lunes, 4 de diciembre de 2006

V de Vendetta: ¿el fin justifica los medios?


Hace poco que vi ésta película sobre la que se han vertido críticas muy favorables desde su estreno, a tenor de las cuales habían crecido en mí grandes expectativas sobre su contenido pero que se han visto tan solo parcialmente cubiertas.

Muy resumidamente, el escenario que plantea es el siguiente: un gobierno de corte fascista llegado al poder a través del miedo y que controla al individuo de todas las formas posibles, reprimiendo todo acto de los considerados en cualquier democracia moderna como relativo o perteneciente a las libertades más básicas, termina engendrando en su seno a una némesis, personificada en un solo hombre, dispuesta a combatir a ese Estado con la misma receta que éste emplea para sojuzgar a los ciudadanos disidentes: la violencia.

Como no soy crítico cinematográfico ni pretendo serlo, me quedaré en éste punto que es el que más me ha llamado la atención de toda la película. ¿Justifica el fin los medios? Con la información que proporciona el guión uno se inclinaría a pensar que sí, a saber: no tenemos duda alguna de que los responsables estatales son el enemigo a batir; queda bien claro en las diversas intervenciones de su histrionico líder y en otros aspectos en los que no me extenderé. Sentados en nuestra butaca no tenemos la menor duda de que V actúa correctamente ya que visionamos la película desde una óptica omnisciente, es decir, en todo momento sabemos quién es quién, qué mueve a cada uno, quien es el malo y quién el bueno. La cuestión que me planteo es si esta asignación de roles es realista porque, pese a que podría replicárseme que no es más que un film de acción con el que pasar el rato, entiendo que también posee una carga ideológica poderosa, que también cuenta con un mensaje que, enmarcado en un escenario maniqueo de buenos y malos de manual, puede ser malinterpretado.

¿En qué se puede malinterpretar? Pues en que ese escenario donde el carácter de unos y otros está tan marcado y es tan reconocible sea extrapolable a situaciones normales en el transitar de un sistema democrático al uso, el español pongo por caso, de forma que termine habiendo gente que considere legítimo determinado tipo de discurso que, de momento, no sobrepasa las palabras pero que amenaza o insta subrepticiamente a pasar a los hechos. Y todo porque en el devenir político y/o social del lugar en cuestión se den circunstancias que no encajan con la idea preconcebida de cómo se tiene que manejar un país. ¿Acaso en los últimos meses no venimos oyendo en España soflamas desde determinadas tribunas políticas y mediáticas con frases y términos como "rendición del estado de derecho", "ruptura de España", "traición a los españoles", "pactar con los asesinos" y otras de similar o peor calado? En ausencia de una dictadura real ¿es descabellado pensar que haya quien esté dispuesto a conformarse con la apariencia de dictadura que algunos orates de la comunicación están dispuestos a vender para cargarse de razones morales que justifiquen un posicionamiento a favor?

En la película, V, héroe de la función y erigido en su día por Alan Moore, autor del comic orginal, en un activista del anarquismo, no duda en utilizar la violencia y la tortura para convertir a Evey en una afecta a su causa, al parecer, seguro de conseguir su objetivo y sin el menor temor de que sus métodos resulten contraproducentes. Lógicamente, esa es la trampa que supone no ser otra cosa que un guión de cine deudor en exclusiva a los deseos de su autor, es decir, por mucho que se nos quiera hacer llegar el combativo mensaje de que la rebelión cívica ante una situación de abuso flagrante es posible, la realidad es mucho más compleja y está mucho más sujeta a vaivenes e imprevistos. Un guión cinematográfico es algo rígido que no tiene vuelta de hoja; la realidad se reinventa cada día, a cada instante; no acoge unos roles tan petreamente establecidos.

Finalmente y pese a su reticencia a los métodos de V, Evey abraza por completo su causa, la comprende, la respeta y la apoya. Han utilizado la violencia y la tortura con ella, ha sufrido padecimientos terribles, la han engañado y vejado y, pese a ello, termina entregada a la empresa de su carcelero. ¿Por qué? Porque la suya es una buena causa, la causa de todos. V es alguien que no duda en someter a inocentes a las
técnicas más humillantes para convertirles en adeptos a sus objetivos porque es por una buena causa. Y éstos lo acaban entendiendo y aceptando. El fin justifica los medios porque, además, recibes la recompensa del agradecimiento, y con ella, la limpieza de conciencia.

Esto es lo que me parece arriesgado de la extrapolación al mundo real de lo que no es más que un comic filmado pero con mensaje. Que se traslade la idea de que el modo de proceder del protagonista de V de Vendetta, que funciona en el mundo de blancos y negros
en el que vive, donde todo está perfectamente encasillado y en el que, por lo tanto, no existe la posibilidad moral de dudar, pueden arraigar en la realidad de un país democrático, diverso y multicolor que fabrica su propio devenir cada día y en el que las cosas siempre están más allá del simplón maniqueismo cinematográfico.

4 comentarios:

  1. Yo tengo pendiente ver la peli, aunque ando un poco mosca porque tengo a ese cómic como a una de las mejores series que he leído nunca, y me jodería que la peli fuera una mierda.
    De todas formas, no creo que haya mucha gente que se tome las películas (o, ya de paso, los cómics o los videojuegos) como referentes morales o de comportamiento. Personalmente me parecen mucho más peligrosas las soflamas progolpistas que cada día difunden los voceros de la ultraderecha, pero bueno, esperemos que 30 años de democracia hayan hecho la suficiente mella en la sociedad como para evitar que semejante batulea de indivíduos se salga con la suya.

    PD. Al final me he decidido a agregar tu blog a mi lector de RSS, así que me tendrás por aquí con más frecuencia. Saludos!

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  2. ¡Gracias, OsQar!

    La película no es que sea una mierda, a mí me gustan las pelis que te llevan a plantearte cosas, que generan debate, y ésta lo es. Aunque es cierto que algunos detalles me disgustaron (no los mencionaré para no reventarte nada, espero no haberlo hecho ya :-(...) sí recomiendo su visionado. De hecho, quiero volver a verla (bendito seas, emule...).

    En relación a lo que cuentas de referentes morales, me consta que hay peones negros que se creen un V hispánico prestos a poner una bomba (metafóricamente hablando) a los cimientos del estado corrupto que otros les han convencido que tenemos. Yo lo que veo es que cada día se va un poco más allá, se traspasa una nueva línea y temo que termine por haber alguno que piense que ya es hora de pasar del dicho al hecho.

    Aunque, de producirse, le auguro idéntico futuro que al submarino descapotable.

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  3. Es muy mala. Bajatelá de Internet y no tires el dinero.

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  4. Actitudes escondidas tras la fórmula de “el fin justifica los medios” las tenemos todos los días, tienes razón, cada vez más, cada vez más grotescas, en los métodos de tortura que aplica EEUU para conseguir sus confesiones, en la existencia de cárceles ilegales con presos no declarados culpables, con la reducción cada vez más de la libertad en nombre de la seguridad...
    Una locura... muy buen post

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