También sabemos lo cruel que es la verdad a menudo, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador.Ofrezco aquí la continuación de la anterior entrada, donde me dedico a resumir los obstáculos que el escritor e historiador de la ciencia Michael Shermer encuentra en el camino del pensamiento científico y que se encuentran glosados en su libro Por qué creemos en cosas raras.
Henri Poincarè
13. Coincidencia. En determinados ámbitos suele considerarse que las coincidencias tienen un gran significado, y se invoca la "sincronicidad" como si entre bastidores actuara alguna fuerza misteriosa. La mente humana busca relaciones entre acontecimientos y a menudo las encuentra cuando no las hay. Se obvian las leyes de la probabilidad y solo se recuerda el momento en que se produjo la coincidencia, desestimando las veces que en idénticas circunstancias aquella no se produjo.
14. Representatividad. Tenemos tendencia a recordar los aciertos e ignorar los fallos. Hay que recordar siempre el contexto más amplio en el que ocurre un suceso que parece poco habitual y analizar, siempre, sucesos poco habituales dentro del tipo de fenómeno que representan. Es preferible buscar la explicación más probable y pedestre de un suceso que recurrir a la ultramundana.
15. Términos emotivos y falsas analogías. Las palabras emotivas se usan para crear emoción y, a veces, oscurecer el pensamiento racional. Asimismo, las metáforas y analogías pueden nublar el pensamiento con la emoción. Y no prueban nada, solo son herramientas retóricas.
16. Ad ignorantiam. Es una apelación la ignorancia relacionada con las falacias descritas en los puntos 8 y 10, presentes en la anterior entrada. Consiste en estimar una afirmación cierta hasta que se demuestre lo contrario, por absurda que sea. La ciencia apoya la veracidad de una teoría si hay pruebas fehaciantes que la sustenten; la falta de evidencia a favor o en contra no demuestra nada.
17. Ad hominem y tu quoque. Estas falacias significan literalmente "al hombre" y "tú también" y consisten en desviar la atención de un argumento hacia quien lo sostiene, con el objetivo de desacreditarle. Que alguien sea despreciable no implica que lo que diga en un momento dado sea falso, lo cual hay que demostrar con independencia de quien se trate.
18. Generalizaciones precipitadas. Son una forma de inducción propia, lo que también se llama prejuicio. Se extraen conclusiones antes de que los hechos las constaten y se evita recopilar la máxima información posible antes de emitirlas.
19. Confianza excesiva en la autoridad. Existe la tendencia a confiar en exceso en los personajes insignes, en especial si son inteligentes. Pero está claro que fuera de su campo de acción el acierto no está garantizado ni sus conocimientos les capacitan para extraer conclusiones en otras materias. Por ello, nuevamente debemos remitirnos a las pruebas.
20. O esto o lo otro. Esta falacia también es conocida como falso dilema, y es la tendencia a polarizar el mundo de tal manera que, al desacreditar una postura, nos veamos obligados a aceptar la otra. Pero no basta con señalar las debilidades de una teoría; si existe otra "superior" debe contar con pruebas en su favor, no solo en contra de la anterior.
21. Razonamiento circular. Se produce cuando la conclusión o afirmación no es más que una reafirmación de una de las premisas. Aunque una afirmación tautológica puede ser útil, se deben intentar elaborar definiciones operativas que se puedan probar, falsar y refutar.
22. Reductio ad absurdum y la pendiente resbaladiza. La reductio ad absurdum es la refutación de un argumento llevándolo hasta su conclusión lógica, una conclusión que es absurda: si sus consecuencias son absurdas, su argumentación ha de ser falsa, cosa que no tiene por qué ser así. La falacia de la pendiente resbaladiza supone la construcción de una cadena de hechos en la que una cosa lleva necesariamente a un fin tan extremo que el primer paso nunca debería darse. En este caso, la consecuencia no se sigue necesariamente de la premisa.
23. La insuficiencia del esfuerzo y la necesidad de seguridad, control y simplicidad. En general, queremos seguridad, controlar nuestro entorno y explicaciones veraces, claras y sencillas, lo cual puede simplificar en exceso la realidad en interferir en el pensamiento crítico. Pensar es un trabajo delicado, y las personas con el pensamiento poco entrenado tienden a buscar certezas rápidas eludiendo el esfuerzo que supone incluir una variable de compeljidad.
24. Insuficiencias en la resolución de problemas. Cuando a las personas se les encomienda la tarea de escoger una respuesta correcta a un problema tras decirles qué suposiciones son acertadas o no, esas personas tienden a dejarse influir por la información recibida, anulando su capacidad de discernimiento.
25. Inmunidad ideológica, o el problema de Planck. En la vida cotidiana, como en la ciencia, todos nos resistimos a cambiar el paradigma fundamental. Algo así como un "sistema inmunitario ideológico". Cuantos más conocimientos acumula un individuo y mayor fundamento tienen sus teorías (y recordamos que todos tendemos a buscar pruebas confirmatorias y no denegatorias), mayor es la confianza en su forma de pensar. En consecuencia, erigimos un muro de "inmunidad" frente a las ideas nuevas que no se alinean con las nuestras.
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