lunes, 5 de julio de 2010

Dias de fútbol, patriotismo y caspa

El Mundial de fútbol ha sacado al nacionalista que muchos llevan dentro. Las banderas españolas proliferan en ventanas y balcones, los bazares chinos se hinchan a vender estandartes rojigualdas y elásticas de la roja visten a cada vez a más paisanos. La fiebre patriótico-futbolera se está haciendo fuerte en los más diversos rincones de nuestra geografía, de tal modo que en cualquier momento veremos los colores nacionales inundando la plazas de lugares tan insospechados como Hernani o Guernika. Es lo que tiene el patriotismo, se aprovecha de la necesidad del individuo de pertenecer a la masa y el deseo de hacer coincidir su postura con la postura general. ¿Quién puede resistirse?

Yo, ingenuo de mí, pensaba que el patriotismo era otra cosa. Durante la
huelga de Metro que durante dos días dejó sin transporte suburbano a la ciudad de Madrid, las calles no desbordaban patriotismo precisamente. En este conflicto, del cual la autoridad -en este caso la CAM- fue la detonante al vulnerar la ley que le obliga a renegociar bilateralmente el convenio colectivo antes de tocar sueldos, los trabajadores huelguistas ha sido señalado por muchos usuarios como únicos responsables del daño que se les causaba. Pocos, muy pocos han sentido interés por enterarse del fondo de la cuestión, por conocer quien fue el primero en saltarse la ley y lo grave que es que desde la administración pública se siente precedente en lo referido a triturar convenios (se puede leer un acertado análisis de la cuestión aquí).

Patriota viene de patria, y una patria supuestamente engloba a quienes la pueblan.
De hecho, debería ser lo principal y el sentimiento de solidaridad debería hacerse ver entre compatriotas. Pero dudo mucho que quienes, orgullosos ellos, enarbolan banderitas en demostración de lo mucho que aman a su país movieran un solo dedo si supieran que los derechos de personas con las que comparten tierra están a punto de ser pisoteados desde el poder. Ni por un momento pienso que esos patriotas tengan en mente hacer el menor sacrificio para paliar cualquier abuso del que otros conciudadanos sean víctimas. No, desde luego, si ello supone que el ayudado va seguir ganando más, va a mantener un mejor nivel de vida o mejores condiciones de trabajo. La envidia, dicen, es el pecado capital genérico de éste país y frente a los intereses individuales no hay patriotismo que valga, este queda encerrado dentro de la propia piel o en el reducido círculo personal. Y si ese posicionamiento entraña un cuestionamiento de las propias ideas al derivarse de él un enfrentamiento con aquellos a los que te liga un vínculo electoral, se mira para otro lado. El cainismo más casposo es otra de las lacras endémicas que caracteriza a nuestra querida España.

Lo que se está viviendo estos días en nuestras calles y plazas ya fue descrito a la perfección por el filósofo Arthur Schopenhauer hace casi un par de siglos:
El que posee méritos personales relevantes advertirá con toda claridad los defectos de su nación, ya que los tendrá siempre a la vista. Pero el pobre idiota que no tiene nada de lo que pudiera enorgullecerse se agarra al último discurso: estar orgulloso de la nación a la que pertenece. Eso lo alivia y, agradecido, se mostrará dispuesto a defender con uñas y dientes todas las taras y necedades propias de su nación.
No pretendo insultar a nadie que distrute con los éxitos de la selección española, ni aguar la fiesta con una sobredosis de razón a quien, quizá, encuentre en este Mundial su único motivo de alegría en unos difíciles tiempos de crisis. Solo intento extraer algunas conclusiones del fenómeno que estos días veo extendido a todo lo largo y ancho de la geografía nacional. La primera es que la crisis no debe ser tan dura como la pintan si los españoles salen tan rápidamente del estado de depresión presupuesto a quien vive sumido en tan tremenda dificultad. Lo mismo podemos decir de la capacidad de convocatoria que, en las calles españolas, tienen las celebraciones por los triunfos en Suráfrica; es la envidia de las asociaciones que protestan por los recortes sociales que últimamente ha vivido España. Pero eso sí, no pidamos comprensión y aún menos empatía hacia quienes sufren los problemas que aquejan al país, en gran medida potenciados por su clase dirigente: para eso el patriotismo se va de vacaciones y evita dar la cara. Pan y circo llaman a lo que estamos viviendo; no debe faltar tanto pan si el circo goza de tanto éxito. El opio del pueblo lo denominan otros; entonces gran parte del país debe estar fumado.

Argumentos futbolísticos

La selección española ha conseguido, con sus agónicos triunfos por la mínima, sepultar cualquier atisbo de espíritu crítico que pudiera quedar entre la ciudadanía patria aficionada al fútbol (legiones). Después de años y años criticando a Italia por su fútbol ramplón, rácano y conservador, pero útil para llegar lejos en las competiciones,
ahora el aficionado contempla encantado cómo esas cualidades, otrora deleznables, adornan al equipo de sus amores. ¿Importa? Por supuesto que no, ahora sólo importa ganar. España es la nueva Italia y su hinchada, la misma que vituperaba el fútbol transalpino, ahora se muestra encantada de encontrarse en semifinales de un Mundial con idénticas llamadas al bostezo como señas de identidad.

Si el fútbol es justo, Alemania nos debería dar un repaso el miércoles. No recuerdo en la historia reciente de los mundiales un equipo que fuera campeón sin merecerlo.
España no ha hecho lo suficiente para merecer el campeonato. Y por muchas banderitas que saquen sus hooligans y por mucha aparente unidad que demuestren, cada español seguirá a lo suyo cuando esto acabe y el individualismo seguirá ganando terreno. El sentimiento patriota que hoy sale eufórico a la calle volverá a caer en su letargo habitual y desviará la vista frente a las cosas realmente importantes.

10 comentarios:

  1. Políticamente, estás anclado en los principios del siglo XX. Ideológicamente, estás en mediados del siglo XIX. Y ahora descubro que futbolísticamente debes estar en el XVIII (es decir, antes de que se inventara) porque no tienes ni puñetera idea.

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  2. Gracias por tus críticas, razonadas y solventes.

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  3. Me gustaría saber cuántos de estos patriotas de banderín made in china lo son a la hora de hacer la declaración o cuando les sueltan eso de "si quiere factura le tengo que meter el IVA".

    Personalmente medir los logros patrios en función de los logros de 11 millonetis post-adolescentes que no han leído un libro en su vida me da pena.

    Claro que me alegraría que ganara España un mundial, igual que me alegro cuando el Cervantes va a un Español y no a alguien de otro país de habla hispana, o cuando se gana un Oscar (aunque sea por una de Garci). Pero para mi eso no es ser patriota.

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  4. De fútbol no tengo ni idea, así que no comentaré en ese aspecto. Aunque y nuestro mejor embajador no es la selección sino Rafa Nadal. Es muy injusto como ha pasado a un segundo plano su victoria en el Wimbledon.

    Esta euforia rojigualda me produce sentimientos encontrados. Me alegra que la gente se despegue de ciertas ideas que han arraigado para desprestigiar nuestros símbolos... pero por otra parte me parece tan superficial. La gente se viste de rojigualda y lleva banderas pero no quiere opinar sobre los temas donde nuestra Nación se la juega, como el sistema autonómico o los separatismos cada vez más belicosos. Esto me recuerda un poco a aquellos batasunos que se fotografiaban con la camiseta de la selección.

    Así pues, he decidido no ostentar banderas ni dejarme llevar por ninguna euforia pseudopatriótica estos días. Me parece una trivialización de algo que para mí es mucho más importante.

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  5. Flash,

    Creo que de fútbol no tienes mucha idea. El planteamiento táctico de España es diametralmente opuesto al de Italia, por ejemplo. Estadisticamente, salvo el gol average, tenemos los mismos números que Alemania.

    Otra cosa es que la selección no haya jugado como a ti te hubiera gustado que jugara. Pero, en relación a Alemania, hay que comparar los equipos que han tenido enfrente.

    Creo (espero) que el miércoles veremos el primer partido de fútbol del Mundial.

    Una cosa es el deporte en sí, otra el circo que se monta en su derredor y otra la utilización de determinados sentimientos en favor de determinadas causas.

    Porque la gente se identifica con la selección española, ahora en semifinales y con el puñetazo de Tassotti. Y eso no lo puede evitar nadie.

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  6. Flashman,

    Me alegro de que hayas hecho esta entrada dura, de tarjeta amarilla por lo menos. El tema es controvertido y como de furboh y patria todos sabemos no faltarán los comentarios constructivos.

    Sí, básicamente estoy de acuerdo contigo y con la cita de Schopenhauer. La bandera no me molesta tanto como su insistencia y ahogo por abundancia. No comparto ni un gramo de orgullo por ser ejpañó igual que no presumo de móvil, cómo se puede hablar de orgullo de algo accidental y que además es etéreo y que cualquier merluzo puede ostentar sin sonrojo. Eso de español 100% ¿Qué significa? para mí sólo algo primario y que al definirlo se acaba cayendo en un tópico detrás de otro. Patriota es el que se solidariza con sus congéneres y mejora su medio, el que paga impuestos, quien hace bien su trabajo porque respeta a los que se benefician de él y no porque le paguen un pastizal, el que es capaz de mejorar la convivencia en lugar de envenenarla,... y así todo... Y nada de eso tiene que ver con España porque se puede hacer en cualquier parte del mundo.

    ... De furboh, es que no entiendo, pero si gana España, por favor no hagáis mucho ruido que hay gente que al día siguiente trabaja. Gracias.

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  7. No pretendía impartir un curso de táctica futbolística con mi comentario, Lior, pero si me reafirmo en que, de cara al espectador, España es la nueva Italia, a saber: gana los partidos por la mínima y llorando, despliega un juego soporífero, sufre para ganar a rivales teóricamente inferiores y con los que perfectamente podía haber perdido... La comparación con Alemania que haces para mí no se sostiene. Los alemanes han goleado en tres partidos, en dos de ellos a Inglaterra y Argentina, y España lleva tres victorias por la mínima ante potencias como Paraguay, Chile y Portugal. Y sufriendo.

    Paco, se que estoy remando a contra corriente con respecto a la tendencia predominante, pero que se le va a hacer, cada uno es como es.

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  8. No he dicho que fueras a impartir un curso de táctica futbolística. No te estoy atacando. Sólo me "centré" en la parte que tú mismo titulas "Argumentos futbolísticos".

    Porque con la parte en la que hablas de la estupidez que supone la repercusión que se da al Mundial de fútbol habiendo como unas 83832873482342485 cosas más importantes estoy bastante de acuerdo.

    Yo me reafirmo en que sólo un espectador que tiene muy poca idea de fútbol puede pensar que el fútbol que practica España se parece en algo al que practica Italia, y encima cometer la imprudencia de decirlo. :P

    Es ese "espectador" arquetípico que tanto caracteriza nuestra tan amada como odiada idiosincrasia.

    El que sentado en la barra del bar es capaz de solucionar la crisis, hacer que la selección de fútbol juegue como los ángeles, hacer que Contador pedalee de manera más eficaz, hacer una oposición decente, decirle a Lorenzo en qué curva adelantar, solucionar el conflicto palestino, erradicar el hambre del mundo y, de propina, conquistar a María Grazia Cucinotta. Todo en la misma tarde y sin despeinarse.

    El fútbol que practica la selección española no es rácano, no es rudo, no es desordenado, no es el patapumpa'rriba-y-a-ver-qué-sale, no es marrullero. Empezando por ahí se podría abundar mucho más. Pero es ahora innecesario.

    Salvo por el gol average, como dije, en muchos aspectos la selección española tiene mejores números que la alemana. Lo cual tendría que invitar a cierta reflexión. Los numeros están ahí para el que quiera verlos (pases, posesión del balón, oportunidades de gol, corners, saques de banda, fueras de juego, tarjetas, etc... Y, como no, resultados). Y el gol average se explica, como dije, por las selecciones a las que España y Alemania se han enfrentado.

    Porque no es lo mismo el planteamiento táctico de Paraguay o Portugal, que el fútbol que forzosamente tuvo que plantear Capello o el desastre táctico perpetrado por Maradona con la selección argentina.

    Dices "Inglaterra y Argentina" como si fueran grandes equipos. Lo cual sigue reafirmándome en que sabes poco de fútbol. Porque que hayan sido grandes equipos de fútbol, que lo fueron, o que tengan en sus filas a buenísimos jugadores, que los tienen, no significa NADA.

    Lo cierto, dicho todo esto, es que los equipos que, teniendo cierta hechura, plantearon sus partidos con rigor táctico pusieron en bastantes aprietos a la Alemania de Loew.

    Y dicho todo esto, que no sepas de fútbol o que sepas poco (diré mejor que haces un "análisis" bastante simple de aquello que quieres emplear para desarrollar reflexiones y opiniones de otra índole), como también dije en mi otro comentario, no invalida algunas cosas que dices y con las que, más o menos, estoy de acuerdo.

    Los males endémicos de este país: el espectador que ramplonamente arregla el mundo desde la barra del bar en tres patadas sabiendo apenas nada y su hermano cainita, que sentado a su lado sólo desea decirle que es un enterado pero se calla porque sabe que él peca de lo mismo.

    Y después de esta parrafada brutal e innecesaria sólo me queda decir que mañana (ya hoy) gane quien gané yo tendré que ir al curro a las 23 h. y seguir pringando como todos los días.

    P.D.: En mi tierra todos los años muchos se ahogan por no saber remar/nadar a contracorriente.

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  9. No me siento atacado, Lior, ni he cuantificado de la repercusión del Mundial en esos términos que señalas ni es mi intención juzgar a quien dedique horas y horas a seguir lo que pasa en Suráfrica. Solo señalo lo que identifico como falso patriotismo desatado en nuestro país por algo tan trivial en contraposición a lo que, en mi opinión, deberían ser los verdaderos detonantes del sentir patriótico.

    Sobre los argumentos futbolísticos, aun aceptando tus valoraciones, seguimos en el mismo punto: España aburre, o a mí me aburre, y está lejos del buen juego que se le presumía, reconocido por el propio Del Bosque. Y en esos términos, repito, estamos igual que Italia: ganando por la mínima con sufrimiento, aburriendo y demostrando pocos recursos. ¿O acaso verías de la misma forma el juego de España si lo desplegara otra selección cualquiera?

    Saber o no de fútbol me importa bien poco, mi perspectiva es la de espectador ocasional que solo ve partidos de competiciones importantes y me da igual la camiseta que vista el equipo que me aburre, sólo se que me aburre.

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  10. Oportuna referencia a la huelga de Metro. Me temo que muchos de los que han aclamado a “la Roja” han despotricado contra los huelguistas, simplemente porque éstos, al defender sus derechos, les ocasionaban un trastorno (seguramente no se han quejado igual cuando, como consecuencia de las celebraciones, los jurgoleros “patriotas” han cortado las calles y colapsado la circulación).

    Dices más adelante: “...no debe faltar tanto pan si el circo goza de tanto éxito...” Lo que seguramente tiene su lógica (alguien dijo, por otra parte: “No sólo de pan vive el hombre”), aunque a la vez, como decía Agameno por ahí arriba, creo que la gente no es consciente de que “el circo está más que garantizado, y el pan cada vez toca a menos”. Me refiero, claro está, a los “ajustes” que ya han comenzado y contra los que el “circo” tiene un claro efecto desmovilizador.

    Por desgracia (¡y así me equivocase!), estamos de acuerdo que lo que se vive estos días nada tiene que ver con el patriotismo genuino (ojo, sin perjuicio de admitir, recalquémoslo una vez más, que hay mucha gente noble, sincera y patriota que ha celebrado la cosa con la mejor de las intenciones).

    Concluyo subrayando (como entiendo que haces tú) la necesidad de rescatar ese patriotismo genuino.

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