Pero seamos justos con Zapatero. Su posición con respecto a Afganistán es un modelo de coherencia desde que era jefe de la oposición. Ya entonces, en 2001, apoyó sin fisuras la misión militar decretada por Aznar como parte del operativo comandado por los USA y que tuvo lugar en el país asiático tras el 11-S. Los sucesivos relevos de tropas han sido congruentes con su posicionamiento primero, producidos éstos al margen de su mala relación con George Bush. Ahora puede, en rigor, aferrarse a esa coartada para ofrecer lo que haga falta a Obama e intentar ser para el nuevo presidente usamericano ser lo que Aznar quiso ser para Bush y que tantas críticas suscitó en la izquierda española.
Otra cosa es que, a día de hoy, tenga sentido la permanencia de nuestros soldados en Afganistán, lugar en el que se ha instaurado un régimen que legisla atentando contra las libertades más básicas de las personas al amparo de los ejércitos occidentales. El Afganistán actual no es ningún paraiso para los defensores de los derechos de los oprimidos, y nuestros soldados, todos los soldados de los diferentes países que allí concurren, están avalando con su presencia medidas políticas que en Occidente serían duramente contestadas. Puede que en un contexto islamista tan acusado no se pueda ir más deprisa y haya que avanzar de forma gradual, pero no era eso lo que nos vendían desde un principio. No era esa la libertad que nos dijeron que iban a implantar.
La invasión de Afganistán fue la venganza que la comunidad internacional concedió a los USA después de sufrir los ataques de Nueva York en 2001, necesitado como estaba éste país de señalar y aniquilar "culpables" ante su pueblo malherido. Pocos sintieron la caida de un régimen vil y nauseabundo como el talibán, pero lo cierto es que ninguno entre los gobiernos occidentales se atrevió a plantear la más mínima objeción a la reacción usamericana y nadie discutió el vínculo entre el 11-S y Afganistán. Convalidaron, tácita o explícitamente, su derecho a la venganza sin mayores cuestionamientos. Años después, permanecen las mismas actitudes y no se vislumbran voces discrepantes entre la coalición aliada. ¿También será cosa del la obamización?
La guerra en Afganistán se vaticina larga. No hay rastro de Bin Laden; la milicia talibán ni mucho menos muestra síntomas de estar acabada tras siete años de guerra; Afganistán se consolida bajo el paraguas internacional como primer productor mundial de heroína; y según el propio Obama la amenaza terrorista sigue tan presente como años atrás. Si, además de lo anterior, la coalición ni siquiera se molesta en garantizar la aplicación de unos derechos humanos fundamentales por parte de las autoridades que ellos mismos han aupado al poder, ¿qué sentido tiene continuar la misión española allí, más allá del puro gesto político hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca?
Te lo acabo de exponer en mi espacio pero te lo reitero aquí. Estoy de acuerdo contigo en que nos debemos marchar de Afganistán. No estoy de acuerdo en las formas que utilizas. A Zapatero habría que exigirle con más vehemencia otras cosas: Por ejemplo la retirada del pacto en Euskadi con el PP, que revise el Concordato con la Santa Sede. Que se ponga del lado del pueblo Saharaui y no de Marruecos, que retire la Ley de Partidos...
ResponderEliminarNo tiene ningún sentido que nuestras tropas defiendan un régimen que no defiende la libertad, al igual que tampoco tiene ningún sentido que defiendan a una regón que ha declarado unilateralmente su independencia, la cual España no reconoce.
ResponderEliminarBuen artículo, aunque se queda corto. Muy bueno eso de “Obama no se ha enterado de que forma un tándem con ZP, ni posiblemente le preocupe”. Al engañoso Barack le basta con que Zapatero sea el lacayo lametraserillos que está demostrando ser. Poco más, en efecto, y será respecto a aquél lo que fue el criminal del bigote respecto a Jorge Pus.
ResponderEliminarQue nadie dude de que el envío de tropas españolas no se limitará a esos doce militares. El gobierno español hará lo que disponga Obama, pero ya con la “conciencia tranquila” (pues estará sirviendo al “pacífico” presidente negro, no ya al violentista pistolero texano que le precedió). Le dará igual que sea, pese a su legalidad, una guerra en el fondo TAN SUCIA como la emprendida contra Irak (de donde, por cierto, finalmente Obama piensa salirse más o menos cuando tenía previsto hacerlo Pus). Sin otra base que el cabreo de la superpotencia humillada que, hipnóticamente, indujo a la “comunidad internacional” (no fue una concesión de ésta) a seguirle en su loca aventura genocida. Por supuesto, sin probar jamás vínculo alguno entre los talibanes y el 11-S, ni siquiera entre éste y Al Qaeda... Al día de hoy, lo siento, sólo los ingenuos y los que se autoengañan pueden creerse que, pasados siete años y medio, ha sido imposible cazar a un líder “terrorista” superacosado y perseguido (se supone que con los más eficientes y sofisticados medios de detección), y que además ya entonces tenía que someterse a regulares sesiones de diálisis. Por ciero estas dos noticias, de ‘The Guardian’ y de la CBS, son de escasos meses después del 11-S y del comienzo de la agresión a Afganistán. Ambas, obviamente occidentales y sistémicas, y en las dos no sólo se documenta el diálisis; también, sobre todo en una de ellas, la complicidad del Imperio con... su “mayor enemigo”: http://www.guardian.co.uk/theguardian y http://www.cbsnews.com/stories/2002/01/28/eveningnews/main325887.shtml
A Sadam, que no era un fugitivo internacional sino un jefe de estado, sólo tardaron un año en cogerlo (en realidad, secuestrarlo), para no mucho después asesinarlo. ¿Y nos vamos a creer que a Bin Laden, a quien ningún estado oficialmente protege (y, se supone, el que lo haga que se prepare...) lleva más de siete años burlando a la mayor potencia mundial? ¡Anda yaaaaaaaaaa! (Y esto, por no hablar de que hasta una primera ministra, Benazir Bhuto, por cierto de un país muy vinculado a lo que pasa en Afganistán, le dio por muerto... poco antes de ser asesinada ella misma; ver http://www.youtube.com/watch?v=UnychOXj9Tg ).
Espero (léase, sueño), por otra parte, que nadie siga creyéndose a estas alturas que el Imperio y la “comunidad” ésa fueron allí a implantar las libertades. De hecho, ni siquiera pusieron eso como motivo del “viaje” (lo de “Libertad Duradera” no fue más que el eufemismo que sustituía al anterior lema “Justicia Infinita”, demasiado rudo-mesiánico, y además se refería más bien a la libertad del Imperio frente al “Terror”). La geopolítica de Asia central y oriental, el control de los oleoductos y gasoductos (incluido el que los talibanes no le dejaban hacer a la compañía Unocal... y que hoy ya está hecho) son las razones verdaderas. No sólo de esa guerra de agresión, sino del propio 11-S.
Por todo ello, ni la española ni ninguna otra “misión” militar occidental tiene justificada (hablo de ética, claro) su presencia allí. No por una cuestión pragmática, sino de principios. Nunca debieron ir allí. Los miles y miles de muertos que han causado, así como el rebrote de la producción de heroína (que los talibanes habían ERRADICADO, como reconoce en su libro ‘Los talibán’ el autor pro occidental Ahmed Rashid), son entera responsabilidad de los criminales que invadieron ese país.
Cordiales saludos.
Buen artículo, aunque se queda corto. Muy bueno eso de “Obama no se ha enterado de que forma un tándem con ZP, ni posiblemente le preocupe”. Al engañoso Barack le basta con que Zapatero sea el lacayo lametraserillos que está demostrando ser. Poco más, en efecto, y será respecto a aquél lo que fue el criminal del bigote respecto a Jorge Pus.
ResponderEliminarQue nadie dude de que el envío de tropas españolas no se limitará a esos doce militares. El gobierno español hará lo que disponga Obama, pero ya con la “conciencia tranquila” (pues estará sirviendo al “pacífico” presidente negro, no ya al violentista pistolero texano que le precedió). Le dará igual que sea, pese a su legalidad, una guerra en el fondo TAN SUCIA como la emprendida contra Irak (de donde, por cierto, finalmente Obama piensa salirse más o menos cuando tenía previsto hacerlo Pus). Sin otra base que el cabreo de la superpotencia humillada que, hipnóticamente, indujo a la “comunidad internacional” (no fue una concesión de ésta) a seguirle en su loca aventura genocida. Por supuesto, sin probar jamás vínculo alguno entre los talibanes y el 11-S, ni siquiera entre éste y Al Qaeda... Al día de hoy, lo siento, sólo los ingenuos y los que se autoengañan pueden creerse que, pasados siete años y medio, ha sido imposible cazar a un líder “terrorista” superacosado y perseguido (se supone que con los más eficientes y sofisticados medios de detección), y que además ya entonces tenía que someterse a regulares sesiones de diálisis. Por ciero estas dos noticias, de ‘The Guardian’ y de la CBS, son de escasos meses después del 11-S y del comienzo de la agresión a Afganistán. Ambas, obviamente occidentales y sistémicas, y en las dos no sólo se documenta el diálisis; también, sobre todo en una de ellas, la complicidad del Imperio con... su “mayor enemigo”: http://www.guardian.co.uk/theguardian y http://www.cbsnews.com/stories/2002/01/28/eveningnews/main325887.shtml
A Sadam, que no era un fugitivo internacional sino un jefe de estado, sólo tardaron un año en cogerlo (en realidad, secuestrarlo), para no mucho después asesinarlo. ¿Y nos vamos a creer que a Bin Laden, a quien ningún estado oficialmente protege (y, se supone, el que lo haga que se prepare...) lleva más de siete años burlando a la mayor potencia mundial? ¡Anda yaaaaaaaaaa! (Y esto, por no hablar de que hasta una primera ministra, Benazir Bhuto, por cierto de un país muy vinculado a lo que pasa en Afganistán, le dio por muerto... poco antes de ser asesinada ella misma; ver http://www.youtube.com/watch?v=UnychOXj9Tg ).
Espero (léase, sueño), por otra parte, que nadie siga creyéndose a estas alturas que el Imperio y la “comunidad” ésa fueron allí a implantar las libertades. De hecho, ni siquiera pusieron eso como motivo del “viaje” (lo de “Libertad Duradera” no fue más que el eufemismo que sustituía al anterior lema “Justicia Infinita”, demasiado rudo-mesiánico, y además se refería más bien a la libertad del Imperio frente al “Terror”). La geopolítica de Asia central y oriental, el control de los oleoductos y gasoductos (incluido el que los talibanes no le dejaban hacer a la compañía Unocal... y que hoy ya está hecho) son las razones verdaderas. No sólo de esa guerra de agresión, sino del propio 11-S.
Por todo ello, ni la española ni ninguna otra “misión” militar occidental tiene justificada (hablo de ética, claro) su presencia allí. No por una cuestión pragmática, sino de principios. Nunca debieron ir allí. Los miles y miles de muertos que han causado, así como el rebrote de la producción de heroína (que los talibanes habían ERRADICADO, como reconoce en su libro ‘Los talibán’ el autor pro occidental Ahmed Rashid), son entera responsabilidad de los criminales que invadieron ese país.
Cordiales saludos.