miércoles, 21 de marzo de 2012

The Walking Dead, el cómic


Hace poco La Sexta ha retomado la emisión de la segunda temporada de The Walking Dead (TWD). Anticipándome a la jugada, gracias a la ya extinta Megaupload y a un tablet chino que adquirí en eBay (y que ya he tenido que tirar después de caer al suelo y no reponerse del trance...) leí procedentes de Internet todos los números disponibles en la red del cómic que inspira la serie de TV. Tal y como me habían sugerido, el argumento de la versión gráfica se centra en las relaciones entre personajes, algo que, me da la impresión, no es demasiado bien recibido por los entusiastas del universo zombi en su traslación al medio televisivo. Pero eso no es óbice para que en sus páginas, ya sean de papel o electrónicas, no hallemos escenas de violencia verdaderamente brutales.

TWD, el cómic, o novela gráfica para aquellos que quieren darle una pátina de respetabilidad al medio (algo para lo que, por desgracia, no basta con publicar un buen producto, siendo como es todavía un género poco valorado) es muy violento. Ojo, no estoy diciendo que la sangre salpique cada tres páginas. La violencia está enmarcada en un escenario apocalíptico es el que sobrevivir es lo que cuenta y, ante un panorama así, la moral a veces es un problema, y no digamos los escrúpulos. En un relato como el que nos cuenta TWD los estallidos de violencia descarnada, salvaje, son casi inevitables. Las animaladas perpetradas siempre encuentran justificación en boca de sus autores.

Los que sigan la serie de TV ya conocen el sustrato del argumento: los muertos regresan de la tumba y comienzan a devorar a los vivos, lo que provoca nuevas hordas de zombis en busca de más carne fresca, en una suerte de ruleta que una vez puesta en marcha parece incapaz de detenerse. Nada hay de original en la propuesta de base, explotada hasta la saciedad desde que el cineasta George A. Romero convirtiera a los muertos vivientes en un fenómeno cultural gracias a sus películas. Las relaciones entre personajes y la crítica social también fueron foco de atención en su cine pero en TWD, el cómic, alcanzan un desarrollo y una profundidad que, al menos yo, no había visto hasta la fecha.

La gran baza es el guión de Robert Kirkman. Consigue con habilidad enlazar cada situación sin importar lo extrema que sea, con la suficiente pericia para no romper el conjunto y fragmentar la historia. Todo es un continuo, las historias secundarias convergen en la historia principal con naturalidad y sin restarle empaque. El dibujo en blanco y negro de Tony Moore y Charlie Adlard contribuye a hacer la lectura más rasposa y árida. Hace que a veces la expresión de un personaje en una viñeta sea suficiente para trasladar al lector todo el estado de ánimo arrastrado durante páginas y páginas.

La relación entre personajes es el meollo del asunto, sí, pero más que eso es el modo en que cada uno de ellos sufre interiormente la situación extrema que está viviendo. El mundo ha cambiado, el ser humano ya no es la especie dominante y un nuevo depredador sediento de sangre reina sobre la Tierra. Llegar al siguiente día con vida es el único horizonte. La moral se relativiza hasta la náusea, y en muchos casos no es más que un peso que te puede arrastrar a la perdición. Individuos antaño con valores se tornan bestias capaces de las peores atrocidades.

En TWD, el cómic, hay escenas de crimen, tortura y violencia extremas. Puede que no impresionen tanto como las reproducidas en imagen real, pero les aseguro que, una vez inmersos en la trama, no dejan indiferente. Uno puede empatizar con los personajes de un tebeo tanto como con los de una película, no lo duden. Sorprende, aunque no por novedosa (Alien fue pionera en ponerla en práctica), la táctica de ir eliminando personajes a medida que cobran fuerza en el relato. Es otra forma de golpear al lector, que encuentra dificultades para encontrar con quien identificarse de forma duradera. Es sin duda una lectura fascinante, pero también tortuosa. Lo más tenebroso del alma humana aflora en situaciones límite, esa parece ser la conclusión a la que los autores quieren llegar.

De momento el cómic aún se publica (en el momento de escribir esto he leído hasta el nº 95) y las muestras de agotamiento ya se abren paso entre sus viñetas. Es algo normal en una serie tan larga, pero el bagage acumulado es estremecedoramente solvente. Denle una oportunidad.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Gotye, Amplifier, Russian Circles, La Dispute, Lacuna Coil y Anneke van Giersbergen, Rock de lo más diverso

En esta primera entrada musical del año haré reseña de algunos de los discos que vengo escuchando en los últimos tiempos. No tienen por qué ser necesariamente novedades, no suele ser política de este blog estar a la última, mal que me pese.

Gotye - Making Mirrors (2011)

Las redes sociales son un gran invento para quienes procuramos funcionar al margen de los medios de masas. Gracias a Twitter tuve conocimiento de la existencia de este músico australiano, a través de la peculiar versión que los canadienses Walk Off The Earth (a los que tampoco conocía) hicieron de su tema Somebody that I used to know. Me enganché a esta canción de inmediato así que conseguir el resto del disco era cuestión de minutos. Making Mirrors es un mosaico ecléctico de tendencias que abarcan desde el Soul (tremenda la similitud vocal y musical con Steve Winwood en Better) hasta la Disco Music pasando por trances intimistas, electrónicos y experimentales. Gotye es un artista que parece querer tocar muchos palos, y no sale del todo mal parado. Veremos si es flor de un día o si construye una carrera sólida digna de ser seguida.


Somebody that I used to know.



Amplifier - The Octopus (2011)

Desde Manchester nos llega este trío dispuesto a que escuchar sus discos se convierta en una experiencia profunda, trascendente y, por qué no, lisérgica. The Octopus es de esas obras que requiere de varias escuchas para ser valorado, algo que
 se dice a menudo de las obras discográficas que discurren (muy) al margen del mainstream. Amplifier es una banda de Rock Progresivo que reune influencias diversas, desde el ambient, Space-Rock, Metal, psicodelia, escuela Canterbury... Huelga decir tras esta descripción que su música no es apta para cualquier paladar y que serán los amantes del progresivo de línea dura los que más partido sacarán al contenido de este disco, que además es doble. Disfrutarlo o sufrirlo dependerá da cada oyente.

Interstellar.



Russian Circles - Empros (2011)


No suelo escuchar rock instrumental, no porque no me guste sino porque hay que buscar a propósito para encontrar formaciones que lo practiquen, y no siempre hay ganas de tomarse la molestia. Les he dado la oportunidad a los usamericanos Russian Circles y tengo que decir que, pese a haberme tomado su propuesta con flexibilidad, no creo que vuelva a darles cancha. Navegan entre el Rock, el Hard-Rock con pinceladas de Metal y algunos apuntes de Post-Rock, demasiado machacones y con apenas espacio para las melodías. Su disco es muy denso, con piezas extensas que se hacen aún más largas debido a un excesivo esquematismo conceptual. No hay riqueza instrumental (su sonido es el de un básico guitarra-bajo-batería) ni florituras individuales. Es un disco de riffs presuntamente atmosféricos que pide a gritos más diversidad. Un producto compacto pero carente de aristas y matices. Qué quieren que les diga, a estas alturas uno prefiere que le sorprendan cuando escucha algo nuevo.

309.



La Dispute - Wildlife (2011)

Dicen en medios especializados que la escena post-hardcore está ya muy saturada. Quizá por eso los usamericanos de Michigan La Dispute hayan intentado dotar a sus canciones de un aspecto que les distinga, pero en mi caso el tiro les sale por la culata. Me explico: sus canciones (todas) están cantadas de una forma que podría parecer un rap desgarrado, pero no termina de serlo. Incluso el rap se rige por ciertas pautas rítmicas, pautas que soy incapaz de encontrar en los recitados del vocalista Jordan Dreyer. Sí, quizá recitados es una definición más ajustada y fiel a lo que hace este hombre, siempre por libre de las melodías que le acompañan. El caso es que catorce temas cantados de esta guisa consiguen que desees detener la reproducción al quinto corte. No, lo siento, no he superado la prueba, y es una lástima porque la música que le acompaña, similar a la de Thursday o Thrice, sí me sugiere cosas y tendría mucho más recorrido con otra vocalización. Pero con Dreyer en el micro solo consigue que cierre la puerta a volver a escuchar nada de esta banda.


Hardest harmonies.



Lacuna Coil - Dark Adrenaline (2012)

Siempre es motivo de tristeza cuando una banda que te ha dado enormes momentos de satisfacción y disfrute entra en una travesía del desierto. Alcanzar la cima creativa no suele ser suficiente para muchos músicos, y Lacuna Coil llegaron allí hace ya una década. Comalies (2002) es uno de los discos de metal más bellos y estimulantes de los últimos diez años, demasido bueno para que cualquier cosa posterior no palidezca a su lado. Desde entonces este sexteto italiano inició un recorrido en busca del éxito comercial que les ha llevado a una cuesta abajo artística sin remedio. Con Karmacode (2006) se entregaron por completo al sonido Nü Metal usamericano sacrificando su durante años bien labrada personalidad. Con Shallow Life (2009) intentaron rectificar el camino parcialmente dando más importancia a las canciones que al ruido, pero se quedó en un disco de medias tintas aunque, justo es reconocerlo, gana con el tiempo. Deseosos de que Korn les vuelvan a llamar para salir de gira, publicaron a comienzos de años Dark adrenaline, en el que retoman viejos vicios y aparcan las virtudes que les adornaron en sus primeras entregas. Es un disco simple, o más que eso, simplón. Las melodías, antaño tan evocadoras y sugerentes, apenas están trabajadas; lo único que cuenta es meter ruido y parecer duro para que hablen de ello en las revistas heavys. Tal simplicidad se traduce en canciones estructuralmente previsibles y repetitivas, que cansan apenas les das varias escuchas. No hay misterio, ni matices, todo es explícito y manido. Practican un estilo que ya caducó la década pasada, y cuanto más lo escucho más me disgusta así que ya no son objeto de mi atencion. Ni siquiera la voz de la siempre atractiva Cristina Scabbia es bastante para dar cuerpo a este disco,
 creativa y estilísticamente pobre. Es lo peor que han hecho hasta la fecha, por muy heavys que les haga sentirse.

Trip the darkness.



Anneke van Giersbergen - Everything is changing (2012)

Desde que dejó The Gathering, una de las mejores bandas de Rock europeo de los últimos veinte años, poco he seguido la carrera de Anneke. Escuché el primer disco de Agua de Annique, la banda que fundó posteriormente, y no consiguió engancharme, de ahí que ni me enterara de su segundo lanzamiento. Este año la holandesa se lanza al ruedo de los solistas firmando con su propio nombre, y el resultado es Everything is changing. Este disco sorprende porque es más que nada Pop-Rock, lejos de las texturas etéreas de la última etapa de The Gathering y los comienzos con Agua de Annique. Un Pop-Rock vigoroso, conciso y capaz de gustar a muchos tipos de público. Es un salto cualitativo en el bagaje de Anneke Van Giersbergen, que nunca había transitado por senderos tan comerciales. 
No obstante, todos somos esclavos de nuestro pasado y en Everything is changing podemos encontrar pasajes que bien podrían haber estado en los últimos discos de The GatheringPero qué demonios, se agradece la frescura con que está producido y poder escuchar su inigualable voz en otros ambientes menos complejos, demostrando así su versatilidad como artista. Aun con este golpe de timón siempre es agradable tener a Anneke de vuelta en la escena musical.

Feel alive.


martes, 6 de marzo de 2012

La conspiranoia del #11M, cuesta abajo y sin frenos

Una teoría, aunque sea de la conspiración, no puede plantear aún más dudas de las que intenta resolver. La del 11-M está inmersa en una espiral sin fin más propia de dementes que de personas en sus cabales y la depravación moral en el seno conspi no parece atisbar límites. Hay que lamentar la existencia de despojos humanos que aún intentan lucrarse con el 11-M hasta el extremo de apostar a calzón quitado por la inocencia del asesino Jamal Zougamen un comportamiento análogo al de la izquierda abertzale radical con ETA. Gente así representa la hez de la tierra, un excremento infecto en plena putrefacción, una gangrena que intenta infructuosamente extenderse por toda la sociedad.

¿Qué sigue alimentando la teoría conspirativa ocho años después de los atentados? El gran problema de los medios conspiranoicos, lo que de verdad les impide abrazar la lógica, la razón, el sentido común y rendirse ante la evidencia de las pruebas es lo que a efectos de imagen pública les comportaría retractarse ahora.


Después de años de estar sembrando el clima social de insidias y embustesde obscenas persecuciones mediaticas y judiciales a ciudadanos inocentes como el ex jefe TEDAX Juan Jesús Sánchez Manzano y su compañera perito, los policías del caso del ácido bórico o el comisario Rodolfo Ruiz, cuya esposa se suicidó incapaz de soportar la catarata de infamias y calumnias dirigidas a su marido; de aberrantes campañas de acoso y derribo a funcionarios públicos como el juez instructor Juan Del Olmo, la fiscal Olga Sánchez o el propio presidente del tribunal que dictó sentencia, Javier Gómez Bermúdez; de señalar tácita o explícitamente a un sinnúmero de personas honradas, desde el portero de Alcalá de Henares que denunció la furgoneta Renault Kangoo hasta el gruista que la transportó a Canillas, pasando por la cajera del Carrefour de Avilés que reconoció a El Chino o las testigos rumanas que identificaron a Zougam, como cómplices del peor atentado terrorista nunca perpetrado en suelo español. Lo que les impide, digo, desdecirse y admitir que jamás estuvieron en lo cierto es el descomunal descrédito que les iba a suponer.


Un medio de comunicación, y menos en mitad de la crisis de la prensa derivada de la crisis global que sufrimos, no se recupera de un golpe asíEl Mundo no volvería a a ser para prácticamente nadie un medio capaz de transmitir veracidad en ninguna de sus informaciones. Y para Libertad Digital sería su tumba, salvo quizá para un pequeño reducto de ultras enloquecidos completamente al margen del mundo real. Ninguno de estos medios (Intereconomía se ha apuntado al carro recientemente pero sus artículos al respecto son tan disparatados que solo producen risa) se arriesgará a dejar de ser el Gara del terrorismo islamista, ya que está en juego su propia supervivencia. Solo la huída hacia adelante puede salvarles el negocio, aun a costa de entregarse por completo a una devastadora ruina moral.

lunes, 5 de marzo de 2012

El fiscal general del Estado da alas a la ruina moral de los conspiranoicos

A muchos nos ha sorprendido que el nuevo fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, haya ordenado abrir diligencias a raíz de una información publicada en el medio conspiranoico Libertad Digital en relación con el hallazgo de restos de uno de los trenes del 11-M. Los conspiratas echaban humo producto del frenesí y la excitación al ver como un alto cargo del Estado parecía prestar atención a sus maquinaciones, pero conviene hacer varias matizaciones al respecto para hacernos una idea de lo que supone esta actuación (sobre la presunta relevancia de los restos no me extenderé porque ya lo han hecho aquí con notable acierto).

Dar este paso tiene una vertiente buena y otra mala. La buena es que se podrá demostrar, una vez más, y que a nadie le quepa duda de esto, que no hay nada extraño en los restos encontrados (de hecho, al no haber existido cadena de custodia durante estos años nada hay que pueda ser validado como prueba), ningún indicio que conduzca a una conspiración entre sociatas, etarras, marroquíes, el Lute y el clan de los peruanos. Nuevamente, las alucinaciones del puñado de enfermos mentales que aún persisten en alimentarse de la sangre de las víctimas del 11-M quedarán como lo que son y aquellos volverán a revolcarse en el ridículo y en la más espeluznante inmundicia moral.

La mala es la sospecha de que el nuevo fiscal general haya actuado de la forma que lo ha hecho empujado por el vínculo que le unía a esRadio, la emisora de Jiménez Losantos, el apéndice radiofónico de Libertad Digital, donde intervenía como tertuliano. Cierto es que allí actuaba (ignoro si lo seguirá haciendo) como crítico cinéfilo junto a José Luis Garci, pero admitamos que dicha relación es, cuando menos, poco aseada y vendría a cuestionar la rectitud y profesionalidad de alguien que llega a tan relevante cargo con vitola de profesional de prestigio.



De todos modos, que los conspiratas no se hagan ilusiones. Es bastante improbable que alguien subordinado a Alberto Ruiz Gallardón, una de las bestias negras del conspiracionismo del 11-M, vaya a emprender una investigación en clave conspiranoica por su cuenta y riesgo. Si fuera a actuar así se habría esforzado más en mostrar su rechazo al sobreseimiento de la causa contra el ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano.

Cine de 2021 que ha pasado por estos ojos

A continuación dejo un listado de las películas de 2021 que han visto estos ojitos, junto con un enlace a la reseña que dejé en Filmaffinity...