martes, 2 de enero de 2007

Reflexiones sobre el fin de la tregua (I): el Gobierno

Bueno, ya lo tenemos, ETA vuelve a las andadas. Volvemos a lo de antes, a la angustia, a la desazón con cada boletín informativo fuera de hora. Se acabó éste "alto el fuego permanente" que había suscitado tanta esperanza como recelo. Debo confesar que, pese a que de puertas hacia afuera y en diversos foros siempre me he mostrado escéptico con el llamado "proceso de paz", en mi fuero interno albergaba un minúsculo átomo de fe en que la gestión gubernamental finalmente fructificase y todos pudiéramos beneficiarnos de ello. Supongo que hay que extraer la conclusión de que, cuando de asuntos terrenales se trata, es mejor dejar la fe de lado y aferrarse a las evidencias tangibles. De existir.

He estructurado mi reflexión sobre la ruptura del alto el fuego en tres partes, la primera de las cuales es éste post, una por cada protagonista, individual o colectivo que, juzgo, ha tenido éste proceso y, tras el atentado de Barajas, sigue teniendo. Mal que nos pese a muchos.

En primer lugar vamos con los impulsores del ya definitivamente extinto proceso de paz, tal y como ha ratificado el ministro del interior, y personalizando en su cabeza visible, que no es otro que el presidente Rodríguez Zapatero.

Y para ir directamente al grano, diré que no se si Zapatero nos ha estado engañando o si le han estado engañando a él, pero esas dos alternativas le dejan en una posición bastante grotesca en el segundo caso, a tenor de lo dicho menos de 24 horas antes del atentado de ETA en la Terminal 4, y absolutamente indefendible e incluso perseguible en el primero.

Sin embargo, no creo que estemos ante un engaño premeditado y sistemático del presidente. Ojo, no digo que no se haya cedido a la tentación de ofrecer miguitas a los ciudadanos, ávidos de mensajes esperanzadores, en forma de anuncios de contenido sugerente pero ni mucho menos explícito, con el fin de consolidarse en las encuestas. Lo que digo es que un engaño sostenido durante tantos meses, utilizando a una banda terrorista del cariz de ETA como cooperante involuntario, era tan fácil de laminar como reventando el aparcamiento de la T4 de Barajas con varios cientos de explosivos. En otras palabras, ETA no les hubiera dejado hacer carrera en Moncloa a su costa. ¿O quizá es ésto precisamente lo que han hecho? Pero entonces, ¿cual es el punto de arranque del engaño?

No me parece factible. Zapatero no es el tonto que desde La Caverna se nos ha querido vender para intentar deprimir a sus votantes, no. Seguro que sabe que a ETA no se la puede utilizar porque no se dejaría, y expertos asesores que le adviertan de ello seguro que no le faltan. Además, tendría que contar con que ningún elemento de las FyCSE vinculados a la lucha antiterrorista denunciara el engaño, cosa harto improbable si tenemos en cuenta la vinculación ideológica que, historicamente, ha existido en la Policía Nacional y la Guardia Civil. ¿Socialista y encima engañando a sabiendas con el tema de la tregua? No iban a faltar quienes ofrecieran su cabeza al pueblo en bandeja de plata, ni altavoces mediáticos que amplificaran el sacrificio.

Lo que quizá sí ha hecho es minusvalorar la amenaza de una ETA aletargada, en espera. Un error de cálculo de los que dañan la imagen y la carrera de un presidente.

Llegado a éste punto podría centrarme en lo extraño de ésta ruptura de la tregua, sin anuncio previo y usando una cantidad de explosivo impropia de una banda con (teórica) escasa capacidad operativa y necesitados de material en caso de retomar las actividades violentas, pero ante la ausencia de evidencia no haré especulaciones. A falta de otros datos, el atentado ha sido un puñetazo en la mesa, un "aquí estamos y mira lo que somos capaces de hacer", todo un desafío terrorista.

Vamos con la segunda alternativa ¿Ha engañado ETA al gobierno de España? ¿Les ha hecho creer la banda terrorista de algún modo que estaban por el fin de la violencia, quizá sólo con el fleco de convencer a algunos grupúsculos díscolos aún partidarios de la bomba lapa y el tiro en la nuca?

Supongo que en cuestión de días habrá una declaración institucional de la banda alegando sus razones para terminar con el proceso de una manera tan apabullante, pero mucho me temo que la cosa no irá mucho más allá de los lugares comunes propios de ésta pandilla de enajenados: el derecho a decidir, derecho a decidir el futuro del pueblo vasco, libertad y democracia, bla, bla, bla... Si tenían tan clara la cosa, ¿por qué nueve meses de alto el fuego? ¿Acaso no ha sido ETA con ese alto el fuego y su posterior inactividad -si exceptuamos la kale borroka y las cartas a los empresarios- la que ha dado alas al gobierno en su apuesta por el fin del terrorismo? ¿Acaso no fueron conscientes de los reiterados mensajes que frenaban en seco cualquier pretensión sobre la autodeterminación? ¿O han sido precisamente esos mensajes los que le ha llevado a echarse de nuevo al monte? ¿Se ha fiado el gobierno en exclusiva de la ETA a la que tenía acceso, pensando que era la que tenía el control de la situación, cuando en el seno de la banda terrorista los que mandan son otros?

¿Candidez? Pero si se tenía la sospecha de que algo podía ocurrir, ¿a qué vino el optimismo de Zapatero el día anterior? ¿Nadie le dijo nada? Cuando Rubalcaba dijo que nadie se esperaba algo así, ¿se refería a la magnitud del atentado o al atentado en sí?

¿Tan cándidos?

No es peor que ser mentirosos, pero tampoco es tranquilizador.

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