miércoles, 31 de agosto de 2011

El techo de gasto reconoce la incompetencia de nuestros políticos

Nos quieren cambiar la Constitución para incluir un techo de gasto para las administraciones públicas. Y se ha liado parda. Limitar el déficit es vendido desde la izquierda como una forma de cepillarse el Estado del bienestar. Los no tan a la izquierda afirman que el déficit crónico es un cáncer que socava ese mismo Estado poco a poco, hasta que nos lleva a una situación como la que ahora vivimos.


La simple retórica a veces no sirve para explicar las cosas. No si se quiere que queden claras. Expresarse con términos como "constitución neoliberal" o "defunción del estado social" solo sirve para apuntalar el pensamiento dogmático, no para entender de que va la reforma propuesta. Para entender la postura de la izquierda ante este, según sus criterios, acceso de filibusterismo del gobierno del PSOE podemos extrapolar sus consecuencias a una economía doméstica, a ver si de paso también me aclaro yo. Añado que desconozco el texto que finalmente llevará la reforma, el cual puede contar con mil matices, y que solo me referiré a conceptos generales.



Pongamos que ud. tiene unos ingresos X, los que sean; al mismo tiempo tiene unos gastos Y, los que sean. El balance mensual entre gastos e ingresos es lo que determinará el ritmo de vida que ud. podrá permitirse. Pongamos que su balance le permite vivir con sus necesidades esenciales cubiertas, sin mayores alardes pero con comodidad, y en esa situación decide imponerse un techo de gasto insuperable para no llegar jamás a una situación en que las deudas le estrangulen. Supongamos que llega un día en que ud. quiere darle un repaso a su casa y decide pintar y lijar el parquet. No hay problema y tira de ahorros. Después decide que ya es hora de cambier de coche porque el suyo ya tiene quince años. Le parece razonable y pide un prestamo personal para ello. Se acerca al techo que se ha prefijado pero aún tiene margen de gasto. Por desgracia, la vida está llena de imprevistos y una tubería revienta mientras ud. se lava los dientes: el fontanero le dice que la instalación es muy vieja y hay que cambiarla entera. Es un gasto con el que no contaba y que le acerca aún más al techo que se ha autoimpuesto. Como hay crisis y todo está más caro en su comunidad de vecinos han decidido duplicar la cuota mensual. De esta forma su techo de gasto ha sido alcanzado, y piensa mantener con firmeza su postura de no superarlo. Podría, pero ha decidido no hacerlo por una cuestión de disciplina económica. Sin embargo... ¡ratas!, al poco tiempo se le estropea la nevera debido a una sobretensión y no tiene seguro que le cubra el daño. No puede permitirse comprar otra porque la decisión de no traspasar el techo de gasto es intocable. ¿Puede ud. pasar sin frigorífico? No es la tele, ni la consola de videojuegos, ni el reproductor blu-ray, es un electrodoméstico básico. ¿Qué hacer entonces? Necesita ese aparato, no puede permitirse comer y cenar fuera cada día. ¿Solución compatible con el techo de gasto? Dejar de gastar en otra área, de forma que una cosa se compense con la otra.


Llevado todo lo anterior a las cuentas generales de un país, según la izquierda, supondría que una vez alcanzado el techo de gasto ya no quedaría margen para seguir invirtiendo en facetas básicas de nuestra vida como educación o sanidad. De hecho, que ante un crecimiento excesivo del déficit que amenazara con sobrepasar esta frontera, sería precisamente el gasto social la víctima de los recortes para reducir el endeudamiento. Dicho así suena terrible, pero el caso es que no es algo demostrado. Supongo que el mayor soporte del razonamiento es la próxima victoria electoral del PP, la cual se antoja amplia y desahogada, al cual se le atribuyen toda suerte de escaramuzas antiestatalistas. No es este partido un ferviente defensor de lo público, no nos vamos a engañar, pero también es cierto que el argumento suena bastante preventivo y poco sujeto a reflexión. Países con larga tradición socialdemócrata y con un estado del bienestar bien consolidado como Suecia disponen de este techo de gasto y nadie lo considera el epítome del neoliberalismo.


Lo que me llama la atención es un punto que nadie parece tocar, y es el reconocimiento tácito de la incompetencia de nuestros mandatarios que proyecta esta reforma. Nos están diciendo: "señores ciudadanos, como no podemos evitar despilfarrar y gastarnos el dinero de todos en boludeces nos autoimponemos un límite que nos impida por ley seguir saqueando las cuentas públicas como hasta ahora". Desde luego, la idea está ahí para quien la quiera percibir. Es una forma de dar la razón al movimiento #15M. La inepitud de nuestra clase política, que toca tanto al Estado como a las CC.AA. y Ayuntamientos, se pone de manifiesto con la necesidad de autolimitar su margen de maniobra. Les honra saberse tan inútiles y admitirlo, pero también justifica a quienes piden, pedimos, una reforma del sistema que reste poder a la política depredadora y caciquil que padecemos. Tal vez una regulación de ésta índole, aunque hay quien dice que ya es algo en vigor a través de los pactos de estabilidad firmados con la Unión Europea, sea necesaria para obligar a los políticos a ser más eficaces en el ejercicio de la función pública.


Luego está el tema del referéndum. No estoy en contra de que se consulte al ciudadano cuando se produzcan reformas de calado, todo lo contrario. Lo que hay que hacer, antes, es explicar lo que se va a hacer, que consecuencias tendrá y cuales son las alternativas. Informar para que se pueda votar con conocimiento de causa. No veo que nadie se esté tomando estas molestias, ni el dueto gobierno-oposición, los que están a favor, ni quienes se muestran en contra y que cuentan con cierta repercusión mediática. Así solo se consigue que las masas acudan a las urnas a votar en manada, sin criterio definido ni conocimiento real de lo que están votando, y eso en el caso de que se consiga movilizar a una parte significativa del electorado. De todas formas, dadas la conciencia política del español medio y el modo en que los principales medios de masas se supeditan a los partidos políticos, ¿alguien tiene dudas sobre cual sería el resultado del referéndum? ¿O tengo que recordar el que se celebró en 1986?

4 comentarios:

  1. ¿Realmente el déficit público español es el problema?

    https://plus.google.com/106173755631979881533/posts/ePaX4yUypPb

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  2. Que raro, pues yo acabo de copiar y pegar la URL y parece que va. Bueno, puedes probar con este, que lo explica mejor:

    http://www.rankia.com/blog/optinver/672070-situacion-deuda-privada-publica-externa-espana

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  3. Además de recortar gastos, hay otra solución : aumentar los ingresos, es decir, aumentar los impuestos. Porque al final no es tan complicado: si no quieres gastar más de lo que ingresas, o dejas de gastar, o ingresas más (y el PP ya ha dicho más de una vez que hay que bajar los impuestos, es decir, reducir aún más los ingresos... aunque luego hagan lo contrario)

    En mi escaso conocimiento de economía, entiendo que puede haber razones tanto para aceptar el techo de déficit, como para rechazarlo. Por eso estaría a favor de un referendum, para que se explicara bien la medida, y todas sus consecuencias. Pero ya sabemos, tirarán de slogan facilón "esto crea empleo y da confianza a los mercados" o "es un atentado al estado del bienestar",y la gente irá a votar según lo que le diga el líder de su manada.

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