Se acaba de publicar un libro sobre el islam titulado "La quinta invasión. 711-2011" que, al parecer, convierte a esta confesión en el nuevo cáncer global. Está escrito por José Donís Catalá, comentarista de Desiertos Lejanos y propietario de la bitácora Políticamente Acorrecto. Este post surge del foro de la página citada, en el que la presentación de su libro ha suscitado reacciones que quizá el autor no preveía. En sus páginas viene a decir que el islam es malo de por sí, perverso y dañido de forma intrínseca y que el deber de toda persona decente es combatirlo en la medida que pueda. Desecha el concepto de "islam moderado" el cual, dice, no existe y afirma algo tan radical como que toda actitud que no sea acatar los dictados de libro en toda su magnitud convierte a quien caiga en tan deplorable comportamiento en cómplice de cualquier crimen perpetrado en nombre del islam.
Aclaro que esta entrada parte del foro y se documenta únicamente en él, ya que como digo no he leído el libro.
Empiezo afirmando que el gran problema de Donís es la manera de plantear las cosas, la cual tiene mucho que ver con la forma en que percibe el mundo. Si tu percepción del mundo es rígida y cuadriculada entonces tus planteamientos sobre este o aquel tema normalmente también lo serán. Donís tiene unas convicciones, arraigadas, firmes, y todo debate planteado por él se aferra a dichas convicciones. Dibuja una realidad acorde con su forma de ver las cosas, la sitúa como marco fundamental sobre el que iniciar el debate y, a partir de ahí pontifica sobre ello. Lo suyo no son ideas expuestas sobre las que trazar un intercambio de ideas plural, son sentencias que has de aceptar sin rechistar.Obedece o serás marcado como cómplide de asesinos. Todo esto lo ilustra un término que utiliza y que presume haber creado, dihmmi, para definir al occidental víctima de una especie de síndrome de Estocolmo islamista. Es ilustrativo porque un lector ocasional que entre a medio debate y vea la palabreja se sentirá confuso al ignorar su significado, pero a Donís le da igual, porque él se entiende, sabe de qué va su particular terminología y su percepción es la única que le vale, la de los demás no cuenta. Autismo ideológico lo podríamos llamar.
Mención aparte merece esa acusación, abierta, descarada, violenta y totalitaria, plenamente fascista, que Donís realiza de quien ose no arrodillarse ante sus postulados: todos son cómplices de los torturadores que perpetran atrocidades en las teocracias musulmanas. No tengo ninguna necesidad de justificarme ante quien vomita semejante disparate, propia de un fanático mesiánico que considera sus opiniones como la verdad revelada que nos ha de iluminar a nosotros, pobres tontos ignorantes. Tengo muy clara mi postura hacia esos países, hacia el islam en general y hacias las personas que profesan la religión musulmana. Ningún paranoico me hará sentir que debo justificarme por no compartir sus excesos, ni me hará entrar en su dinámica enfermiza. Vuelvo a eso de los dhimmis, una forma más de señalar con el dedo al discrepante, de convertirlo en enemigo, quien sabe si algún día también en objetivo. Si a Donís le encanta soñar con futuros horripilantes, ¿por qué no puedo hacerlo yo?
Sobre el propio libro no puedo decir mucho ya que ni lo he leído ni lo leeré. No solo considero mi tiempo valioso sino que mi dinero, que tanto me cuesta ganar cada mes, merece un destino mejor. Solo diré, con arreglo a lo leído en el foro, que eso de que el islam persigue convertirnos a todos en jihadistas y que las mujeres vistan burka se cae por su propio peso. Me dan igual todas las fatwas que cite, todas las denuncias que traiga, todos los entrecomillados que nos muestre. La realidad de millones de turistas occidentales visitando el mundo musulmán y volviendo a sus casas sin mayor problema, incluso contentos por la experiencia, me dice justo lo contrario; o la de millones de inmigrantes musulmanes viviendo y trabajando honradamente en Occidente; o la de intercambios comerciales estables y normales entre países musulmanes y occidentales. Me dice que que tal circunstancia no sería posible en un mundo como el que Donís nos muestra, con todo el islam volcado en contra de Occidente, así que debe ser que lo que nos ofrece Donís en falso, mercancía averiada, los delirios de un... que cada uno elija el calificativo. Esto es lo que digo y al decirlo no estoy diciendo ninguna otra cosa, ni asumiento nada que otros me quieran encasquetar. Y quien lo haga, que lo demuestre o estará sencillamente mintiendo.
Es humano que las críticas adversas sienten mal, pero ello no justifica luego un feroz ataque de victimismo. No es de recibo pretender que uno es objeto de persecución después de declarar que se considera continuador de un modelo ciudadano que tiene en la persecución su fin último, cuando se escribe un libro con el único objeto de criminalizar a toda una comunidad de millones de seres. Es impropio de personas decentes tildar de cómplices de asesinos a quienes simplemente observan alternativas de pensamiento diferentes a las que usa Donís. Quizá lo que deja traslucir todo esto no es más que el miedo a perder la hegemonía, a dejar de ser preponderante, a que una fe rival coma terreno a la fe propia.
A mí no me gusta el islam como no me gusta el cristianismo ni el judaísmo, tres ramas del mismo árbol. Ningún sistema de valores que está basado en la creencia ciega tendrá jamás mi respeto intelectual. Luego están las personas, que son las que han conseguido moderar el cristianismo hasta abandonar su barbarie. Una barbarie que no está tan lejana como se nos quiere hacer pensar, sino tan cercana en el tiempo como el asesinato en los USA de un médico abortista en 2009, como la guerra entre comunidades de fuerte componente religioso en la antigua Yugoslavia, las matanzas en Ruanda hace menos de 15 años alentadas desde las instutituciones católicas ruandesas, los discursos de Hitler arengando a las masas con proclamas filocristianas con la eficacia de todos conocida, los campos de exterminio como el croata de Jasenovac, dirigido por los ultracatólicos ustashi, las matanzas de refugiados palestinos en Sabra y Chatila a manos de milicianos cristianos libaneses bajo la protección de Israel, o ese fraude llamado Teresa de Calcuta arrodillándose ante la tumba del dictador albanés Enver Hoxa, alabando al dictador asesino haitiano Jean Claude Duvalier o permitiendo la muerte por inasistencia médica (¿eutanasia pasiva?) de sus asilados en India mientras su orden de monjas recibe millones de dólares en donaciones. Hablamos del siglo XX, incluso de sus postrimerías.
Sobre todo eso y más calla Donís, los malos son los otros, todos ellos. La vieja táctica goebbelsiana de agrupar al enemigo bajo una única denominación. Así a las mentes simples, vulnerables a los mensajes que buscan una reacción rápida y visceral, les cuesta menos identificarlo, no sea que la diversidad de opciones les obligue a emitir juicios diferentes y se hagan preguntas que hagan peligrar la implantación del mensaje único en sus cerebros. Te niegan la diversidad para que no puedas emitir una opinión diversa.
Por supuesto no voy a a negar que hoy día el islam es una fuente de muerte, violencia y extremismo mucho peor de lo que pueda resultar cualquiera de las sectas cristianas. Para poner freno a eso en las ¿democracias? occidentales se tienen las leyes, los códigos penales y la voluntad de hacerlos cumplir, cosa que no siempre se da. Siempre dije que el laicismo institucional nos hubiera vacunado desde hace tiempo contra las veleidades oscurantistas, pero el poder la la iglesia católica ha sido demasiado fuerte, y solo ahora empezamos a sacudirnos una pizca de su influencia. Y todavía hay quien intenta que en el texto de la constitución europea figure una mención a las raíces cristianas de Europa... ¡Si el mayor aval para la penetración del islam en España es la iglesia católica y su empeño en contar con privilegios por parte del estado! ¿Cómo vamos a ir de demócratas si negamos a musulmanes lo que regalamos a católicos?
Recuperándo el hilo, ocurre que el islam siembra la muerte también entre los propios musulmanes. Los ataques a cristianos son algo relativamente nuevo, demasiado para marcar tendencia y, de momento, poco relevante en términos de fenómeno global aunque no por ello menos abominable. Por lo general la violencia islamista se ceba contra sus propios súbditos, en atentados indiscriminados en Irak, Indonesia, Afganistán, Sudán, Argelia, Somalia... Son lugares plagados de ciudadanos musulmanes que mueren por el simple hecho de caminar por la calle en en lugar y momento inapropiados, lo cual no cuadra ese estereotipo que vende una guerra entre el islam y Occidente.
Igual que se interpreta el cristianismo, y sus mejores interpretaciones lo han alejado en gran medida del medievalismo más retrógrado, también se puede interpretar el islam en otra clave que no sea la fundamentalista. No hay un islam moderado en la medida en que no hay un cristianismo o un judaísmo moderado. Los que pueden moderarse son las personas, y con ellas sus actos, estén o no guiados por un libro que consideren más o menos sagrado. Otra cosa es que las élites que copan el poder en el mundo musulmán sean tan fanáticos que no contemplen otra forma de leer el corán, o que piensen que una interpretación radical sirva más a sus intereses que una moderada. No hace tanto en España profesar la ideología "errónea" te condenaba al ostracismo, cuando no hacía peligrar tu vida. Quizá el mundo musulmán aún no está maduro para dar paso al libre pensamiento, y no dudo que un sector del islam representa un peligro de muerte para sus críticos, pero libros como el de Donís no hacen más que avivar la llama del enfrentamiento, contemplando por omisión la confrontación como única alternativa para los que intentan truncar los extremos más afilados del islam. No por no simpatizar con el islam, que está en su derecho, sino por tergiversar, manipular y vender una realidad a medida de sus prejuicios y no como resultado de un análisis riguroso y sosegado.
El mal no es el islam, lo es la religión, y la religión es obra del hombre, ergo el hombre es la causa del mal. No creo en absoluto que un Occidente dominado por el pensamiento de José Donís fuera a ser un occidente más seguro, justo y libre. ¿Gobernados por personas con la absoluta seguridad de poseer la razón y demonizando a quien ose cuestionarles? Ya hemos visto esa película y sabemos como acaba.
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Prueba
ResponderEliminarFlash, no consigo enviar el comentario correctamente, al final se sale del blog y el Explorer me dice que no puede mostrar página.
ResponderEliminarEs largo (de los míos). Voy a intentar dividirlo en dos, si no puedo, dime si se te ocurre algo y si tampoco me lo reservaré para el Desco (aunque lo que quería dejar aquí)
1.
ResponderEliminarHola Flashman. Buen post, como sueles hacer, y de un tema más que polémico.
En general, lo suscribo, pero hay un argumento que sueles hacer habitualmente y que no acabo de pillar: el del respeto a las personas, pero no a las creencias.
Si partimos de que, a grandes rasgos, una creencia es algo que se da por cierto sin haber sido probado antes, como he argumentado otras veces nos movemos en un mundo de creencias. Hay muchas menos cosas probadas de las que manejamos a diario.
Existen creencias religiosas, científicas (ET's si o no), políticas (mejor dcha o izq.), deportivas, etc.
POr otro lado, las personas somo nosotros y nuestras circunstancias. Nosostros somos como nacemos, con X características física, psíquicas y emocionales y nuestras circunstancias son todas aquellas que vivimos a lo largo de nuestra existencia y que interactúan con las primeras, forjando lo que somos. Las creencias, del tipo que sean, son circunstancia muy comunes y poderosas y conforman lo que somos en un sentido u otro.
Así, si hablamos de respetar a la persona, el respeto debe ser, pienso, para la persona en su conjunto, incluidas sus creencias.
Me parece que no tienes tantos problemas en respetar las creencias políticas o científicas o deportivas de nadie como en respetar las religiosas, y aquí hago hincapié, de nuevo, en que una cosa son las creencias espirituales (las ideas místicas básica) y otra las religiosas, toda la trama, parafernalia, faustos y liturgias, en su mayoria artificiosas y nada espirituales, que se forman alrededor de las ideas básicas.
2.
ResponderEliminarEn mi concepción de la vida, estamos rodeados de herramientas, que podremos usar o no y si lo hacemos, podremos usarlas bien o mal, pero el bien o el mal no está en la herramienta en sí, sino en el uso que hacemos de élla. Un martillo es una objeto inanimado, por sí mismo ni hace bien ni hace mal. Ahora, puedes usarlo para arreglar tu silla o partirla la cara al vecino.
Las ideas, las creencias son los mismo, en sí conceptos más o menos abstractos, escritos en un papel o trasmitidos oralmente. Depende de como los uses consigues una cosa u otra.
Y es ese uso que le des a tus herramientas lo que me parece que debe ser objeto de respeto.
Eres cura, crees en un Dios supremo y una vida posterior, pues vale, me parece respetable en sí mismo. Ahora, si pretendes imponer a todos tus conciudadanos esa crencia, por la fuerza incluso, apoyando regímenes dictatoriales SOLO porque fomentas esas creencias (a priori, la única causa por la que la religión apoya estas dictaduras: obligan a la poblacion a creer lo que ellos reclaman) o escondiendo tus pederastias al tiempo que criticas duramente las relaciones prematrimoniales ajenas, esas acciones y sólo esas acciones son las que me harán perder el respeto hacia tí y lo que representas, pero no las creencias espirituales que te sustentan.
Si crees que los burros son verdes, vuelan y hay que adorarles lamiéndoles el culo después de cagar, pero sólo lo haces tú y no me das por saco a mí, pues vale, respeto que lo hagas (me parecerá que estás pa encerrarte, eso sí), pero allá tú, por poner un ejemplo extremo.
PD: Te iba a hacer una pole, pero mejor lo dejo, no? XDDD
Un saludo
Hola Selito. Me da que aquí hay grandes opciones de hacer pole cada vez que entres XD
ResponderEliminarSobre el aspecto que recalcas, iré contestando según leo (Messi, acaba de meter el segundo del Barça XD). En primer lugar, no es tanto que este sea un mundo de creencias. La ciencia, como sabrás, no se basa en creencias, sino en probabilidades, y creo que acordarás conmigo que una alta probabilidad es mejor que una creencia ciega. ¿Cuantas probabilidades hay de que tu coche arranque cuando gires la lleve de contacto? ¿O de que remita tu dolor de cabeza si te tomas un ibuprofeno? Muchas, tantas que ese acto pasa a convertirse en una verdad de facto, y cuando no se cumple, aunque posible, es una anomalía. Ese tipo de verdades son lo que consideramos verdades seguras, porque la probabilidad de que se den es muy alta. ¿Cual es la probabilidad, sabiendo lo que sabemos del mundo, de que alguien cuando reza vea respondidas sus plegarias en el mundo físico, que, no nos engañemos, es donde esperamos ver sus efectos?
En segundo lugar, mi recelo hacia las creencias se aplica también a ideales de todo tipo. Por refinar la cuestión, las creencias, de la índole que sea, no tienen por qué ser respetables, y va tanto para el que piensa que en un agente sobrenatural que todo lo vigila y controla como en, por ejemplo, quien tiene en la superioridad aria su ideal último.
Por otro lado, el ejemplo del burro que pones me parece sintomático. Dice que mientras no te perjudique respetas su creencia, para a continuación concluir que está loco. En el fondo no lo respetas, Selito, porque sabes que es un disparate, y vale lo mismo para otras creencias por antiguas y elaboradas que sean. Un absurdo es un absurdo, el hecho de que no nos perjudique no debería ser un freno para difundir un pensamiento más crítico. Porque si alguien puede creer ciegamente en un absurdo puede perfectamente dirigir su vida en base a otros absurdos, y luego esas personas son las que van a votar, eligen a quienes nos mandan, te los puedes encontrar en un jurado, en una asociación de padres de alumnos o en tu comunidad de vecinos. Y yo, desde luego, prefiero a gente crítica, que se cuestione las cosas, que huya de creencias ciegas y que escoja un modelo racional de pensamiento basado en probabilidades, un modelo científico. Gente como Dawkins o Sagan lo explican mejor que yo.
¿La espiritualidad? No tengo nada en contra. Yo mismo me encuentro a veces, cuando estoy en la costa, mirando maravillado el mar, su inmensidad y grandeza. Me siento pequeño, canijo ante esa enormidad líquida rebosante de vida. Cuando observo la Luna, pienso en lo increíble que es tener delante de mis ojos una bola de roca flotante iluminada por una bola de fuego a una unidad astronómica de mí. Es fascinante, alucinante SABER que eso es así. Como dice el dr. House, mola más saber (que creer), y en mundo de lo tangible está plagado de maravillas tan deslumbrantes que, además, saber de su existencia a ciencia cierta acrecienta su valor, hace que aún me maravillen más. Vuelvo a decir que Dawkins o Sagan lo saben explicar mejor, pero la sensación de quien aprecia todo esto es los términos que intento explicar se debe parecer bastante a la espiritualidad, más en plan comunión con la naturaleza dejándote este en el insignificante lugar que nos corresponde, despojándonos de esa vanidad autocomplaciente de especie superior que nos hemos autoasignado.
Espero no haberme puesto demasiado trascendente. Solo soy un aprendiz de juntaletras. :-D
Te recomiendo la lectura de "El mundo y sus demonios", de Carl Sagan, donde se explica bien y de forma ordenada lo que intento expresar.
Saludos.
(la próxima vez escribe en Word u otro sitio para copiar y pegar después, si te tiras mucho tiempo escribiendo en el campo habilitado para ello luego no te coge el comentario, como si caducara la página o algo así)
2.
ResponderEliminarFinalmente, lo del burro no es sintomático, es sólo un ejemplo extremo, como afirmo, con el que pretendía dibujar una situación desquiciada y claramente patológica (como se puede leer en cualquier tratado de Psiquiatría) donde sí puedo tener respeto (¿por que afirmas que no lo tengo?, creo confundes intenciones) por ser algo que sé que le afecta al loco de turno, pero sin dejar de saber que lo es (también tiene su corazoncito y no tengo por qué jodérselo, para mí eso es tener respeto también). Lo que no viene en ningún tratado de Psiquiatría es que creer en seres sobrenaturales en el seno de unas costumbres y creencias integradas en una sociedad concreta (cito de memoria de uno de esos tratados) sea patológico, como no lo es, desde hace + de 10-15 años, que ser homosexual sea patología alguna. Ojo, a día de hoy con el conocimiento actual. Tal vez dentro de 20 años los creyentes pasen a formar parte de una subapartado de enfermedad mental o los homosexuales vuelvan a ser considerados desviados.
El futuro todavía no lo predice la ciencia, lo que deja campo y mucho, para la creencia. De nuevo afirmo, según como uses esa creencia, serás digno de respeto o no. Igual que la ciencia, al fin y al cabo, con sus experimentos nazis en los judios, tal vez intachables desde el pdv científico, pero, coincidirás, totalmente reprobables y carentes de respeto alguno.
Ostia, pues a hora se ha borrado el 1º, que parecía haber salido. A ver ahora.
ResponderEliminar1.
Obviamente, por convicción y por profesión, siempre voy a ponderar la fuerza de la ciencia como via de adquirir un conocimiento cierto (o con altas probabilidades de serlo, como dices), pero la ciencia no está carente de límites ni de faltas ni de dogmas. El objeto de la misma, a grandes rasgos, es tratar de descúbrir cómo funcionan las cosas, al nivel que sea, pero está limitada por su propio grado de desarrollo, tanto teórico como práctico. Así, en el ejemplo que suelo poner de creencia científica, si existe vida fuera de la Tierra o no, mira como se ha desarrollado: hasta hace poco más de 30-40 años, buena parte (tal vez la mayoría) de la comunidad científica pensaba que no, ya que ni se conocía la existencia de otros planetas fuera de nuestro sistema solar. Ahora se conocen ya + 400 y hay evidencias de rastros de agua en cometas y cada vez más en otros planetas o lunas de este sistema solar, lo que acrecienta cada vez más la creencia, cada vez más probable de ser cierta, pero hoy por hoy NO se ha demostrado, luego sigue siendo una creencia. Si no hubiera habido científicos que aún hace 30 años hubiesen creido en esto tal vez hoy no se habría avanzado tanto, porque ¿para qué gastar recursos en algo que no sabemos que exista ni, a la luz del conocimiento vigente, tenía posibilidades de ser cierto?
La gran limitación de la ciencia es esa: sólo podemos saber lo que podemos demostrar, pero el que no podamos demostrar algo no quita que no pueda ser cierto, en todo caso, siendo estrictos desde el PDV científico, podremos decir que es poco probable, pero no imposible.
Dos frases que me gustan:
- Sherlock Holmes (Estudio en Escarlata): "Una vez que has descartado lo probable, lo improbable, por imposible que parezca, debe ser la verdad."
- Einstein (o eso dicen): "La ciencia sin creencia esta coja y la creencia sin ciencia, ciega". Ambos son formas de percibir y conocer lo que nos rodea y deben ser complementarias, no excluyentes. Así, las creencias tienen, como digo, un papel preponderante en nuestra mente, individual y colectiva, no lo digo yo, lo dicen Punset y sus amigos (El alma está en el cerebro y otros), quienes también reconocen la gran separación que hay entre el conocimiento científico y lo que sabe el ciudadano medio (se comentaba en el programa de Escépticos creo recordar). Así, el ciudadano que desconoce el conocimiento que la ciencia ha demostrado sigue basándose en creencias y, nos guste o no, el personal en general está poco interesado en enterarse de esto, es más fácil basarse en creencias +/- útiles o conspiranoias totales.
Selito, lo que afirmas en el comienzo de tu réplica nº 1 viene a ser una constatación de que el dogma no es precisamente lo que caracteriza a la ciencia, sino la renovación constante de preceptos una vez se hayan comprobado según el método científico. Ahora no se sabe, ahora se sabe, siempre en función de los nuevos conocimientos adquiridos y nuevas técnicas desarrolladas. Pero una cosa sí es segura, y es que mientras un precepto científico se mantiene vigente es porque FUNCIONA, porque se puede aplicar y porque se puede predecir y, como consecuencia del experimento, confirmar la predicción. Ahora se está cuestionando entre otras cosas la mecánica relativista, pero gracias a ella se puedo determinar con asombrosa exactitud las anomalías en la órbita de Mercurio, por poner un ejemplo. Si se deja atrás, ¿su utilidad pasada pasará a ser algo infravalorable? Tanto, supongo, como el modelo heliocéntrico de Copernico, superado después por Kepler, pero no por ello convertido en un andrajo intelectual. Algo que distingue a la ciencia es que es ÚTIL para saber cosas y situarlas en un contexto práctico, nos acerca a cómo son las cosas en la reliadad, aunque sea poco a poco. Y no solo hablo de la conquista espacial, sino de cosas de lo más cotidiano.
ResponderEliminarY creo que estarás de acuerdo en que algo que es predicho y que luego se ve confirmado es mucho más fiable que las predicciones jamás cumplidas de la religión. En ciencia no hay creencias, hay hipótesis, y estas se pueden ver refrendadas mediante el experimento o por modelos teóricos sin son de un calado excesivo, tipo la teoría de cuerdas o los agujeros negros. Nada hay en el mundo de la creencia que se le pueda.
Cuando alguien pueda predecir un milagro con la misma exactitud con que un físico predice los resultados de un choque de partículas, hablamos.
La ciencia es honesta, reconoce sus limitaciones, por eso se está continuamente autoevaluando, renovando sus paradigmas. ¿Cuándo hace eso el mundo de la creencia? Por cierto, me parece que Punset no tiene muy buena prensa en círculos científicos (le tienen por alguien superficial, poco riguroso -a fin de cuentas, es periodista, no científico-, y no le perdonan que dijera que lo de Uri Geller y sus cucharas era ciencia, cuando ya se demostró en su momento que era un fraude). Y por lo que tengo leído, los últimos avances en neurociencia determinan que el mundo de las emociones está también gobernado por algo tan tangible como impulsos eléctricos, los cuales se pueden forzar artificialmente. Yo lo que veo es que a medida que se avanza cada vez más cosas tienen una explicación dentro del dominio de la materia y la energía.
Que se han cometido crímenes utilizando la ciencia como herramienta es innegable, pero aquí traigo a colación tu analogía del martillo. Que no sean ilegales, al igual que los cuchillos, denota que su utilidad intrínseca tiene mucho más valor que el uso desviado que algunos puedan hacer de él. Los beneficios de la ciencia han sido ingentes, incuestionables para beneficio de la humanidad. Traigo una de la últimas frases del post: "El mal no es el islam, lo es la religión, y la religión es obra del hombre, ergo el hombre es la causa del mal". Cambia religión por ciencia. ¡Si hasta termino absolviendo a la religión de toda culpa! Eso sí, mientras que la ciencia proporciona beneficio OBJETIVO Y TANGIBLE a millones, ¿que proporciona la religión que se le pueda equiparar?
Saludos.
Un enlace ilustrativo: 15 argumentos falsos para creer en Dios.
ResponderEliminarFlashman, nos podemos alargar hasta el infinito, a ver si existe, y volver luego...XDDD.
ResponderEliminarComo he comentado muchas veces, lo mejor es que en lo básico estamos más que de acuerdo y discutimos por detalles.
Poco tengo que objetar a este último comentario, pués, coincido con lo que dices, pero fíjate que tus comentarios son versus religión (la frase final como buen ejemplo y resumen) y yo tampoco tengo buen concepto de las religiones, en cuanto a organizaciones de humanos y para humanos.
Yo no me refiero a bondades religiosas, siempre hago la distinción entre creencias ESPIRITUALES y religiosas, que no es lo mismo. Si no haces esa distinción no hay mucho más que hablar. Nos quedamos en que ambos deseamos un mundo racional, basado en pruebas y que esas pruebas las proporciona, cuando puede y como puede, la ciencia, que ya es bastante.
De todas formas siempre es agradable conversar con alguien inteligente y con recursos intelectuales y culturales (modo peloteision ON)
Un saludo
Jodó, ya te he echado! XDDD
ResponderEliminarEnga, nos leemos en el Desco.
De echarme nada, monada. Volveré (y desearás haberme echado de verdad.XDDD)
ResponderEliminarEn serio, es solo que el debate no da pa mucho más entre tú y yo, me temo, por lo menos por ahora. Más adelante, veremos.
Ten por seguro que volveré a hacer comentarios....
Un saludo
Lo de Donís es lo que cabe esperar en estos temas, a saber: odio. Es uno de los habituales de 'Hispalibertas', un ya añejo medio caracterizado por su pseudoliberalismo islamófobo al servicio, claro, de su recalcitrante sionismo (sistemáticamente justifican todos los crímenes de “Israel” a la vez que las agresiones bélicas a países de mayoría musulmana).
ResponderEliminarEn cambio de ti, Flash, cabría esperar más espíritu crítico ante la propaganda imperante. Es triste, y más a estas alturas, verte decir: “el islam es una fuente de muerte, violencia y extremismo mucho peor de lo que pueda resultar cualquiera de las sectas cristianas”, cuando “cristianos” se autodenominan los Bush, Aznar, Blair, Obama y similares, y en sus campañas de agresión y hegemonía planetarias cuentan con el apoyo de múltiples organizaciones (pseudo)cristianas que van desde el fundamentalismo “protestante” (como la ‘Christian Coalition’ e infinidad de congregaciones) hasta el papismo más o menos estricto (PePismo incluido, pues no se olvide el carácter confesional de facto del PP). Y conste que esto te lo dice un cristiano bíblico, o que al menos trata de serlo.
No, no soy tan ingenuo como para creer que ser musulmán implique ser menos malo, ni mucho menos (no creo en la bondad humana, eso es todo). Pero me apena constatar cómo muchos seguís tratando injustamente a una inmensa colectividad de congéneres nuestros porque, además de vuestro respetable rechazo a la religión, en su momento os vino bien aceptar la versión oficial del 11-S creyendo que así era más vendible la versión oficial del 11-M (y frente a la delirante hipótesis de la autoría etarra, desde luego lo era).
Sobre esa base, no es extraño que afirmes que “la violencia islamista se ceba contra sus propios súbditos”, repitiendo así la (ya burda) propaganda sistémica, cuando a día de hoy:
Ya nadie puede dejar de ver las tremendas grietas del mito oficial sobre el 11-S, lo que debería cuando menos avisarnos sobre la verdadero naturaleza de “Al Qaeda”.
Las principales organizaciones islámicas serias (al margen de que coincidamos o no con sus métodos), como Hamás y Hezbolá, no ven a esa organización sino como lo que es: una sucursal de la CIA.
Ya cualquiera interesado en estos temas debería saber que, por ejemplo en Irak, muchas de las acciones imputadas a la Resistencia son operaciones de bandera falsa realizadas por los propios ocupantes (véase un clamoroso ejemplo en una fuente tan sistémica como Wikipedia, relativo a soldados británicos que se hicieron pasar por terroristas islámicos: http://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_falsa).
Que alguien de vocación progresista, sin duda sincera, incurra en estos errores lleva a que, en la práctica, su postura y la de Donís sean iguales en lo básico (siendo hoy lo básico la demonización del islamismo que permite el avance de la brutal hegemonía occidental a escala planetaria).