El debate sobre el aborto casi siempre termina enfangado por culpa de los prejuicios que cada uno lleva consigo. Rara vez se produce un diálogo alrededor de éste asunto en el que la cordialidad y el sano intercambio de pareceres sea la tónica dominante. Es un tema que levanta encendidas pasiones, de eso no cabe duda, y precisamente por ese candor que motivan posturas encontradas no se suele profundizar en posibles alternativas fuera de lo habitualmente contemplado.
Yo abogaría por buscar esas alternativas. Pienso que una interesante sería la de incentivar la llevada a término el embarazo para que, en última instancia, la administración correspondiente lo diera en adopción. Es mejor que abortar y evitaríamos la terrible escena de bebés arrojados a contenedores. Se le podría dar la oportunidad a la madre de quedarse con su hijo si cambia de opinión, siempre que se encontrara en las condiciones socioeconómicas adecuadas para su crianza, habilitando un período legal en el que se le ofreciera esa posibilidad, con un plazo concreto para echarse atrás.
No es una solución ideal pero pienso que es notablemente mejor que la traumática experiencia de un aborto. Y llevaría consigo algo importante para las madres (y padres) jóvenes con embarazos producto de "noches locas": sostener sobre sus hombros durante nueve meses la consecuencia de su falta de responsabilidad, con lo que la experiencia puede tener de pedagógico para ellas en lo referido a la relación acto irreflexivo-consecuencia de dicho acto. Dar forma a una vida es algo muy serio que no debe ser tomado a la ligera. Los abortos terapéuticos quedarían al margen, por supuesto. Para implementar la iniciativa haría falta un compromiso sólido por parte de las administraciones y la consiguiente partida presupuestaria, eso por descontado.
Como aspecto negativo estaría en principio el presunto fraude que se podría generar, con madres dispuestas a ofrecerse como barrigas de alquiler sólo para cobrar del Estado o la CC.AA. Sería una lectura cuando menos discutible, ya que da por supuesto el descontrol tras la implantación de la medida. Ese descontrol no tendría por qué producirse si se establece la oportuna supervisión, la cual debería ser férrea habida cuenta de la gravedad de la cuestión. Además, un embarazo de nueve meses, con todas las molestias que acarrea (físicas, laborales...), tampoco es una experiencia precisamente apetecible. No apostaría yo porque se generalizara ese tipo de fraude. No hay que olvidar que toda norma legal genera actividad clandestina paralela, y no por eso se deja de legislar.
Y en todo caso, lo daría por bien empleado si con ello evitamos que haya bebés que finalizen sus primeros minutos de vida entre basuras, adelgazamos la penosa estadística del abortos ilegales con sus consecuencias penales para las madres y, finalmente, nos ahorramos el dilema ético de preguntarnos si estamos asesinando o no a una persona. Son muchas cosas y todas importantes como para ni siquiera contemplarlo.
Ya estamos de acuerdo en otra cosa.
ResponderEliminarBravo por el post, que con los tiempos que corren y la avalancha de propaganda hay que echarle un par para decir lo que dices.
Yo no acabo de estar de acuerdo en algunas cosas.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que hay casos, como el de los niñatos irresponsables de 16 añitos que no les da la gana usar preservativo, que deberían estar obligados a llegar hasta el final del embarazo. No obstante, he escuchado a chicas decir que prefieren abortar antes de encariñarse con el bebé que han parido y entregarlo... (yo creo que ha de ser dura cualquier de las dos opciones)
En casos de violación o casos en que sale perujdicada la salud de madre no tengo duda, aborto (si ella así lo elige).
Por lo general, creo que es un tema muy delicado y que, ante todo, quien debe hacerse escuchar, para una opción o para otra, es la mujer, que para eso es quien lo lleva dentro...
Saludos