sábado, 3 de diciembre de 2011

Fair To Midland, Coldplay, Evanescence, Switchfoot y Opeth, últimas reseñas musicales de 2011

El año finaliza y este será con toda probabilidad el último post de reseñas musicales de discos publicados en 2011.


Fair To Midland: "Anchors and arrows"

Leí en una revista que Fair To Midland son los actuales niños bonitos del Metal alternativo. No se exactamente que significa eso, pero no me cabe duda de que es un elogio, porque escuchando sus dos últimos discos (los dos anteriores fueron autoproducidos y carecen de relevancia) las alabanzas a la música practicada por este quinteto de Texas surgen solas. Anchors and Arrows es, dicen, un disco orgánico; tampoco entiendo qué quieren decir, aunque sí eso de que son una especie de juglares del Rock. Su música es épica, potente, con guitarrazos secos en eficaz amalgama con estrofas suaves y estribillos como himnos. Su vocalista Darron Sudderth exhibe una versatilidad vocal que le lleva desde gruñidos a lo Jonathan Davies (Korn) a unos extravagantes agudos pasando por la delicadeza más entrañable. Todo un descubrimiento. Quizá se les puede achacar una fórmula encorsetada en demasía, cuando sus temas piden a gritos un mayor desarrollo (solo se sueltan el The Greener Grass para disfrute del respetable), pese a lo cual suenan eclécticos y diversos. El empleo de sintetizadores ochenteros resulta un tanto naif pero ayuda a fortalecer la identidad de la banda junto a las estructuras Prog-Rock y los ramalazos Folk. Tanto en este disco como en el anterior, titulado Fables From A Mayfly: What I Tell You Three Times Is True (2007), hay canciones de esas que se recuerdan durante años. No se los pierda.

Primer single: Musical Chairs.





Coldplay: "Mylo Xiloto"

El estatus de mega banda del que ya disfruta el cuarteto inglés puede suponer el final de una carrera musical. U2 lo llevaron bien durante los últimos años 90, aunque todo tiene su final, lógicamente, y el combo de Chris Martin tiene toda la actual década para ejercer de nuevos iconos de la industria. Mylo Xiloto ya ha cosechado terribles críticas debido a su dispersión de estilos, a lo irregular de sus canciones, a la inclusión de Rihanna en un dueto con Martin o a su poco disimulada ambición comercial. Todo eso es cierto, pero son aspectos solo negativos para quien tuviera una idea previa del rumbo que Coldplay debía seguir. Si es justo el disco que ellos querían publicar han dado en el clavo. Quienes esperaban una reedición del soporífero Parachutes más vale que se cambien de banda. Mylo Xiloto es un disco de Pop mercantil con buenos momentos y con otros que solo me producen indiferencia. Tengo claro que tocaron techo con X&Y, que el estancamiento es más habitual en una carrera larga que la publicación de una obra maestra tras otra. Pero también que hay quien espera a que un grupo alcance la cima solo para intentar echarlo abajo. Los hay quienes desean ver hundidos a Coldplay solo porque han triunfado. Nunca entenderé esa actitud.

El adelanto fue Every Teardrop is a Waterfall, también conocida como Coldplay de la noche.





Evanescence: "Evanescence"

Mucho ha transcurrido desde que la banda de Amy Lee se diera el batacazo con The Open Door (2006) tras el pelotazo de Fallen (2003). Las idas y venidas de instrumentistas han evidenciado que Evanescence es un proyecto de la pequeña Lee y que su persona es la piedra angular y baza principal del grupo. Este disco homónimo viene a recuperar el pulso que demostraron en su debut de cara al gran público (que no debut real) y a reafirmar el sonido que les lanzó al éxito. Es un disco de Evanescence 100%, con sus virtudes y defectos. Suena fresco, con un gran ritmo y Amy se muestra pletórica de condiciones vocales. En cambio, la rigidez musical y el esquematismo siguen siendo sus mayores enemigos. El disco suena exactamente como uno espera de Evanescence y no hay lugar a la sorpresa: guitarras numetaleras, pianos cristalinos, coros angelicales, melodías pop, las inevitables baladas... Probablemente Amy no haya querido arriesgar en su regreso y ha apostado a caballo ganador. Para un retorno siendo aún una banda joven puede bastar pero difícilmente servirá para subsiguientes entregas. Llegados a este punto llegó el momento de madurar.

El adelanto: What you want.






Switchfoot: "Vice Verses"

Esta banda californiana es ya una veterana en el panorama usamericano, contando ya con ocho discos en su haber desde su debut en 1997. Ofrecen un Rock contenido, melódico y de fácil digestión, apropiado para toda clase de paladares. Es la primera vez que presto mi atención a una banda encuadrada en el llamado Rock Cristiano, siendo que la música es un lenguaje que no distingue credos ni ideologías. Tras escuchar todas sus publicaciones concluyo que el tramo final es lo más jugoso de su discografía, encontrando en Hello Hurricane (2009) y este Vice Verses los dos capítulos más destacados. Switchfoot no dejarán una gran huella en la historia del Rock pero sí amenizarán ratos en los que uno busque escuchar algunos buenos temas sin mayores complicaciones.

Aquí les tenemos en su versión más rockera: Dark Horses.





Opeth: "Heritage"

Los suecos Opeth nunca han sido un grupo de masas, ni sus ventas pueden considerarse estratosféricas, aunque el prestigio y la credibilidad de que gozan en el circuito metalero no tiene parangón. Tanto es así que pueden permitirse de cuando en cuando abandonar su habitual Death Progresivo (etiqueta un tanto simple, pero es por abreviar) y lanzar al mercado discos esencialmente acústicos como Damnation (2003) o inequívocamente progresivos como éste Heritage. Pocos rasgos hay en él reconocibles como habituales en la formación nórdica, fuera de la complejidad en la composición que ya es marca de la casa. Sin voces extremas, si asomo de Metal que echarse a la boca, los suecos se entregan a los aires retro del Hammond y el mellotron y a unas guitarras que parecen extraídas de
 los años 70 del siglo pasado, la década dorada del Rock progresivo. Uno piensa en King Crimson, en Focus y en tantos otros que tejieron la madeja del Art-Rock hace la friolera de 40 años. Heritage es un disco fuera de época, difícil de asimilar para el no iniciado, no podía ser de otro modo dadas las premisas. Pero será un manjar sublime para quien quiera retrotraerse a períodos en los que el Rock disparaba su popularidad como una forma de arte, aunque no siempre comprendido ni cercano al gran público. Avisados quedan.


Esto se llama The Devil's Orchard.


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