No tengo el menor interés por la Fórmula 1, fenómeno al que se presta una desmedida atención en España desde que Fernando Alonso se hizo un nombre en éste deporte. Y desde que una cadena de televisión amarrara los derechos de retransmisión de las carreras convirtiendo las carreras de coches en el mascarón de proa de su oferta televisiva. No tengo interés en ello, digo, más allá del efecto que la alonsomanía ha causado en los medios deportivos nacionales. ¿O debería decir nacionalistas?
Se consumó la hecatombe: Alonso no ha ganado, el finlandés Raikkonen ha salido victorioso incluso por encima del denostado Hamilton, desbancado del liderazgo en la última carrera. Y la prensa deportiva española ha corrido a buscar culpables de la catástrofe que supone el hecho de que uno de los nombres que más minutos y páginas ocupa en sus medios no sea premiado con los laureles del éxito.
La prensa deportiva española echa la culpa a la escudería del asturiano, la británica McLaren, por haber favorecido al piloto de la tierra Lewis Hamilton en lugar de al bicampeón español, achacando a ello la pérdida del campeonato. Incluso se han dejado caer presuntos sabotajes en el devenir de Alonso durante toda la temporada. Por lo general, se ha dedicado a vender un forofismo en éste tema que evidencia un chovinismo que en no pocas ocasiones hemos achacado a otros países. ¿Se sabe que en el Reino Unido el villano de la historia es Alonso, y que allí piensan que la razón está de su parte?
Esto me lleva a recordar esas retransmisiones futboleras en las que, cuando un equipo español visitaba feudo ajeno en una competición europea, el comentarista soltaba aquella aguerrida frase: “el campo es una auténtica encerrona”, aludiendo después a la supuesta presión ejercida por los hinchas locales sobre el trío arbitral. Por supuesto, es de dominio público que en los estadios españoles no hay hooligans y los aficionados sólo gritan para ofrecer un trozo de bocadillo al colega sentado tres gradas más arriba...
Y qué aficionado al baloncesto mediada la treintena no recuerda aquellos equipos yugoslavos, en especial la Cibona de Zagreb capitaneada por Drazen Petrovic, y sus enfrentamientos con el Real Madrid. Los periodístas españoles tenían permanentemente etiquetado al genio balcánico como un provocador por sus reiterados gestos hacia los aficionados cada vez que su equipo recibía a algún combinado español. Se le acusaba de “echar al público encima” del equipo rival, pero cuando esos mismos gestos los protagonizan Pau Gasol y compañía, vistiendo la camiseta de España en el pasado Eurobasket, entonces no es provocación, no es echar al público encima del adversario: lo que hacen es recabar el ánimo del respetable. Con un par.
Pero los chovinistas son los franceses. Y ahora los británicos. Va a resultar que la España que cierra filas a ultranza con los suyos, incluso por encima de la lógica y el sentido común, goza de mejor salud de lo que algunos denuncian.
Yo tampoco soy un fanático de la F-1 pero claro como asturiano es difícil no enterarse de lo que le pasa o deja de pasar a Alonso.
ResponderEliminarY aunque me salga ligeramente del tema del post (fanatismo deportivo) quería decir que me ha alegrado el resultado final de este campeonato.
Frivolizando un poco yo veo la victoria de Ferrari como la victoria del trabajo en equipo frente a esos que, como Ron Dennis, opinan que el mejor sistema es el individualismo donde todos compiten contra todos (Hamilton vs Alonso).
Está muy bien lo que dices, pero me temo que no es nada nuevo. Los deportistas son alzados a lo más alto del olimpo nacional como soldado que arriesga a su vida por su "patria", aquello que los políticos dicen que es el conjunto de personas que vive en entre unas determinadas fronteras.
ResponderEliminarMientras nos pintamos la cara con la bandera de España y animamos a nuestros deportistas, nos podemos olvidar de los problemas como los sueldos, las hipotecas y demás problemas que afectan a la misma "patria".
En definitiva, Pan y circo...
Salud!
Creo que Alonso reside en Suiza para no pagar impuestos.
ResponderEliminarTodo un ejemplo a seguir