Quiero hacer una rápida reflexión sobre el voto que ha aunado la candidatura de Zapatero y que desde el PP señalan, en tono despectivo, como “nacionalista y radical”. Pero primero vamos con algunos datos sobre los dos partidos que más han hecho hincapié en sus reivindicaciones sobre el soberanismo, y que son comprobables en distintos enlaces presentes en la anterior entrada.
En las elecciones catalanas de 2003, con el PP en el poder y con mayoría absoluta, la ERC de Carod Rovira pasó de 12 escaños a contar con 23. En las últimas de 2006 descendió a 21.
En las generales de 2004, se situó con 8 diputados en las Cortes Generales cuando sólo disponía de uno. El pasado día 9 su representación en el parlamento nacional quedó reducida a 3 escaños.
La coalición nacionalista vasca PNV-EA obtuvo en las elecciones autonómicas de 2001 (con el PP gobernando en mayoría absoluta) 33 diputados. En las de 2005 descendió a 29.
En los comicios generales de 2004 el PNV se hizo con 7 escaños que hace cuatro días se han visto reducidos a 6 perdiendo su condición de fuerza más votada en las tres provincias vascas, posición que ahora ocupa el PSE.
¿A dónde quiero llegar? Pues muy sencillo, a poner de relieve la falacia tan vilmente esgrimida por el Partido de la Patraña de que el gobierno del PSOE ha fomentado los nacionalismos y “les ha dado alas”. Muy al contrario, éstos han disfrutado de ascensos en su apoyo electoral más que significativos con Aznar habitando en Moncloa, que han mutado en retrocesos durante el gobierno de Zapatero. Si tomamos como buena la teoría popular de que la candidatura socialista ha aglutinado parte del voto nacionalista, tenemos como resultado que ese electorado se ha disgregado para apoyar a un partido nacional mientras que ese mismo voto cerró filas y subió como la espuma durante el aznarismo. ¿Quién, pues, es el que “da alas” al nacionalismo a la vista de los hechos? ¿Quién es el que integra y quién es el que separa en éste país?
PD: felices días a todos. Nos vemos a la vuelta de semana santa.
Mira, este si que me parece un post más currado y sobre este tema puedo hablar, es lo que tiene ser catalán ;).
ResponderEliminarYo, los nacionalismos siempre los he visto como una opción política que necesita tener enemigos para poder existir y mientras gobernaba el PP, el discurso ultraespañolista de Aznar y cia fomentaba más que nunca un sentimiento de rechazo, un sentimiento que hacía que los catalanes que podían votar (yo entonces no podía) no quisiesen ser parte de un discurso tan violento y que en parte, era ofensivo (es lo que tiene cuando un idiota dice que habla catalán en la intimidad...).
Ahora que el discruso estatal ha cambiado y que las comunidades con más hambre independentista han sido más beneficiadas que nunca, se han quedado sin discruso, sin enemigo. He aquí la principal causa que tanto en Cataluña como en País Vasco (creo yo), el ciudadano de a pie ya no siente ese rechazo, ya no tenga ganas de dejar de formar parte.
Por lo demás, es una tendencia histórica, mientras el PP ha gobernado, los nacionalismos han crecido en votos y mientras ha gobernado el PSOE la tendencia se ha invertido...
Que cada cuál saque sus conclusiones, en mi caso, son muy similares a las tuyas.
Salud!