico más importante de la Historia: el ITER, en el que participa España. Si todo va bien, creen que en torno a la mitad del siglo seremos capaces de construir centrales de fusión (las de ahora son de fisión), que producirán mucha más energía a menor coste. Se alimentan de hidrógeno, que se puede extraer del agua del mar y los productos de fusión resultantes son radiactivos durante muy poco tiempo.

El futuro energético de la humanidad estaría en la fusión nuclear, lo que permitirá eliminar definitivamente el petróleo y sus derivados.
Chernobil. Lo de Chernobil no es comparable con nada. Por cierto, en Chernobil no se evacuó a la población, lo que produjo la mayoría de las muertes. En Japón sí.

Chernobil no tenía edificio de contención, sus operadores no eran ni ingenieros ni tenían licencia otorgada por un organismo como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) español, no tenían procedimientos, ni de emergencia ni de operación normal, estaba dirigido por un político a cargo del partido, no por un ingeniero, etc. Pero lo más importante y que mucha gente no sabe: Chernobil tenía un gravísimo problema de diseño que no se puede modificar: su combustible era intrínsecamente inseguro. Esto es: en funcionamiento, cuando el combustible de una central como las nuestras pierde refrigeración se calienta, como es lógico, pero está diseñado para que eso produzca una peor moderación de los neutrones. Dicho de otra forma y sin entrar en tecnicismos: baja la cantidad de fisiones y el núcleo pierde potencia. Eso es lo que ocurriría en las centrales españolas si tuvieran problemas de refrigeración. Pues en Chernobil ocurría lo contrario: al calentarse el combustible, aumentaba su potencia, con lo que se calentó más, y aumentó más la potencia. Tuvieron lo que en el argot se denomina una "excusión de potencia". El resultado ya lo sabemos (no todos, porque todavía hay quien piensa que hubo una explosión nuclear): fusión del núcleo, producción de hidrógeno, explosión de hidrógeno y fuga.


Condiciones de trabajo. Prácticamente no existen las horas extra en la plantilla de una central nuclear, con lo que se evita más el estrés y el agotamiento. Nótese la diferencia con el gremio de controladores aéreos.


Contaminación. En cuanto a la contaminación de la tierra o del mar, no es preocupante, siempre y cuando la actividad esté dispersa. Un litro de arsénico en una piscina olímpica no representa un problema. Una gota en un vaso de agua te puede matar. Ojo, sin quitarle hierro al asunto. Que nadie piense que lo de Fukushima no es una tragedia, que lo es, pero no es el apocalipsis. La mayor parte de la contaminación está yendo hacia el mar, donde una vez diluida no representa ningún peligro. Ojo, eso no significa que no haya que revisar, analizar y controlar todo para estar seguros de que la gente no recibirá más dosis de la habitual.
Desinformación. En El Mundo se dijo que uno de los edificios de contención está gravemente agrietado y roto, pero que se está presurizando. Pues señores, una de las dos cosas es mentira. Si una olla a presión está rota, no se presuriza. Y al revés, si se presuriza es que no está rota.

Precisamente por eso es necesario que los que atacan a este sector den datos fiables de lo que ocurre. Se oyen barbaridades sólo durante la operación normal de la planta en los medios de comunicación. El índice de cáncer en las poblaciones de alrededor es el normal para cualquier lugar y los trabajadores profesionalmente expuestos estamos muy tranquilos. Y para que sirva de referencia: hay gente que trabaja en las centrales (en limpieza, por ejemplo) que ganan mil euros al mes. ¿Quién haría ese trabajo por ese dinero si no fuera seguro?
Una de las falsedades más repetidas es que las centrales explotaban como una bomba atómica y que las torres de refrigeración sirven para contaminar, cuando simplemente lo que emiten es vapor de agua.
Energías renovables. Los que trabajan en esto no están en contra de las energías renovables, pero sí de las derivadas de los combustibles fósiles. Sin tener que hablar del cambio climático antropogénico, simplemente háganse una pregunta: ¿qué es mejor, almacenar el desecho en un lugar confinado con grandes medidas de seguridad, o lanzarlo por una chimenea a la atmósfera? Lo segundo es lo que hacemos cuando utilizamos el coche o lo que hacen las centrales que queman carbón, fuel o gas. Incluso la fotovoltaica es una energía generadora de residuos.

¿Cual es la gran mentira de las energías renovables? Lo que no dicen es que los aerogenereadores no pueden funcionar todo el tiempo por varios motivos:
1. El más obvio: no hay viento siempre. Hay días que no hay viento en toda España. En la página de Red Eléctrica se puede ver la demanda en tiempo real con gráficos históricos. Se comprueba que no podemos depender exclusivamente de una fuente tan variable.
2. Los aerogeneradores no funcionan con poco viento, pero tampoco con mucho viento o con viento racheado.
3. Los aerogeneradores no son capaces de mantener la frecuencia de la red eléctrica. Ese parámetro, los 50 Hz es fundamental para la estabilidad de la red y para que funcionen los motores eléctricos de fábricas, trenes, etc. Cuando hay alteraciones de frecuencia en la red, los aerogeneradores se desconectan para protegerse, porque no pueden regular la frecuencia.
¿Qué se hace en las centrales nucleares cuando baja la frecuencia? Automáticamente, el sistema de control de turbina la acelera ligeramente, para tirar de la red y aumentar su frecuencia. Si la frecuencia sube, la turbina hace lo contrario. Por supuesto, si el valor es excesivo, se deja de hacer fuerza para protegernos, pero lo anterior suele ser suficiente. Las islas suelen tener problemas que para mantener su frecuencia: es debido a que tienen centrales térmicas pequeñas con poca capacidad de mantener la estabilidad de su red.
Esto es fundamental: la estabilidad de la red la mantienen los grandes generadores.
Un aspecto que se nombra poco: las centrales hidráulicas. Imagino que deben ser consideradas renovables, pero no muy ecológicas, porque suponen la alteración del hábitat natural de muchos animales, plantas y personas. ¿Qué opinan los ecologistas? ¿Están preparadas para un terremoto como el de Japón? ¿O aquí no puede pasar eso? ¿Qué pasaría si se rompiera la presa de las tres gargantas, en China, que produce lo mismo que 18 nucleares?
Fukushima. Fukushima resisitió perfectamente el terremoto, prueba de que las centrales son capaces de soportar incluso algo más de lo que se había previsto en el diseño. Lo que no soportó fue el tsunami de 10 metros.

Garoña. La única central que tenemos con la misma edad que las japonesas es Garoña, que es del mismo fabricante (General Electric) y de la misma época. El resto son más modernas. La eficiencia energética es la misma (un 33% del calor generado es el que se convierte en electricidad), pero la potencia es mucho mayor. En cuanto a contaminación: la misma, cero emisiones de CO2. La seguridad también es igual, puesto que el CSN pone los mismos requisitos a todas las centrales.
Lobbies. Sí que existen los lobbies, pero sólo se habla del nuclear y no del anti-nuclear. Nadie se pregunta por qué Greenpeace no ataca con igual firmeza a las refinerías de petróleo, con sus constantes fugas y vertidos, que a las nucleares.

Mass Media. La campaña mediática que se está haciendo contra la nuclear no es comparable a los sucesos de la BP en el Golfo de México o Exxon en Alaska.
Modelo energético mixto. No sería un retroceso si utilizamos renovables y nucleares, ese es el futuro a medio plazo. El futuro a largo plazo estaría en la fusión nuclear, por tanto las centrales nucleares de fisión (las actuales) desaparecerán, pero mucho más tarde que los combustibles fósiles.

Radiación. No hay que preocuparse por los que están trabajando en Fukushima, si realmente funcionan como en España. Todos los trabajadores profesionalmente expuestos llevan un dosímetro que mide la radiación que reciben, pero cuando acceden a lo que llamamos zona controlada (zona con actividad), entonces llevan además otro dosímetro, que mide instantáneamente la dosis que están acumulando. Si eso es así, seguro que están turnándose para no sobrepasar los límites anuales, que además son siempre muy conservadores.

Un mínimo de radiactividad recibida no te da un boleto de lotería para el cáncer, sin hablar primero de probabilidad y estadística. Cada vez que nos hacemos una radiografía (no hablemos de un TAC), cada vez que viajamos en avión (sobre todo los vuelos transoceánicos) y mucha gente que vive en lugares con alta radiactividad natural, estamos expuestos a las radiaciones ionizantes. ¿En qué proporción? ¿Sabe usted cuanta dosis produce todo lo que se acaba de mencionar? ¿Sabe cuánta dosis recibiría si estuviera trabajando durante ocho horas cargando combustible en el reactor? Yo sí lo se, y vivo muy tranquilo, porque lo sé.
Las nubes emitidas tras el accidente de Fukushima pueden ser radiactivas, pero están muy diluidas. Si todo el volumen de combustible se convirtiera en gas, cosa absolutamente imposible, cabría todo en una casa. Pensemos que representa si ese gas se expande por todo el mundo. El problema sería grave si no se hubiera evacuado a la población cercana, porque esa gente sí habría recibido la nube tóxica muy concentrada. Si sumáramos las nubes radiactivas de todos los ensayos nucleares realizados desde 1945, ¿estaríamos todos muertos? No es que no sean nocivos, sólo que su alcance es limitado, no global. Lo gracioso es que los que piensan que los cuatro reactores están emitiendo gases radiactivos que nos matarán a todos no se creen que el humo que han emitido fábricas, centrales térmicas y coches durante un siglo esté cambiando el clima.
Rentabilidad. Las centrales españolas ya están amortizadas. Eso significa que ahora sólo tienen que pagar los sueldos, el combustible, el mantenimiento y las mejoras. Se puede asegurar que son absolutamente rentables. Carlos Bravo, de Greenpeace, dijo el otro día que ya se pueden cerrar porque ya están amortizadas. Pues ahora es el momento de aprovecharlas, porque ahora el MW es el más barato. ¿Qué les pasaría a las renovables sin subvención? ¿Estaríamos dispuestos a pagar lo que cuesta una nuclear entera CADA AÑO? Pues eso es lo que pagamos cada año a las renovables.
Los huertos solares, están construidos gastando más energía en su construcción que la que darán en toda su vida útil. Y por cierto, nadie dice cómo se reciclan las baterías y los materiales fotovoltaicos. Creo que la energía solar tiene un lugar formidable en las casas, tanto si es térmica como fotovoltaica, pero una producción a gran escala no es rentable.
Que todos los que quieran energía verde se lo digan al estado para que les pase a cobrar a ellos lo que paga a los productores a modo de subvención. Los que quieren más nucleares estarian encantados de pagar sólo lo que queda por amortizar de Lemóniz.
Residuos. Cada central mantiene los desechos en sus piscinas. Como se terminan llenando, se buscan un emplazamiento para realizar un almacén centralizado, dramáticamente denominado “cementerio nuclear”. Hay un plan para almacenar los residuos de todas las centrales, hay planos, hay presupuestos, está todo. El problema es que el gobierno no se acaba de decidir dónde instalarlo, o que no encuentra el modo de hacerlo sin que se note, o vaya ud. a saber qué.

Las piscinas de almacenamiento no son una solución provisional desde el punto de vista de la seguridad. Lo son desde el punto de vista del tiempo. Las piscinas se están llenando y el problema no es que sean menos seguras, es que pronto no cabrán más elementos. Los criterios de seguridad de las piscinas son los mismos que para el combustible del reactor, pero lógicamente sus circunstancias son muy diferentes. Están sumergidos en agua borada (unos 2.700 partes por millón) y refrigeradas constantemente, pero simplemente con tener agua constantemente se podrían refigerar sin problemas (reponiendo la que se evapora, puesto que el boro no se evapora).
Los residuos son uno de los precios a pagar por el progreso. Existen en todas las actividades industriales, y la nuclear es una de ellas. Son peligrosos, pero también lo son los químicos, y además están controlados, no en embalses como el de Riotinto (O el de Aznalcóllar).
Riesgo: Observando las muertes por unidad de energía producida la nuclear acaba resultando una de las fuentes de energía más seguras.
Seguridad. En cada parada de recarga se incorporan nuevas medidas de seguridad para adaptarse a los sucesos que han ocurrido en otras centrales, sean francesas, estadounidenses o brasileñas. Las centrales de tercera generación incorporan todos estos avances. Alguno de ellos es realmente espectacular y habría solucionado en tran parte el problema de Fukushima: tienen un depósito inmenso de agua almacenado en la cúpula del edificio de contención que, en caso de no tener ningún medio de refrigerar el reactor, lo inundaría completamente. Tal cantidad de agua sería suficiente para mantener el reactor refrigerado mientras se recupera la tensión, aunque pasen varios días.

Los edificios de contención están diseñados para aguantar el impacto frontal de un Boeing 747 con todo su combustible. Se realizan ensayos con réplicas de muros de contención y les lanzan misiles y aviones teledirigidos.
Ante cualquier problema se dispara el reactor (parada automática) sin pensarlo dos veces. Se hace en el simulador muchísimas veces y no es algo que haga temblar el pulso lo más mínimo. Es cierto que las empresas quieren ganar dinero, pero personalmente nunca se ha visto que se quieran ahorrar un sólo euro en seguridad. Eso sí, en todo lo que no es de seguridad (y está muy bien delimitado), se ahorran todo lo que pueden, como me imagino que en todas partes. El sector nuclear está tan en el ojo del huracán desde hace tantos años que no hay directivo que ni siquiera se plantee la idea de recortar gastos en seguridad.
La probabilidad no es una ciencia exacta. El análisis probabilista de seguridad está basado en unos supuestos. Está claro que entre ellos no estaba el sufrir un tsunami de 10 metros, porque entonces no les permitiría arrancar la central. Las cifras que muestran los ASP son tan realistas como puedan ser las previsiones de las personas más expertas en toda clase de accidentes naturales y tecnológicos. Seguro de que ahora tendrán un parámetro más a valorar.
De todas formas, no se realiza ninguna maniobra que aumente el riesgo medido por los ASP. Se maneja un programa de ordenador que calcula el riesgo de fusíon del núcleo y que te permite simular cualquier circunstancia: parada de un equipo por mantenimento, cambios de alineamiento, etc. Si el riesgo no es aceptable, o se repara en ese momento o se para la central para la reparación.
Los equipos de refrigeración digamos “estándar” no lo son tanto. Son equipos que están fabricados con los mayores controles de calidad y que se revisan periódicamente. Eso los encarece mucho, pero los hace muy fiables. Los equipos de seguridad siempre están como mínimo duplicados (a veces triplicados y otras cuadriplicados) y eso permite realizar revisiones periódicas y análisis exhaustivos sin tener que parar la central.
La seguridad física de las centrales está formada por profesionales que aunque están peor pagados que los operadores, lo están mejor que en otros lugares. Si no fuera así pedirían el traslado. Están armados, tienen perros que atacarían en caso necesario y el sistema de vigilancia, con doble vallado, cámaras y sensores, se prueba periódicamente. Además en caso de alerta por atentado reciben refuerzos de la policía e incluso del ejército (ya ocurrió durante el 11S y el 11M).
Si un camión entrara en una central con plutonio, saltarán los detectores de los pórticos, será detenido y apresado. Pero en el peor de los casos, si hace explotar, digamos, dinamita, moriría el conductor y los que estén a su alrededor, pero el plutonio no explotará a no ser que lo que se introduzca sea una bomba atómica. Pero entonces el reactor ya sería lo de menos.
Utilizamos Windows para toda la gestión administrativa, nunca para controlar los sistemas, ni siquiera los que no son de seguridad. Los equipos informáticos que controlan los equipos de seguridad no están conectados a ninguna red, son completamente autónomos, así que no se pueden ni controlar ni manipular a distancia. Son sistemas dedicados y con sistemas operativos basados en UNIX, entornos gráficos muy muy robustos. Además, todos están duplicados, trabajando al mismo tiempo, así que si uno falla, el gemelo coge el control. Nunca he visto que uno de esos equipos falle.
Sesgo. El operador dice que tiene suficiente experiencia en el sector energético para dedicarse a otra cosa y que si los que saben algo de un tema no hablan, ¿quién lo debe hacer? ¿Los políticos, los periodistas o cualquiera? Reconoce su parcialidad, pero no mayor de la de cualquiera. Aporta datos y experiencia.
Terrorismo. Desde el 11S, la seguridad en las centrales de todo el mundo se reforzó, especialmente las más vulnerables, que son las que no tienen edificio de contención. En España, actualmente, todas las centrales en activo lo tienen. Es especialmente importante que la cúpula sea esférica porque como sabrá cualquier arquitecto, una superfície curva es capaz de soportar mucha más presión por que la fuerza se reparte en todas direcciones. Además estos edificios están realizados con una armadura con varillas de unas tres o cuatro pulgadas de diámetro, que recorren todo el interior del muro en vertical, horizontal y diagonal en ambos lados. Durante la construcción de las centrales, y antes de verter el hormigón, no se veía a través de la maraña. Además, muchos de esos “tendones” están bañados en aceite, por lo que se tensan periódicamente para mantener la rigidez estructural. Es lo que llamamos post-tensado. Y una cosa más: el interior está cubierto totalmente (paredes, suelo y techo) por una espesa capa de acero inoxidable que lo hace totalmente hermético.

Un hipotético ataque terrorista sobre este edificio, ya sea con coches-bomba, misiles, o incluso aviones no debe suponer ningún problema. Lógicamente, si la central fuera tomada por un equipo perfectamente armado y con conocimientos muy profundos del funcionamiento de la central, podría causar problemas, pero un sólo operador que no estuviera controlado por los asaltantes sería capaz de abortar la mayoría de sus acciones desde una sala de control remota o desde los interruptores de las bombas, pasando el control a manual en lugar de remoto (Sala de Control).
TMI (Three Mile Island). El accidente de TMI (Three Miles Island, Harrisburg, Pensilvania) fue debido a un error de diseño junto con varios errores humanos. Hubo fusión casi total del núcleo. No hubo ninguna víctima del accidente, aunque sí algunas emisiones, pero sin peligro para la población. Desde ese accidente se han aprendido muchas cosas, se han redactado muchos procedimientos para actuar en caso de emergencia, que se revisan constantemente, se prueban en simuladores y en algunos casos también ante una parada automática.
Transporte. El combustible se transporta en camiones, dentro de cofres y totalmente montado. El uranio está en estado sólido, son pastillas cerámicas no solubles en agua y por tanto no tiene ningún riesgo en caso de accidente. He realizado multitud de veces la inspección del combustible cuando se descarga en mi central y he tocado con mis manos (solo cubiertas por un guante de algodón) para comprobar su estado. El uranio natural, si no ha sido bombardeado con neutrones es muy estable (aunque sea radiactivo, por supuesto) y produce una dosis de radiación muy baja.
Vandellós. Lo que ocurrió en Vandellós 1 fue un incendio en el edificio de turbinas, accidente que puede ocurrir en cualquier instalación que produzca electriciad con una turbina. El reactor paró correctamente y no hubo ninguna baja. La central se cerró porque hacía poco tiempo que había pasado lo de Chernobil y el gobierno no se quiso arriesgar.
Vida útil. La mayoría de las centrales españolas está aproximadamente en la mitad de su vida. Fueron diseñadas para trabajar durante 40 años, y todas están en torno a los veintitantos.

¿Por qué el límite de 40 años? Otra cosa que casi nadie sabe. El límite de cuarenta años es porque el acero de la vasija (o contenedor, de unos 10 cm de espesor y de altísima calidad) se creía que no sería capaz de aguantar más de 50 años debido a la constante radiación, sobre todo neutrónica, que es la más destructiva. Como todo se hace con un cierto margen, se redujo de 50 a 40 para llegar a esa cifra con seguridad. Pues bien, las vasijas tienen insertadas lo que se llaman unas probetas que no son más que trozos del mismo material, de la misma fundición, que se extraen cada cierto número de años para analizar los daños que ha sufrido en su estructura y así comprender cómo está soportando la vasija el envejecimiento. Los datos a los que he tenido alcance dicen que la vasija podría alcanzar sin problemas unos 80 años, así que la cifra de 50 era demasiado conservadora.
Pero ahora hay más: todo eso se hizo porque se pensaba que no se podía cambiar la vasija. Ahora se sabe que sí, que es perfectamente posible hacerlo. De hecho, hay varias centrales españolas que han cambiado sus generadores de vapor. Alargar la vida de las centrales significa tener que pagar menos por la electricidad.


ACTUALIZO para enriquecer el debate confrontando dos posturas contrarias, las del blog La ciencia y sus demonios y la de Educadores por la sostenibilidad.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Todo lo que un nuevo usuario de Linux desea saber y no se atreve a preguntar

Uno de los aspectos que más asustan a un recien llegado al universo Linux en la sobreabundancia de términos, mayormente anglicismos, empleados en cualquier texto sobre el particular que cae en sus manos. Visitando los foros y sites especializados, encontramos que todos esos vocablos forman parte de la jerga habitual de cualquier usuario medio, y son empleadas con total naturalidad. De este modo, ocurre que un novato recién llegado a uno de esos lugares en busca de luz se ve asaltado, sin previo aviso y a traición, por un alud de palabros a cual más extraño y que le impiden entender prácticamente nada de lo que lee, lo que conduce primero a la frustración, luego a la desesperación y finalmente al cabreo más monumental. Cuántos potenciales usuarios de Linux se habrán se habrán arrepentido de cuestionar la supremacía de Windows por este motivo es algo que no me atrevo a valorar. Porque, ¿preguntar? Olvídalo. Siempre saldrá el talibán de turno quejándose de tener que estar siempre respondiendo a lo mismo. El caso es que yo superé ese momento (laaaaargo momento) de pánico para echarle el tiempo y las ganas precisas para saber dónde me estaba metiendo. Porque lo anterior es una somera descripción de lo que fueron mis primeras tomas de contacto con Linux, en este caso con Ubuntu.

Lo que a continuación viene es un compendio esencial de toda esa terminología, que en su momento me costó numerosas visitas a Wikipedia y otras páginas, descrito de forma que, espero, sea fácilmente entendible por usuarios nuevos. Dicho de otro modo, lo que me hubiera gustado encontrar el día que decidí dar el salto a Ubuntu.

UNIX: Unix es un sistema operativo de pago creado a finales de los años 60 del siglo pasado, semilla de Linux y de los sistemas Mac OS.

GNU: Sistema desgajado de UNIX en los primeros años 80 del siglo XX con la intención de ser distribuido libremente. Pronúnciese "Ñu".

GNU/Linux: Sistema operativo abierto (es decir, puede ser alterado por alguien con los conocimientos necesarios) y gratuito basado en un kernel (núcleo) Linux y la tecnología de aplicaciones GNU.

Linux: Véase GNU/Linux. Popularmente se le conoce como Linux a secas pese a que suyo solo es el kernel mientras que las aplicaciones y herramientas son GNU. Un ataque de celos hará que, según se anuncia, GNU se terminará distribuyendo con su propio núcleo llamado Hurd.

Kernel: El kernel es el núcleo del sistema operativo, lo que permite acceso seguro al hadware y, en general, gestiona todo lo relativo a nuestro ordenador. El kernel Linux no nació a partir de UNIX, sino que es considerado un clon de éste.

Distribución: Una distribución es cualquier sistema operativo basado en Linux. Ubuntu, Open SuSe, Fedora, Mandriva, Debian... todas son distribuciones, sistemas operativos distintos pero todos basados en GNU/Linux (o Linux a secas, para qué liarnos). Como si los fabricantes y propietarios de Windows sacaran al mercado otros sistemas operativos para PC basados en el mismo código de computación y los llamaran, por ejemplo, Doors, Walls o Tables.

Distro: Viene a ser un diminutivo de distribución.

Debian: La distribución de Linux que goza de las simpatías de los linuxeros más ortodoxos. Cuentan que es de las más estables (esto es, de las que menos se cuelga) pero en contrapartida es poco intuitiva. Terreno vedado para quien no busque complicaciones y sí fácil manejo.

Gnome: Toma un conjunto de colores para el escritorio de tu ordenador, añádele unos tipos de letra concretos, una disposición de iconos y menús con un aspecto y forma de acceso definidos y ya tienes Gnome. Simplemente, es la estética conjunta del escritorio, no es nada más. Como si en Windows seleccionas una de las configuraciones de pantalla que trae por defecto, la llamas Nostromo y, a continuación diseñas aplicaciones justo con esos valores estéticos. Outlook Express para Nostromo sería el Outlook Express de toda la vida pero con estética Nostromo. Pues eso.

KDE: Lo mismo que Gnome variando colores, disposición, formas y aspecto general.

Nautilus: Es el navegador de archivos de Ubuntu, exactamente lo mismo que el Explorador de Windows. Lo que pasa es que ni en el menú ni en su pantalla una vez abierto aparece el nombre, y cuando lo ves referido en algún artículo, foro o wiki cuesta saber de qué carajo están hablando.

Repositorios: Depósitos virtuales de software desde donde te bajas aplicaciones y actualizaciones de la más diversa índole, siendo accesibles desde el menú de Ubuntu. Al principio es frecuente que, preguntando en la web por algún tipo de software, te digan que lo busques en los repositorios, siendo la respuesta más común del pardillo un balbuceante "¿ein?".

Consola/terminal: Aplicación parecida a la ventana de MS-DOS que aún conservan las últimas versiones de Windows (ignoro si viene en Windows 7). Muy usada en Ubuntu, no es más que una pantallita en la que, junto a tu nombre de usuario, parpadea un cursor a la espera de que introduzcas órdenes por teclado.

Sudo: Palabreja que tienes que teclear en la consola/terminal en primer lugar cada vez que quieres introducir órdenes básicas por teclado. Para otras operaciones más avanzadas creo que no es asi, pero quien no sea usuario avezado no necesita saber más.
- Actualizo y aclaro: Sudo es un comando que permite ejecutar a su vez otros comandos de gestión que de otra forma no funcionan, ya que introducirlo otorga privilegios de superusuario. Mi interés no va más allá, de ahí que no creyera necesaria mayor aclaración. Lo normal es que tras Sudo y la orden preceptiva el sistema pida la contraseña, la cual se teclea sin que aparezca nada en pantalla, cosa que también despista si estás esperando asteriscos o algo parecido.

Root/superusuario: Al instalar el sistema operativo creamos una cuenta de usuario con el nombre que queramos y con el cual funcionamos normalmente. Bien, pues para entrar con todos los privilegios y poder realizar tareas que como usuario normal no podemos hacer hay que entrar como "root", también llamado "superusuario". Vendría a ser como entrar en modo "administrador" en los sistemas Windows pero más pomposo.

Software propietario: Software de pago. O todo aquel software que que se piratea a diario como Windows, Office, Photoshop, Corel...
- Actualizo y aclaro: La definición no es exacta, ya que existe software propietario que no es de pago. Sería más bien software privativo, que no está abierto a la libre modificación y distribución, al menos parcialmente.

Información más extensa en Wikipedia y páginas varias.

jueves, 15 de octubre de 2009

Lo que conlleva cambiar de Windows a Linux

Desde la progresiva penetración en el mercado informático de productos creados a partir de software libre, éste amenaza cada día más la hegemonía de Microsoft en el mundo del PC. Las aplicaciones basadas en Linux demuestran en muchos casos estar a la altura de los programas que millones de personas manejan en Windows, mientras que sistemas operativos generados a partir de Linux como Ubuntu o SuSE, dos de los muchos que existen, consiguen que sus usuarios terminen olvidando (casi) por completo las cada día más denostadas Ventanas de Bill Gates.

En mi caso llevo meses utilizando Ubuntu a nivel de usuario, lo cual no me convierte en un experto pero si creo haber aprendido lo suficiente como para hacer un análisis de cierta profundidad sobre los pros y los contras que conlleva pasarse a Linux. En gran medida puedo afirmar que podría seguir llevando a cabo mi tarea profesional habitual si arrojara Windows a la basura y lo sustituyera por Ubuntu y su software allegado. Pero digo "en gran medida" porque, ay, no todo es oro lo que reluce en Linux.

Empecemos con lo bueno. Ubuntu es tan intuitivo como pueda serlo Windows, funciona igualmente con ventanas y un sistema de carpetas y ficheros. Realmente no hay gran diferencia en este aspecto. Una de las grandes ventajas de cualquier SO Linux es que te olvidas de virus y programas espía: sencillamente no existen en Linux. Supongo que todo se andará, pero por el momento el software de detección de éstos elementos indeseables es por completo innecesario.

Luego está la sobreabundancia de aplicaciones para los más diversos quehaceres, desde diseño hasta ofimática pasando por programación o internet. En muchos casos son del todo eficaces y no se echan de menos sus oponentes en Windows. OpenOffice es un más que digno rival para el clásico Office de Microsoft en materia de suites ofimáticas; InkScape puede competir con Corel Draw o Illustrator en el terreno del diseño gráfico, siendo acompañado por Scribus a la hora de maquetar al estilo del clásico QuarkXpress; diseño 3D con Blender, quizá algo complicado al principio pero no menos que 3D Studio MAX; Kino o el más complejo Cinelerra para edición de vídeo.... En fin, hay alternativas a programas de toda índole aunque no todas las áreas se ven igualmente cubiertas, tal y como expondré en el capitulo de inconvenientes.

Sobre la estabilidad del sistema, Ubuntu supera largamente a Windows. Esos históricos cuelgues que hemos sufrido todos con cualquier versión, desde la 3.1 hasta el Vista quedan casi para el olvido. Y digo casi porque Ubuntu también se cuelga, sí, pero al menos según mi experiencia con mucha menos frecuencia, lo que otorga mayor tranquilidad a la hora de trabajar. Y qué decir de tener disponible todo este software completamente gratis. El ahorro en licencias es algo que sólo pueden valorar quienes las tienen que pagar.

Luego vienen las pegas. Tal y como decía, si bien hay alternativas decentes en un gran espectro de necesidades, en cuanto a CAD y tratamiento de imagen Linux aún se queda bastante corto: no hay réplica por el momento equiparable a
Photoshop o AutoCAD, dos de los programas de mayor solera en el segmento del diseño, ya que Gimp y sobre todo QCad (acabo de bajarme Medusa4 y parece más completo que éste último) no ofrecen ni de lejos las mismas prestaciones y solvencia. Rinden, no digo que no, pero se quedan cortos para quien demande herramientas profesionales de gran funcionalidad. Ubuntu admite la instalación de aplicaciones Windows a través del emulador Wine (o por medio de una máquina virtual, algo que he probado aún), pero no todas funcionan a plena satisfacción. Claro que si no te dedicas a las áreas en las que se enmarcan, olvídate del problema. Pero hay más.

La todavía escasa implantación mundial de Linux al lado del software de Microsoft hace que la gran mayoría de fabricantes de periféricos (impresoras, escáneres, esas cosillas...) no se molesten en incluir en el disco de controladores unos drivers para Linux, lo cual complica en extremo la instalación de muchos de éstos aparatos, alguno de los cuales se torna sencillamente imposible de configurar. Si se cuenta con hardware de cierta edad, lo más probable es no sea posible habilitarlo en una máquina con Linux instalado.

El inconveniente final viene del propio carácter de Linux. En Ubuntu muchas de las funciones han de introducirse por teclado, para lo cual hay que conocer los comandos apropiados. Es como volver al mítico y arcaico MS-DOS y conlleva una pequeña labor de reeducación en la que el usuario debe volver a ponerse las pilas tras años adocenado por las ventanitas del tito Gates. Es éste un aspecto que echará atrás (comprensiblemente, para qué negarlo) a más de un interesado en el universo del software libre. Windows regala facilidad de manejo, entendimiento rápido y nula complicación, justo lo contrario de lo que ofrece esta faceta de Linux. Sin embargo sólo hay que echarle un poco de voluntad e interes para superarlo.

No se si habré despertado el interés de alguien, pero pienso que vale la pena estudiar la posibilidad el cambio. Quizá sea preciso un cierto compromiso hacia el concepto de software libre y estar dispuesto a pagar el precio de sentirse en minoría.

Cine de 2021 que ha pasado por estos ojos

A continuación dejo un listado de las películas de 2021 que han visto estos ojitos, junto con un enlace a la reseña que dejé en Filmaffinity...