Quienes sostienen en gran medida a los bancos son los pequeños ahorradores, que en la UE son unos cuantos millones; si estos acuerdan retirar su capital al mismo tiempo de todas las entidades bancarias, estas se quedarían sin liquidez para conceder préstamos, esos préstamos que reciben las pequeñas y medianas empresas para pagar a proveedores, comprar material o abonar nóminas. Y sin ese dinero que reciben de los bancos las empresas no pueden afrontar sus pagos y se ven obligadas a reducir plantilla o incluso cerrar; y todos a la calle.
Sí, es un círculo vicioso más que perverso, pero creo que habría que articular otra forma de protestar que no sea arrojar piedras sobre nuestro propio tejado. Soy el primero que apoyaría una ofensiva que restara poder de forma progresiva a las oligarquías financieras, que son en última instancia las que toman las decisiones de mayor calado por encima de los gobiernos. Pero pienso que las decisiones drásticas solo conducen al enconamiento de posturas, y lejos de solucionar los problemas los pueden agravar.
Además, ¿alguien piensa que Cantona tiene todos sus ahorros escondidos bajo el colchón? Los bancos no son una mala idea, te permiten guardar tu dinero a salvo de manos aviesas y seguro ante eventuales catástrofes. Si hacemos caso al ex futbolista galo ¿qué haremos con nuestro dinero en metálico? ¿Guardarlo en un calcetín muuuuuuy largo, exponiéndolo a un robo o un incendio? Porque estas cosas pasan en la vida real. En cambio, si atracan el banco o si le ponen una bomba tus ahorros no sufren merma alguna.
Sí, los bancos son una buena idea, pero igual que un cuchillo sirve para pelarte una naranja también puede emplearse para darte una puñalada. Todo depende del uso que se le de, y como los personajes que dirigen la cosa financiera no han demostrado, digamos, excesiva preocupación por el interés general, tendrían que ser los estados los que dieran un paso al frente, o un golpe sobre la mesa, para imponer unas condiciones de subsistencia de obligado cumplimiento, una regulación estricta, a las entidades bancarias. El problema es que para ello hacen falta gobiernos fuertes que no se dejen subyugar por el poder económico. Y a ser posible gobiernos unidos, en el sentido de aliados entre sí, ya que hacer la guerra por cuenta propia y sin ser una potencia económica sería, dado el poder que detenta el adversario, garantía de fracaso.
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