Sí, algo huele mal y la saharaui Aminatu Haidar parece saber de donde viene. Eso o al maquetador de la edición digital de Público se le ha pasado momentáneamente por alto lo que éste irrelevante bloguero ha cazado a la primera. Un par de minutos después la foto y el artículo de Haidar ya habían sido desplazados hacia abajo, pero ahí queda la curiosa composición.
Edito la entrada por dos motivos: porque me ha quedado demasiado corta y porque me puede la indignación tras leer, vía Facebook, el blog de Rosa María Artal, en el que figura la siguiente portada de ABC del pasado 28 de noviembre, y cuya foto de portada la ocupa Diego, el padrastro de la niña fallecida recientemente y que ha sido sometido a un rabioso e irresponsable linchamiento desde los medios:
Hay que decir que el director del diario conservador ha pedido disculpas a Diego en su videoblog, pero ello no debe desviarnos de los problemas que sufre esta cada vez más desprestigiada profesión en nuestro país: lenguaje visceral, prejuicio ideológico, sensacionalismo cutre, apelación a los bajos instintos, preponderancia del efecto mediático frente al rigor informativo... Ni dos docenas de disculpas diarias serían capaces de ocultar la fétida realidad que enmierda al periodismo patrio.
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